Defensores de los animales exigieron acabar con la matanza de 50 gatos que después se sirven para comer en una festividad anual.
Sucede en el pueblo de La Quebrada, en Perú. Allí, el 19 de septiembre se matan y se cocinan gatos, en platos apreciados por lugareños y turistas.
«Es una vergüenza para los peruanos, porque nos ven como salvajes por el daño que se le hace al animal», dijo a la AFP una ecologista. Cocinados a la parrilla, en potajes, o machacados con picante, son algunas de las modalidades del menú. «¿Gusta…? No, gracias».