Uli Gaulke cuenta historias en el cine con el documental. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 12/12/2024 | 08:46 am
«La historia del mundo se ha escrito casi exclusivamente desde una perspectiva masculina. Sin embargo, como cineasta, siempre me ha interesado desarrollar un punto de vista diferente, una nueva perspectiva. Así es como se me ocurrió la idea de contar la historia del mundo de los últimos cien años desde el punto de vista de mujeres que han dejado huellas con sus acciones y han moldeado la sociedad en la que viven de una manera especial y aún lo hacen».
Así ha expresado el multipremiado cineasta alemán Uli Gaulke, de quien podemos recordar su lauro con su primer largometraje documental Havanna mi amor, en 2001 en los Premios del Cine Alemán (Lola, 2001) al Mejor Documental. Entre otros títulos, Marry me, As Time Goes By In Shanghai y Sunset Over Hollywood, le han propiciado el reconocimiento de la crítica especializada y del público.
Vuelve a la capital cubana su peculiar estilo de contar historias en el cine con el documental El siglo de las mujeres-Las mujeres cuentan su historia (Century of women-Women tell their story), exhibido ayer en el cine La Rampa y con una segunda oportunidad para los cinéfilos este viernes a las 5:30 de la tarde en la misma sala.
Son cien minutos en los que se comparte la vida estremecedora de cinco mujeres increíbles, procedentes de Cuba, Israel, Austria, India y Turquía, quienes a su alrededor han inspirado a la gente por sus voluntades y una firme creencia en sí mismas.
Lejos de estereotipos han defendido sus derechos y han logrado concretar sus sueños en medio de realidades adversas. Así encontramos a la afrocubana Haydée Arteaga Rojas, dispuesta a luchar desde su espacio para vivir en un mundo más justo y con igualdad de oportunidades para todos.
La profesora de yoga Amma Nanammal, la primera mujer que allanó el camino para la marcha triunfal del yoga en su natal India y que, gracias a esta práctica —afirma— jamás ha acudido a un hospital. Encontramos además a la diplomática y agente de los servicios secretos Tamar Eshel, una de las fundadoras del Estado de Israel, quien mantiene una lucha intensa por la coexistencia pacífica de israelíes y árabes y por los derechos de la mujer.
La socióloga y activista Nermin Abadan-Unat, de Turquía, defensora de la democracia y la escritora austríaca Ilse Helbich, quien publicó su primera novela a los 80 años, también cuentan sus vidas en este documental, en el que no solo se muestran ellas, sino las historias de los cambios sociales que en el último siglo han existido en el mundo, desde su perspectiva, y con el ánimo de encontrar quienes continúen con sus batallas.
La colombiana Catalina Florez, fundadora de Soilfilms, y quien fungió como codirectora y productora de la historia de la cubana Haydeé Arteaga en el documental, comenta a Juventud Rebelde que en la investigación realizada por Gaulke, la primera persona que encontró fue precisamente la narradora oral cubana Haydée Arteaga.
«Ya Gaulke estaba familiarizado con este país, por sus anteriores trabajos cinematográficos y desde Haydeé, salió a buscar a otras mujeres centenarias, cuyo punto en común fuera que desde muy jóvenes decidieran cambiar el rumbo “predestinado” de sus existencias para seguir sus propios ideales», comenta.
«Quería utilizar este horizonte particular de experiencias para echar una mirada muy personal, emocional y auténtica al siglo pasado, en el que estas mujeres impulsaron activamente el cambio en la sociedad. El concepto era que las propias mujeres determinaran la dirección que tomaría la película», ha explicado Gaulke.
El cineasta precisa que Nermin Abadan se fue sola a Estambul a los 15 años porque sabía que solo una buena educación le permitiría abrirse camino. Tamar Eshel estaba decidida a alistarse en la Haganá a los 14 años para promover activamente la creación del Estado de Israel.
Haydée Arteaga, de Cuba, escribió su propio manifiesto a los 19 años, en el que destacaba su compromiso con los niños de entornos pobres, porque ella misma había sufrido desventajas como mujer negra. Nanammal creía en el poder del yoga y se impuso en la familia contra viento y marea, convenciendo primero a su marido, luego a su suegra, después a su pueblo y más
tarde a toda la India de que con el yoga se podía llevar una vida feliz y sana.
«Este es un proyecto bello y las vidas de estas mujeres, si las sumamos a todas, nos acercan a 500 años de historia. Haydeé fue la gran inspiración para este trabajo y su legado se constata en muchos niños, hoy adultos, que recibieron sus enseñanzas. Uno de ellos, Armando, primo bailarín del Ballet Nacional de Cuba, aparece en la parte de la película que cuenta su historia y su hija Xiomara, que acompaña a su madre, además de Eusebio Leal y la propia ciudad, que es vital».
La gran aventura de filmar en Cuba le regaló lindas experiencias a Florez y al equipo de rodaje. «Estar en el Gran Teatro de La Habana fue fabuloso, y también escuchar a Haydeé contar sus vivencias con Camilo Cienfuegos, lo cual es extraordinario porque a sus 104 años su memoria guardaba estos hermosos recuerdos».
Lo realmente relevante, apuntó Florez, es que esta película documental es una declaración de las cinco mujeres al mundo, para que su pasión guíe a otros y las luchas no cesen. «Ofrecemos en la gran pantalla la historia de un gran siglo, contado por sorprendentes mujeres que no se centraron en sí mismas, sino en los demás y en lo que podían aportarle a su entorno, para que fuera mejor», agregó.