Pablo Daniel Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 05/02/2024 | 09:17 pm
Nacido a escasos metros del Central Venezuela, en un rincón avileño impregnado de nobleza y tierra colorada, Pablo Daniel Peguero encontró su pasión por la locución desde temprana edad. Aunque se define como retraído, su potente voz desmiente cualquier atisbo de timidez.
Con apenas 30 años, se sumerge en sus recuerdos y atribuye sus éxitos a la suerte, pero en lo más profundo reconoce que su realidad se construyó con tesón y constancia.
Su conexión con la radio fue orgánica y auténtica. Desde niño, Peguero se grababa a sí mismo e inventaba programas, dando vida a locutores imaginarios y a un estudio de radio que solo existía en su mente. En su barrio, cada vecino se convertía en su audiencia cautiva, participando en entrevistas improvisadas o simplemente escuchándolo leer.
La oportunidad se presentó cuando la periodista avileña María Reyes Gámez le hizo una entrevista. Ángel Lorenzo Broche Ruedas, maestro de radialistas en el centro de Cuba, escuchó su elocuencia y decidió contactar a sus padres para invitarlo a realizar pruebas para un programa infantil en Radio Surco, emisora provincial en Ciego de Ávila. Este fue el momento que selló su destino y lo sumergió completamente en el fascinante mundo de la radio.
A los 12 años, Pablo Daniel llegó a Radio Surco. Inspirado por figuras como Laritza Ulloa, Rodobaldo Hernández y referentes locales como Alberto Pardo y Déborah Chinea, comenzó su carrera en la locución. El universo radiofónico se abría ante él.
«Cuando comencé a estudiar en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV) un giro inesperado se presentó cuando la madre de mi hija escuchó por Radio Placetas una convocatoria para un curso de locución. Tras presentarme a la prueba de aptitud, la superé con éxito. Este fue el punto de partida para un proceso de aprendizaje que implicó asistir, sábado tras sábado, a la emisora CMHW, en la que recibí clases de grandes profesionales como Liván Ramos, Samuel Urquía y Alfredo Iturria».
En la CMHW, Peguero se habilitó como locutor profesional y comenzó a desempeñarse en la programación de la madrugada, específicamente en el popular musical Al ritmo de la noche. Esta experiencia fue significativa, ya que, durante sus estudios en la UCLV, tuvo la oportunidad de ganar su propio dinero realizando un trabajo que amaba:
«Al ritmo de la noche marcó mi ingreso como profesional de la palabra a los medios. Aunque era un programa transmitido en vivo y durante la madrugada, me brindó valiosas lecciones y me enseñó a desenvolverme con seguridad al hablar. Considero que todos aquellos que nos adentramos en este medio debemos pasar por la programación de la madrugada, ya que aporta significativamente al desarrollo profesional».
—¿Volviste a Radio Surco?
—Sí. Debido a circunstancias de la vida, retorné a Ciego de Ávila y a Radio Surco. Mi regreso coincidió casi con el inicio de la pandemia de COVID-19, lo cual representó un gran desafío. A pesar de pensar que tendría que reconstruir mi vida desde cero en todos sus aspectos, nunca le he temido a afrontar los retos. Siempre abordo estas situaciones con dignidad, «echando pa’delante», como decimos los cubanos.
«En Radio Surco comencé nuevamente en la programación de la madrugada y luego como sustituto en otros espacios. Esta etapa también se convirtió en otra escuela para mí, una experiencia que me hizo regresar a mis inicios, a mi génesis».
—La transición a la televisión también fue un paso importante en tu carrera. ¿Cómo describes esta oportunidad?
—En Ciego, la televisión también hizo su llegada, siendo totalmente desconocida para mí; sin embargo, mi disposición a arriesgarme y enfrentar cualquier reto prevaleció. El salto a la televisión fue un momento crucial en mi carrera, una oportunidad que me demostró que es posible cumplir sueños cuando los tienes bien definidos en tu mente, sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
—Después vino La Habana…
—En 2022, tomo la decisión de embarcarme en la búsqueda de mi sueño, trasladándome a la capital con una mochila llena de anhelos y metas que acariciaba desde mi infancia. Estaba convencido de que era mi momento y que podía lograrlo.
«Inicié mi trayectoria en Canal Caribe, seguido por Radio Rebelde y Radio Reloj. Poco a poco, perfeccioné mi trabajo y me di a conocer. Creo que, con esfuerzo, sacrificio y dedicación, he logrado cumplir las aspiraciones de aquel niño que alguna vez soñó en grande.
«También, en La Habana, logré obtener mi primer nivel en locución, algo que al principio me resultaba difícil creer, ya que a veces me cuesta aceptar que logré ser locutor». (Se le humedecen los ojos).
—Actualmente trabajas en distintos espacios de la radio y la televisión. ¿Cómo encuentras el equilibrio?
—He tenido la oportunidad de conducir programas informativos y variados, desdoblándome para demostrar siempre de lo que soy capaz. Por ejemplo, Canal Habana me brindó la oportunidad de formar parte de Habana Noticiario. Es increíble pensar que de pequeño admiraba estos espacios y que hoy en día tenga el privilegio de trabajar en ellos, es algo sumamente gratificante.
«Una experiencia inolvidable fue cuando me llamaron para trabajar en el Noticiero del Mediodía. Realmente no puedo explicar lo que se siente; son tantos los sentimientos encontrados que estas palabras no logran expresar. Saber que grandes profesionales de la comunicación estuvieron sentados allí, y que yo, a pesar de mi juventud, tenga ese privilegio, es un honor, un compromiso y una responsabilidad enormes.
«También, en Cubavisión Internacional, debuté en una revista variada que se transmite los domingos al mediodía, un programa totalmente diferente a lo que venía haciendo».
Fuera del bullicio mediático, cuando no está frente a los micrófonos, Peguero encuentra placer en la sencillez de estar en casa o en la compañía de amigos, una faceta que demuestra su aprecio por las relaciones personales. Además, aprovecha su talento culinario y la satisfacción que le brinda la cocina, una habilidad que utiliza para desestresarse, pues, según él mismo afirma, cocina bien rico.
Este equilibrio entre lo laboral y personal es un testimonio de su capacidad para separar ambas esferas, a pesar de los desafíos que la vida cotidiana pueda presentar: «Todos enfrentamos problemas; somos seres humanos. Hay días en los que ni siquiera deseo salir de casa, pero el deber me reclama. Tengo un gran compromiso con mi profesión y con mi público», revela.
Peguero comparte su valioso consejo con aquellos que se inician en la locución: «Humildad, esa es la palabra mágica que abre puertas y oportunidades». Esta humildad, combinada con su pasión y entrega, ha sido la clave de su éxito en el desafiante y competitivo mundo de la comunicación.
Como padre de una «bella princesa», como cariñosamente llama a su hija, encuentra en ella su motivación principal. «Ella es el motor impulsor de mi vida. Por ella me levanto todos los días a “comerme” el mundo, a ser mejor persona. Mi éxito, al menos el que he podido alcanzar, se lo debo a ella. Es mi vida entera, mi razón de ser y estar», confiesa con emoción.
A lo largo de su carrera, Pablo Daniel ha sabido mantener un enfoque inquebrantable en su compromiso con la audiencia. Su filosofía, impregnada de sencillez y humildad, se resume en una simple frase: «Que las personas me quieran y les guste mi trabajo, ese es mi mayor premio».