El de este martes fue un diálogo marcado por la intención de hacer más y mejor por la cultura cubana. Foto: Tomada de la página en Facebook de la Uneac Autor: Tomada de Facebook Publicado: 27/06/2023 | 08:43 pm
«La cultura nos salva, no es un lema, es una verdad monda y lironda. Nuestro ser vive y respira en la cultura». Así lo expresó el etnólogo y escritor Miguel Barnet, presidente de honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), al inicio de la sesión plenaria del Consejo Nacional de la organización, que este martes concluyó en la sala Che Guevara de Casa de las Américas.
El encuentro devino oportunidad para tomar el pulso a planteamientos, ideas y preocupaciones diversas de los distintos gremios que componen la Uneac, que representa a un amplio espectro artístico, a lo largo y ancho de la Mayor de las Antillas, y que en esta oportunidad centró el debate en la cultura como energía transformadora frente a la oleada colonizadora global.
Sobre el actual escenario que afronta la cultura cubana, en medio de un panorama donde predominan los relatos vertidos en plataformas digitales, Barnet aseguró que «nuestro deber hoy es imponer la verdad frente a la articulación perversa de las medias verdades y la flagrante mentira que respira a sus anchas en las redes sociales. Y esa verdad solo tiene un asidero que es la cultura, piedra filosofal que marca nuestro destino.
«Descolonizar el gusto es el camino, desalienar las conciencias e ir a lo más profundo de nuestro ser. Ya que la tan cacareada posverdad nos ata al pensamiento prelógico y a la barbarie que no es otra cosa que el neofascismo, brazo ideológico de las fake news», señaló.
Esa verdad fue expuesta desde distintas miradas por quienes en primera línea defienden los valores de democratización del acceso a la cultura, la defensa de la identidad nacional, así como la promoción de la creación artística y literaria y su proyección social.
En ese sentido, este Consejo Nacional, que mira hacia el 10mo. congreso de la Uneac, fue espacio para que los miembros revalidaran su intención de aportar talento, consagración, inteligencia e innovación a programas y proyectos concretos, orientados al desarrollo del país, como se detalla en el informe central del plenario.
Al diálogo asistieron Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe de su Departamento Ideológico; Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra; Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura; Abel Prieto Jiménez, presidente de la Casa de las Américas; y Luis Morlote Rivas, presidente de la Uneac.
Y en las intervenciones realizadas se constató el compromiso con la creación y circulación de la producción artística y literaria, el aporte de los escritores y artistas a la batalla por la descolonización, la esfera mediática y los espacios comunitarios, escenario no exento de retos y dificultades.
«Cabría preguntarnos cómo desde la generación de contenidos y su estructura formal se ejercen influencias en la formación del gusto, las capacidades de apreciación estética, la promoción de valores y la comunicación de percepciones y sentimientos indispensables no solo para interpretar sino para transformar la realidad. Debemos implicarnos mucho más en hacer de la escuela cubana ese espacio espiritual, donde se ofrezcan, desde edades tempranas, auténticos referentes culturales, se fomente el pensamiento crítico y el orgullo y compromiso por defender lo nuestro», sintetiza el documento debatido por los presentes en la cita.
Otros retos identificados son el trabajo en las comunidades aprovechando las características de cada territorio, así como el desarrollo de la crítica artística y literaria, todo en aras de contribuir al Programa para enfrentar la colonización cultural y la multiplicidad de aristas que aborda.
En dicho trabajo se inscribe el programa Sembrar ideas, sembrar conciencia, empeño que echó a andar el 28 de enero del presente año, coincidiendo con el aniversario 170 del natalicio de José Martí, y haciendo de tesis planteadas por los miembros de la organización, detalla acciones con la premisa fidelista de que la cultura es lo primero que hay que salvar.
Una batalla de toda la sociedad
La jornada sirvió para que cada una de las asociaciones de creadores que componen la Uneac presentara sus preocupaciones gremiales y se establecieran líneas de diálogo concernientes al
funcionamiento e impacto de la organización en la realidad social del país.
«La descolonización cultural es una batalla de toda la sociedad, de todas las fuerzas de la Revolución y de toda la institucionaliad, con nuestros intelectuales, artistas y creadores en la vanguardia», significó durante la plenaria el Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido.
Fue un diálogo marcado por la intención de hacer más y mejor por la cultura cubana, donde se escucharon voces como las del cantante Israel Rojas, la actriz Corina Mestre, el escritor Víctor Fowler, el teatrólogo Norge Espinosa, el artista visual Agustín Villafaña, el narrador Eldys Baratute, la dramaturga Fátima Patterson, entre otros.
Para el crítico y escritor Víctor Fowler la preservación de la identidad cultural es un asunto medular que no debe
descuidarse, así como la apropiación de las nuevas tecnologías y la modernización permanente del pensamiento crítico en la lucha por la descolonización cultural de la que todos somos parte.
Otros artistas como el líder del grupo Buena Fe manifestaron su opinión sobre cómo articular una política para recuperar la soberanía nacional sobre los consumos musicales en nuestro país. «Me parece increíble que sigamos malgastando recursos, horas de reuniones, debates estériles en culparnos los unos a los otros entre entidades, organismos, ministerios, institutos… teniendo el problema justo frente a nuestros ojos.
«No será fácil dar esa batalla con nuestros recursos frente a la maquinaria cultural industrial globalizada, con nuestra estrategia y nuestros recursos digitales, con nuestras disposiciones jurídicas y el ordenamiento de una plataforma única de jerarquización, con nuestro propio hegemón», señaló Israel Rojas.
Durante el debate se abogó porque en los diferentes espacios culturales se promuevan nuestros valores e identidad. Foto: Enrique González Díaz
«Pero resulta, añadió, que no hay hegemón cubano, ni existe plataforma única de jerarquización de todos los géneros musicales. No existe ordenamiento, ni reglamento, ni instrumento jurídico alguno que regule la circulación de la música, en el ya obvio e innegable mercado de la música cubana. Y además, es falso que tenemos pocos recursos.
«Tenemos un sistema de radio y televisión aún en poder de la Revolución, tenemos recursos de difusión locales, llámense los audios particulares, las casas de la música, las empresas, la Uneac y la AHS», expresó el artista, reflejo de un debate de la cotidianidad de nuestra vanguardia artística, que se preocupa por el rumbo de una nación que resiste y persiste en la defensa de sus valores y su cultura.