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Un «novio» para Gibara

Roger Rodríguez, su director, explica que «el Colonial de Gibara lo hemos asumido mediante una reparación capital que tiene mucho apoyo desde el Partido, el Gobierno y la Dirección Provincial de Cultura

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

GIBARA, Holguín.— Once funciones consecutivas presentó la Compañía de Zarzuelas del señor Palau en el Teatro Casino Español. A partir del 13 de octubre de 1890, lugareños y visitantes de la vecina ciudad de Holguín subieron allí el telón. El surgimiento del enclave teatral respondió al próspero pasado del puerto gibareño y a cierta recuperación económica en la tregua (fecundamente martiana) que se dieron la metrópoli y su colonia.

En 519 días, un pariente de Fernando Longoria, artista del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), y otro grupo de infatigables levantaron la que poco después sería calificada como una de las mejores instalaciones de su tipo de la costa norte cubana.

Al Unión Club, renombrado así en la etapa de la seudorrepública, le varió luego su denominación hasta ser conocido como Teatro Colonial de Gibara, sitio en el que Longoria y una brigada del FCBC contribuyen a facilitar su reapertura, después de permanecer cerrado al público por 46 años. Con serruchos, martillos y clavos trabajan sobre superficies y columnas testigos del mito de Isadora Duncan (hay muchas interrogantes acerca de si danzó o no ahí), la voz de Raúl Camayd, el piano de Bola de Nieve, la ópera albana o Electo Silva.

Su amigo Ramón Latour, tunero que vive en predios gibareños hace mucho, lo convidó a sumarse a la brigada y buena parte de lo aprendido lo debe a sus consejos y lecciones. Maykel Noris, joven carpintero, lleva dos años y medio en estos menesteres, todo ese período en el Teatro Colonial: «He aprendido acá sobre la marcha, primero como ayudante, lo que me permitió irme defendiendo después en casi todas las faenas, como elaboración de puertas, balaustres, barandas».

Hace aproximadamente cinco años, fue transferida esta instalación al Consejo Provincial de las Artes Escénicas, del que forma parte el Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol, el cual abarca a otras instituciones como el Eddy Suñol y la sala Ismaelillo. Roger Rodríguez, su director, explica que «el Colonial de Gibara lo hemos asumido mediante una reparación capital que tiene mucho apoyo desde el Partido, el Gobierno y la Dirección Provincial de Cultura. Al ubicarse en un sector de protección grado 1 (desde el punto de vista patrimonial), es de mucha relevancia histórica, cultural y arquitectónica».

Fernando Longoria.Foto:Iván Guerra.

«Esta es una construcción de mampostería —detalla Roger Rodríguez— de interior completo de madera en sus tres niveles y su cúpula central. La reproducción de objetos y componentes se está logrando lo más fiel posible a sus originales. Lo que más ha ralentizado el ritmo de restauración ha sido el aprovisionamiento maderero, que se materializa poco a poco.

«Una acción tan meticulosa debe hacerse sin apuros, pero también aprisa. Tenemos terminados cerca del 80 por ciento de los elementos de la sala principal. Ventanas, puertas y balaustrada de sus diferentes niveles fueron restauradas. Cada piso dispondrá de piezas rehabilitadas, acompañadas por otras originales que cuenten la historia del inmueble».

Dos arquitectas lideraron el equipo multidisciplinario que concibió el proyecto técnico-ejecutivo de la recuperación. Ivette Planas, experimentada profesional, anda ilusionada con una foto que desde Bayamo le harán llegar de una velada de declamación ocurrida en el Teatro Colonial.

En su mesa de trabajo en Vértice, Empresa de Servicios de Ingeniería y Diseño de Holguín, dibujó, trazó, midió y hasta se figuró los aplausos por devolver tras la fachada neoclásica, en el interior de planta a la italiana (en forma de herradura). «Trabajar la evolución de un inmueble de 130 años ha sido un privilegio. El grupo multidisciplinario lo integran varios jóvenes, algo que me alegra bastante. Aquí han participado arquitectos, ingenieros civiles, eléctricos, mecánicos, hidráulicos y automáticos. Son varias las tareas que se han cumplido, desde proyectar la mecánica escénica y el juego de luces y acústica (a cargo de la empresa Atrio, del Ministerio de Cultura), hasta idear estructuras o conexiones hidrosanitarias, y proveer electricidad y otras facilidades».

Yandria García, avileña devenida holguinera, volcó sus conocimientos frescos de la universidad y la formación en Vértice en rejuvenecer al antiguo Casino Español: «Todo me ha resultado interesante, dado los valores patrimoniales del inmueble construido con métodos del siglo XIX, que estaba muy deteriorado. Fuimos hasta los teatros Sauto, de Matanzas, y Martí, de la capital, donde se ejecutaron restauraciones recientes. El Colonial viene siendo como este último en pequeño formato. Nos nutrimos de los procederes de allá, que nos fueron útiles».

Yandria García.Foto:Nelson Rodríguez.

Culminada su remodelación, el Colonial tendrá un aforo de 300 personas. Su platea se calcula que contendrá de 90 a cien butacas en el área principal y el resto en los tres balcones. Además, se le añadirá una sala alternativa en el patio de unos 80 asientos.

Dispondrá de una torre de siete camerinos, baños públicos, salón de protocolo, edificio socio-administrativo y cafetería. En estos momentos se encuentra montada toda la falsa obra (maderas y andamios temporales) del interior y se empezó en la restauración de la cúpula central. Fue desmontado el falso techo y se sustituyen piezas defectuosas. Una vez concluidos los trabajos de carpintería y restauración, iniciarán sus labores los artistas de la plástica.

Se le emplazarán sistema de aire acondicionado y alfombras, elementos que en ningún momento tuvo, y se reproducirá su primer telón, cuya imagen recrea el entorno de esta ciudad, de la que su centro histórico es Monumento Nacional desde 2004.

A Fernando Longoria siempre las acciones de rehabilitación de cubiertas le resultan una «caja de sorpresas». Entre él y los miembros de la brigada del FCBC desmontaron las tejas y la manta asfáltica, y detectaron tablas y alfardas en mal estado. Salvaron algunas y otras hubo que sustituirlas. Luego se montó todo el tejado restaurado y así erradicaron las goteras y sus secuelas. Después se dedicaron a mejorar la balaustrada y detalles de columnas y frisos.

En la reparación del falso techo están ocupados ahora mismo. «Desmontamos el tablerillo y el florón central para rehabilitarlos y restauramos ahora la viguetería, que es el soporte del nuevo falso techo. Teníamos la experiencia del Museo de Arte Decorativo de Gibara, donde nos encargamos de los vitrales, el lucernario y otros aspectos», asevera el artista.

La mayoría de los trabajadores de la brigada del FCBC son carpinteros, todos gibareños y varios jóvenes interesados en superarse. Longoria también participó en un recorrido por instalaciones parecidas del país en busca de herramientas para encabezar el colectivo de restauradores.

Independientemente de que en el futuro del Teatro Colonial prevalezcan manifestaciones danzarias, teatrales o líricas, cuando Gibara sea sede del Festival Internacional de Cine, ese espacio, explica Roger Rodríguez, probablemente acoja proyecciones de materiales en concurso o algunas actividades vinculadas al evento.

Roger Rodríguez.Foto:Iván Guerra.

El circuito de programación del Complejo Cultural holguinero contemplará al otrora Casino Español, por lo que muchas de las propuestas del teatro Eddy Suñol podrán disfrutarse también en lares gibareños.

Eusebio Leal tuvo en cuenta al Colonial como una de las obras pendientes por restaurar del país. Muchos gibareños y holguineros no quedarán mal con el leal historiador, y pulen otra joya del más relevante conjunto arquitectónico-urbano de la provincia.

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