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Dioses cubanos del Olimpo

Este domingo dos leyendas del deporte volverán a su pueblo en las páginas de los libros Mijaín López: El gigante que estremeció el mundo y Omara Durand:
un viaje extraordinario, ambos de Ediciones Abril, que serán presentados en la 33ra. Feria Internacional del Libro de La Habana

Autor:

Yurisander Guevara

La magnitud de un atleta no se circunscribe exclusivamente al número de preseas que adorna su palmarés, sino a la impronta que su legado inscribe en la historia del deporte y la cultura. El gigante que estremeció el mundo, compilación de los periodistas Norland Rosendo González y Bertha Caridad Mojena Milián, no es meramente un volumen biográfico sobre la trayectoria de Mijaín López; es una obra que examina la resiliencia, la autodisciplina y el ethos competitivo de un hombre que ha transcendido la esfera atlética para erigirse en un emblema de la identidad nacional cubana.

A cargo de Ediciones Abril, el libro, que será presentado este domingo en la 33ra. Feria Internacional del Libro de La Habana, es un corpus testimonial que articula crónicas, entrevistas y análisis críticos donde se reconstruye el itinerario de quien es, sin ambages, el luchador grecorromano más exitoso en la historia del olimpismo.

Desde su formación en el modesto poblado de Herradura hasta su consagración definitiva en los Juegos Olímpicos de París 2024, la obra es una exégesis sobre el sacrificio y la supremacía atlética de un individuo que, con su quinta presea dorada consecutiva en Juegos Olímpicos, selló su nombre en los anales del deporte universal.

Uno de los episodios más relevantes del libro es la transcripción del diálogo telefónico sostenido entre Mijaín y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, posterior a la victoria en París. Lejos de un mero acto protocolar, la conversación exuda genuina admiración y camaradería. Raúl evoca la memoria de Fidel y le manifiesta su orgullo por la hazaña lograda, subrayando la trascendencia del luchador más allá de sus proezas competitivas. «Has dado muchas glorias a Cuba», sentencia el General de Ejército, y la afirmación cobra un matiz singular cuando se contextualiza en el devenir de una carrera que ha galvanizado el espíritu de toda una nación.

El texto se sumerge, asimismo, en la dimensión más personal de Mijaín, desvelando las raíces de su temple indomable. Su relación con su padre, Bartolo, quien le inculcó la ética del trabajo y la humildad; su compromiso con el pueblo cubano, con el cual comparte cada victoria, y su vocación por formar a nuevas generaciones de atletas, constituyen elementos que confieren profundidad humana a la narrativa.

El relato de sus epopeyas olímpicas se articula mediante una prosa vibrante y rigurosa, que reconstruye con minucia cada combate. La descripción de las estrategias empleadas, la gestión de la presión y el virtuosismo técnico permiten al lector revivir el fragor del enfrentamiento. Desde Beijing 2008 hasta París 2024, el itinerario competitivo de Mijaín López se perfila como una gesta sin parangón, donde cada presea no es meramente un galardón, sino la ratificación de un legado imperecedero.

El libro excede además el marco de la biografía atlética para devenir en un homenaje a la tradición de la lucha grecorromana en Cuba y a quienes han contribuido a su esplendor: entrenadores, compañeros de equipo, periodistas y una afición que ha seguido con fervor cada una de sus presentaciones. La inclusión de caricaturas, fotografías inéditas y fragmentos de artículos periodísticos enriquece la obra, dotándola de una dimensión documental inestimable.

El epílogo es tan conmovedor como la trayectoria que exalta. La imagen de Mijaín dejando sus zapatillas en el tapiz de París es el epítome del retiro con honor. No es simplemente la despedida de un campeón, sino la consagración de un arquetipo que inspirará a futuras generaciones de atletas y ciudadanos.

El gigante que estremeció el mundo es, por tanto, una obra de lectura obligatoria no solo para los especialistas en deporte, sino para todo aquel que busque comprender las coordenadas de la excelencia, la identidad y la gloria alcanzada mediante el esfuerzo.

Omara Durand: un viaje extraordinario no es simplemente la biografía de una atleta prodigiosa, sino el testimonio de una voluntad inquebrantable, el registro de una mujer que desafió las sombras y corrió, una y otra vez, hacia la luz. En este libro, Dailene Dovale no se limita a trazar la línea de una carrera deportiva excepcional; más bien, dibuja el retrato íntimo de una vida entregada al sacrificio y la grandeza, donde la velocidad no es solo una cualidad física, sino una metáfora de la tenacidad humana.

Desde sus primeras páginas, la narración se despliega con un ritmo ágil, casi cinematográfico, como si la propia Omara impulsara la cadencia del relato con su brío inigualable. La prosa de Dovale es un equilibrio entre la investigación periodística y la poesía contenida: un estilo que sabe cuándo apresurarse en el estallido de una competencia y cuándo detenerse en los silencios esenciales de la protagonista. Porque Omara Durand no es solo la atleta paralímpica más laureada de Cuba, sino una mujer de carne y hueso, hija, madre, esposa, cubana hasta los tuétanos, con una historia que se entrelaza indisolublemente con la historia del país.

 

Nacida en Santiago de Cuba, en el barrio de Chicharrones, Omara supo desde niña que su destino era correr. Su vida se forjó entre las limitaciones de la visión y la vastedad de los sueños. Formada en la Escuela Especial Antonio Fernández León y luego en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético, sus primeros pasos en el atletismo fueron tímidos, pero la insistencia de su madre, Adis Elías, y de sus entrenadores la llevaron a comprender que, más allá de cualquier obstáculo, su cuerpo tenía un lenguaje propio: el de la velocidad.

El libro, a cargo de Ediciones Abril y que se presentará este domingo en la 33ra. Feria Internacional del Libro de La Habana, nos sumerge en ese universo de esfuerzo y disciplina, en la fragilidad de un organismo sometido a la brutalidad del alto rendimiento, en la sicología de quien carga sobre sus hombros la responsabilidad de no defraudar. Dovale nos hace testigos de las noches de insomnio previas a la competencia, del rigor de los entrenamientos, de las lesiones que amenazan con dejar fuera de juego a una campeona, del desgaste físico y emocional que supone mantener la excelencia durante más de dos décadas. Y, sobre todo, nos muestra a una mujer que, aun en la cima, se niega a perder la humildad.

Pero este no es un libro sobre la gloria sin sombras. La autora se adentra en los momentos de derrota, en las heridas invisibles que no figuran en las estadísticas, en la descalificación de los Parapanamericanos de Chile 2023, que dejó a Omara sumida en una tristeza insondable. No obstante, como en toda gran historia de resiliencia, la atleta se levanta, se recompone y continúa. Su adiós definitivo a las pistas en París 2024 no es el final de un camino, sino la consagración de un legado.

El entramado humano de la historia es otro de los grandes aciertos del libro. Más allá de Omara, desfilan personajes que resultan imprescindibles para comprender su grandeza: su guía, Yuniol Kindelán, convertido en su hermano de ruta; su entrenadora Miriam Ferrer, la arquitecta silenciosa de sus triunfos; su esposo Noleysi Bicet, un pilar en la estabilidad emocional de la atleta; su hija Ericka, la inspiración última para seguir compitiendo. A través de estos vínculos, la autora nos recuerda que el éxito nunca es un acto solitario, sino la confluencia de voluntades, de manos que sostienen, de afectos que empujan.

En términos estilísticos, Omara Durand: un viaje extraordinario se desmarca de la biografía tradicional. Su estructura fragmentada, que alterna testimonios, crónica, análisis y pasajes casi novelísticos, permite una lectura inmersiva y, en ocasiones, conmovedora. No es un texto complaciente ni edulcorado; en él conviven el sudor, el dolor y la gloria con la misma intensidad.

El libro entrega un relato que trasciende el ámbito deportivo y se instala en la memoria colectiva de Cuba. Omara Durand no es solo la velocista más rápida del mundo en su categoría; es un símbolo, un estandarte de la capacidad humana para desafiar lo que parece insalvable. Este libro es, en última instancia, una invitación a correr con ella, a sentir el viento en el rostro, a comprender que la verdadera victoria no está en la medalla, sino en la lucha misma. 

 

 

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