«Como danzonero trabajo para que más jóvenes se acerquen a este fenónemo sociocultural tan hondo, de tanto ha significado para Cuba», asegura Ethiel. Autor: Miriel Santana Publicado: 25/05/2021 | 11:14 pm
La Failde abraza la música cubana toda, la de ayer, hoy y siempre. Su formato, la juventud y formación de sus integrantes le permite ir de la timba al mambo, de la rumba al bolero, con soltura y poderío. Así lo avala la nominación al Grammy Latino el pasado año. Sin embargo, jamás abandonan el danzón que es su matriz de identidad y un compromiso con el creador musical de ese género y con la cultura de su ciudad: Matanzas.
Ese empeño vuelve a brillar con luz propia en Joyas inéditas, el álbum más reciente de la agrupación, que a partir de este viernes 28 de mayo está disponible en plataformas digitales. Un proyecto auspiciado por la Egrem y la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas.
Portada de Joyas Inéditas, con diseño de Nelson Ponce.
A contracorriente de lo que impone el mercado musical global y como una apuesta por la memoria, esta placa reúne cuatro danzones de Miguel Failde, que desaparecieron del panorama sonoro cubano hace más de un siglo. Hasta el momento, solo existía registro fonográfico de Las Alturas de Simpson, de 1879, pero ahora estudiantes, investigadores y melómanos de Cuba y el resto del mundo, podrán tener un cuadro más completo del quehacer del músico matancero conocido como el «Rey del cornetín». El hecho adquiere especial relevancia, pues en este 2021 se conmemora el centenario de su partida física.
Tras años de búsqueda e investigación, un equipo, encabezado por la Dra.C. María Victoria Oliver y Ada Oviedo, encontró varias partituras en archivos de instituciones de la Atenas de Cuba y del Museo Nacional de la Música. Eran arreglos para formato de banda o piano, que por fechas, elementos de estilo o los mismos créditos autorales remitían a Miguel Failde. Con base en esos hallazgos y bajo la estricta dirección musical de Ethiel, varios arreglistas completaron las orquestaciones y hoy podemos escuchar: Nievecita (1883), El naranjero (1895), Cuba libre (1902) y A La Habana me voy (1903). Estas obras resumen casi tres décadas de evolución del danzón cubano, permiten apreciar la incorporación de un mayor número de partes contrastantes y anuncian en sus codas el advenimiento del montuno.
En la selección aparece, en función de cierre y no como obra inédita, Rompiendo la rutina, danzonete de Aniceto Díaz estrenado en 1929. La Failde no podía dejar de registrar su propia versión de este clásico que asume habitualmente en sus presentaciones y para la ocasión fue convocada la mítica Omara Portuondo, quien bordó esta página con simpatía y dominio absoluto.
El álbum fue grabado en los estudios 18 de Egrem por Ana Laura Vilaragut y Reinier Cobos, luego, desde Estados Unidos, los multipremiados ingenieros Ignacio «Nacho» Molino y Alex Psaroudakis, se ocuparon de la mezcla y masterización para que estas joyas suenen a siglo XXI, con el brillo y la precisión que la tecnología permite.
La obra inédita de Miguel Failde llegará también al audiovisual, pues se anuncia para los próximos meses la salida del videoclip de Cuba libre, bajo la firma de Joseph Ros. Un material que contó con el apoyo de la Asociación de Danzoneros Miguel Failde y RTV Comercial.
En cuanto se retome el curso escolar en los centros de la enseñanza artística, la Failde, según le comentó Ethiel a JR, pretende llevar el disco y la obra de «Miguelito primero» a las nuevas generaciones a través de conciertos didácticos y charlas, comenzando por Matanzas, cuna de este género y de la agrupación.
Pero disco y videoclip no son suficientes para quienes tanto defienden el danzón, por eso Ethiel adelantó al diario otros proyectos en los que se encuentra inmerso junto a su orquesta:
«Los indicadores sanitarios en la primera etapa del año hacían imposible pensar en la celebración del Encuentro Internacional Danzonero, cuya quinta edición quedó pospuesta desde 2020, pero eso, más que una derrota se convierte en un desafío para hallar nuevas maneras de promover el danzón, mucho más en el centenario de la partida física de Miguel Failde», explicó vía WhatsApp.
«Por ello estamos preparando Danzoneando TV, un programa para el verano en Cubavisión, con música en directo y el hermoso Teatro Sauto como locación principal. Se trata de un primer paso para mostrar el danzón de forma regular en el canal más importante del país y que tiene como precedente el espacio que desde 2016 conduzco en Radio Taíno. Ojalá logremos el empaque que soñamos y llamar la atención de los públicos. Este empeño es posible gracias al auspicio de la Dirección Provincial de Cultura y a la sensibilidad del ICRT.
«Además, para diciembre deben estar listas algunas cápsulas con momentos de la historia de Miguel Failde, pero en dibujos animados: un material que quiere robarse la atención del público infantil y sembrar en ellos el interés por esta expresión raigal de la cultura cubana».
Como si fuera poco, ya comienza a tomar forma el próximo disco que debe estar listo para 2022, coincidiendo con el décimo aniversario de la agrupación y siempre bajo el sello Egrem.
«Será nuestra quinta producción de estudio y deseamos que siga la línea de Failde con tumbao, o sea, un repertorio más polivalente, que muestre la amplitud de géneros que asumimos y con varios invitados nacionales e internacionales. Vamos a incluir un homenaje a las rumberas matanceras, cuyos nombres merecen ser difundidos, empezando por Estanislá Luna, y otros estrenos».
—Diez años ya cumple la orquesta en 2022, se dice rápido, pero... ¿qué ha significado? Mirando atrás, ¿con qué te quedas?
—No creo que regodearnos en el pasado sirva de mucho, únicamente para volver a la semilla, para estudiar a los grandes de verdad, a los que la historia ya consagró. Si miro al pasado de la orquesta es únicamente para buscar fuerzas y tratar de no repetir errores. Pero nuestras claves están en trabajar y ensayar mucho, aspirar siempre a la calidad, sin poses ni falsa modestia, servir a la música cubana, al público y, si es posible, dejar nuestra huella como jóvenes.
«Siempre enfatizo en el estudio y el ensayo, son esenciales para lograr un sonido, una identidad. Mi librito no es el de llegar e improvisar a ver qué pasa. Como orquesta quiero que sigamos unidos, creciendo cada cual a su paso, aportando al sueño colectivo. Como danzonero quiero y trabajo todos los días para que más jóvenes se acerquen a este fenónemo sociocultural tan hondo, de tanto significado para Cuba. Me interesa que exista más diálogo al interior del movimiento danzonero, desde el respeto entre generaciones, pero diálogo movilizador, radical y comprometido para limpiar de polvo y paja al danzón y vestirlo de siglo XXI en todos sus aspectos, en todas sus expresiones».