Una réplica de diez metros de largo de la Gran Muralla china fue hecha completamente… ¡de chocolate! Ochenta toneladas de la gustada golosina fueron utilizados por el maestro chocolatero Wang Qilu para construir el muro, con una sección derrumbada en un extremo, para hacerla más realista.
Además, Wang esculpió 560 versiones en miniatura de los famosos guerreros de terracota. Esta dulce empresa pretende promover entre los chinos el consumo de chocolate, acercándolos a su milenaria historia. ¡Qué rico!