El Ballet Nacional de Cuba arribó este 28 de octubre a su aniversario 75 y los celebró con una gala especial en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, a la que asistió junto al público, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz Canel Bermúdez.
La ceremonia, que acompañaron también los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de la República, y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido, fue el colofón de una diversa temporada que durante todo el mes ha llevado a escena gran parte de lo mejor del quehacer de más de siete décadas de la compañía, hoy bajo la dirección general de Viengsay Valdés.
Al decir de Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del partido y jefe del Departamento Ideológico, «hoy conmemoramos 75 años de un milagro, como lo calificó nuestro comandante en jefe Fidel Castro Ruz. Es el milagro del talento y la voluntad de sus fundadores y de todos sus continuadores».
Tras entonar las notas del Himno Nacional, la música anunciaba la llegada del clásico Giselle, pero al descorrerse las cortinas no era los espectadores comprobaron que no se trataba de unapuesta cualquiera. La función se prepara…, con la danza de las willis del segundo acto del clásico de Jules Perrot y Jean Coralli, en la versióncoreográfica de Alicia Alonso, como elemento central, fue un original motivo para homenajear la labor de técnicos y trabajadores que durante todos estos años han contribuido a la fantasía y el buen arte danzario defendido por los bailarines.
Luego la gala transcurrió con un programa concierto a la altura de la histórica fecha, entre Canto vital, de Azari Plisetsky, seguido de La muerte el cisne, a cargo de la primera bailarina Sadaise Arencibia, junto a Idalgel Marquetti al piano y Alejandro Rodríguez en elviolonchelo.
Diana y Acteón, trajo a escena a Yolanda Correa y Ricardo Castellanos, ambos ex integrantes de la compañía y actualmente primeras figuras del Ballet Nacional de Noruega. El Grand pasclassique, en la versión de la Alonso, fue defendido por la primera figura del BNC, Grettel Morejón junto al cubano Alejandro Virelles, del Staatsballet Berlín. Ellos abrieron paso a Muñecos, de Alberto Méndez, en las interpretaciones de los primeros bailarines Anette Delgado y Dani Hernández y Séptima Sinfonía, del coreógrafo alemán UweScholz.
Para Alicia, fue el tributo a cargo de Viengsay Valdés, acompañada al piano por Frank Fernández, para dar paso a un desfile de toda la compañía junto a ex integrantes, grandes figuras internacionales, entre los que destacaron Carlos Acosta, Aurora Bosch, Lorna Feijóo, entre otros imponentes hijos del Ballet Nacional de Cuba.
Culmina así una temporada de presentaciones simbólica para el público y la compañíafundada por Alicia, Alberto y Fernando Alonso, hoy patrimonio cultural de la nación. Celebraciones que comenzaron durante el pasado Festival Internacional de La Habana Alicia Alonso y que tuvo su momento cimero durante todo este mes de octubre, aunque han asegurado desde la compañía que las actividades continuarán durante el resto del año y parte de 2024.