El show medirá el talento de 57 instrumentistas. Al final quedarán 16 integrantes en la Banda Gigante. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 01/12/2018 | 09:18 pm
La Banda Gigante quiere que cada uno de los músicos que aspira a conformarla sea versátil en materia de espectáculo, además de virtuoso instrumentista, algo que el equipo de realización del esperado espacio televisivo que tendrá su estreno este diciembre, da por sentado. Y que, según expresa a JR su director general, Manolo Ortega, «también queremos descubrir al joven carismático, vital, culturalmente integral y cómplice de un público que estará siguiendo su crecimiento personal».
Son esas algunas de las premisas de un programa que de seguro irá creciendo por emisiones, para que las noches de domingo conserven esos aires de música que no debieron perderse, y así llenar la pantalla chica de novel talento musical, capaz de protagonizar ejecuciones que recordarán los tiempos en que brillaron Benny Moré y su Banda Gigante.
—¿Cómo nace el proyecto televisivo La Banda Gigante?
—Como una necesidad de RTV Comercial de crear una orquesta que sea la encargada de acompañar a los concursantes de Sonando en Cuba y Bailando en Cuba, y que al mismo tiempo se responsabilice con la banda sonora de las series documentales, dramatizados y filmes que estén dentro de su amplia línea de producciones.
«Tal como su nombre lo indica, es un homenaje a la orquesta del Bárbaro del Ritmo. Por ello se convocaron instrumentistas de piano, guitarra, bajo, percusión cubana, drums, flauta, violín, trompeta, saxo y trombón, de forma que se pudiera armar un formato amplio con posibilidades de desdoblarse en otros más específicos, según la concepción temática que se fije en cada emisión.
«Asumir este programa ha sido un reto, pues es la primera vez que se transmitirá por nuestra televisión un espacio con este formato que, ante todo, privilegiará el entretenimiento, pero sobre la base de procurar un conocimiento cultural que, a través de la música, movilice los más diversos resortes vinculados con la esencia de la nacionalidad cubana».
—¿Qué requisitos se exigieron a los concursantes?
—La condición para participar en La Banda Gigante era que fueran jóvenes entre 18 y 35 años de edad, egresados en su mayoría de la enseñanza artística y de las escuelas de bandas promovidas por el Instituto Cubano de la Música (ICM), como parte de sus proyectos de desarrollo artístico. Los interesados se presentaron a pruebas de improvisación, lectura de pentagrama, ritmo, armonía, entre otros requerimientos indispensables para entrar en un riguroso trabajo de selección.
«La búsqueda de ese talento demoró un mes, y se realizó en julio de acuerdo con las condiciones de cada territorio. Las audiciones fueron en Santiago de Cuba, Camagüey, Santa Clara y la capital.
«Es importante señalar que muchos interesados de otras provincias se movieron hasta estos territorios, lo cual nos produjo especial satisfacción al comprobar las expectativas creadas en los instrumentistas.
«Este casting nos permitió medir hasta dónde realmente podíamos hacer crecer el programa. Por supuesto, hay diferencias entre los posibles concursantes y las audiciones nos mostraron realmente el estado en que se encuentran, hasta dónde trabajar con ellos, qué les va faltando para crecer, qué nivel de exigencias llevan en pro de su proyección escénica, incluso, en su interacción personal, pues recuérdese que se trata de una banda, lo que significa que las individualidades están en función de un bien común: la orquesta».
—Es evidente que encontraron suficiente talento...
—Sí, a pesar de las diferencias que observábamos de un territorio a otro, La Banda Gigante puede llegar a ser el programa que sueña todo el equipo de trabajo. Ciertamente es un esfuerzo muy grande pero creemos en él, y eso es una razón suficiente para llevarlo a cabo. Ha sido mucho tiempo para seleccionar a los concursantes; este es un proceso que asume el equipo de dirección del programa.
«Las jornadas de selección fueron muy intensas si tomamos en cuenta que las audiciones terminaron en el mes de julio y desde entonces no nos hemos detenido, asumiendo otros compromisos contraídos también con RTV Comercial.
«No obstante, estamos satisfechos con esta primera parte, pues hemos encontrado talento para lograr el espectáculo que el televidente espera y merece, potencialidades tienen.
«El show medirá el talento de 57 instrumentistas. Al final del concurso (diez semanas previstas en pantalla), quedarán solo 16 integrantes en la Banda Gigante, quienes trabajarán durante un año en las diferentes producciones de RTV Comercial, hasta que se realice una nueva edición de la competencia. La orquesta tiene diez categorías de instrumentos y en cada una habrá seis o cinco participantes. Ellos llevan en La Habana casi tres meses y ya han recibido alrededor de 20 clases magistrales. Son apadrinados por reconocidos arreglistas jóvenes y por Michel Herrera, director musical de la orquesta acompañante que tendrá el programa cuando salga al aire».
—¿Nos adelantas sobre las secciones y diversos momentos que tendrá el programa?
—La Banda... tiene una máxima que no dista de lo que ha sido el núcleo de muchas otras de nuestras propuestas: se trata de potenciar los valores culturales de la nación. En esta oportunidad serán los músicos y la música cubana los ejes esenciales. Por ello, no faltará una sección histórica de corte diferente a la que ya conocen los seguidores de Bailando…, por ejemplo. Pero sí se propone un andar por el país; habrá homenaje a artistas esenciales de la cultura musical de la Isla; realizaremos intervenciones en espacios públicos de la capital, y sobre esto no voy a ahondar mucho ya que traerá consigo una de las sorpresas que distinguirá la emisión.
«Hemos pensado muy bien cómo conformar las secciones del espacio y los diversos momentos que, fuera del concurso, también se integran al concepto del programa. Las mencionadas son solo algunas. Una parte ya ha sido grabada y la otra, felizmente, la haremos in situ. Lo cierto es que La Banda Gigante está concebida para hora y media aproximadamente, por lo que exige poder de síntesis ante toda la información que está dispuesta a ofrecer».
—RTV Comercial ha confiado en el equipo que diriges, ¿cómo ha sido esa alianza?
—Realmente cada vez se une más la alianza de trabajo de RTV Comercial con las propuestas que durante este tiempo nuestro equipo ha realizado. Además de la confianza, RTV Comercial nos ha permitido soñar, y eso es lo que hacemos ante cada proyecto.
«Esta vez además del apoyo de RTV Comercial, hemos contado con el ICM, todo ello ligado al contacto que hemos logrado con proyectos culturales que distribuidos por el país, nos han acercado a núcleos portadores y hacedores de géneros musicales que identifican a la Isla en cualquier parte del mundo».
—¿En qué otras propuestas has pensado junto a tu tropa?
—Realmente no dejamos de pensar en nuevas ideas que aspiramos a convertir definitivamente en shows televisivos o propiamente teatrales. Ahora mismo el gran reto lo constituye La Banda Gigante, en primer lugar porque es una propuesta diferente a las vistas en nuestra televisión en materia de concursos de participación; sin embargo, se torna difícil por no tener referentes de este tipo de programas en nuestro país ni en el mundo. Pero como siempre digo, cuando trabajas con un equipo como el que hemos conformado, y que lleva tiempo laborando junto, el camino se torna mucho menos pedregoso.
—En medio de la preparación de La Banda Gigante sorprendieron con el espectáculo Bailando en Cuba 2: La historia no contada…
—Fue un espectáculo en el que se unieron la danza, el humor y la música, con disímiles condimentos, que diseñamos para el capitalino teatro Karl Marx y que concebimos por un fin de semana del verano y llegamos a efectuar seis.
«Habría que significar que Bailando en Cuba ha ido posicionándose en el gusto popular, esa es la primera felicidad. Concluida la segunda temporada, decidimos que no se quedaran allí los resultados, sino que el proyecto trascendiera el teatro, y eso nos llevó a conversar con Ignacio Hernández (Nachy), director de Vivir del cuento, y luego con Roclan González, al frente de Revolution, la compañía líder de nuestro espacio.
«Unidas todas las partes necesarias, nació la idea: sumar por primera vez el elenco de las dos temporadas de Bailando... con algunos concursantes de Sonando en Cuba en su segunda edición. Completaron el elenco como invitados: Orlando Manrulfo “Mariconchi”, Edith Massola, Alain Pérez, Diván, Alex Duval y Charanga Latina, de modo que es un espectáculo que, sobre la base de la parodia, se ha diseñado como una revista con variedad musical.
«Como experiencia esta puesta fue increíble, a teatro lleno. El espectáculo fue grabado para la TV, así que en breve podrá ser transmitido».
—Sonando en Cuba, Bailando en Cuba, y ahora La Banda Gigante, ¿Cómo define Manolito estas propuestas televisivas?
—Creo que han sido propuestas muy agradecidas por el televidente, que han ido creciendo en la medida en que el público se ha vuelto exigente. Como megaproducciones representan jornadas de trabajo muy intensas, pero que necesariamente cohesionan al equipo y solidifican conceptos estéticos que nos acompañan siempre.
—Cada proyecto de estos también ha tenido sus detractores…
—La crítica es necesaria, y en nuestro caso el equipo tiene la máxima de escuchar todo lo que nos llega. Luego se valora y se toma en cuenta siempre que el criterio sea sólido. Acostumbramos a estar muy atentos además a las redes sociales que, sin dudas, son una importante fuente de retroalimentación. Puede parecer un cliché, pero en verdad nos debemos al público; es por ello que todo lo que proyectamos, y en ocasiones variamos sobre la marcha, es para ofrecer a los televidentes el programa que merecen.
Manolo Ortega, director general. Foto: Roberto Ruiz.