Oberlandis Rodríguez y Abel Sánchez, en «Pelea de Gallos». Autor: Norlys Guerrero Pi Publicado: 21/09/2017 | 06:52 pm
CAMAGÜEY.— Micrófono en mano se encontraron en el centro de la «valla». El maestro de ceremonias acababa de anunciar: ¡Oberlandis vs. Escobar! ¿A quién se le ocurriría convocar una «pelea de gallos» a la entrada del preuniversitario camagüeyano Álvaro Morell? Sin embargo, aquello no era para temer, porque Oberlandis y Escobar son dos jóvenes encantadísimos de ponerse a prueba en un ejercicio común de improvisación entre raperos.
La cultura hip hop en Cuba es cultura de resistencia, y sus artistas y seguidores buscan alternativas que los fortalezca como movimiento, algo fomentado hace una década por el Festival de Rap Trackean2, con el auspicio de la filial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Camagüey.
Lisvany Pérez, el Limba, de La Habana, consideró que «festivales como el Trackean2 son los que hacen falta en Cuba. Los géneros del hip hop podrían estar mejor, porque hay raperos, pero necesitan salir a la luz».
Igual que el Limba, Sandy David González Guerra, Soldado Razo, de Guantánamo, relacionó el éxito del evento con «la disposición de los raperos de Camagüey, de la AHS, y de la voluntad de unir a los raperos de Cuba».
Esa vibra también sedujo a Reinier Morejón Hernández, Black Soul, de Artemisa, quien partió de una idea básica: «Lo mejor que le puede pasar a un raper es que lo inviten a un festival, y si en tu ciudad no sucede, te sumas en seguida. Los rapers quieren venir donde está el rap».
Aquí volvió José Ángel Valdés, quien radica en la capital cubana hace 17 años, y desde allá aspira a entrar a la Agencia Cubana de Rap con su grupo Conflicto social. «Yo inauguré el Trackean2. Recuerdo que la primera edición cantamos en el cine Guerrero. Estuve quita’o cinco años haciendo un poco de reguetón, y regresé con más fuerza para apoyar el movimiento de rap».
¿Qué dice murumba?
Eliecer Velazco, más conocido como Murumba, es uno de los principales entusiastas del Festival TracKean2, como rapero integrante de la comisión organizadora del evento.
—Este año desarrollaron el foro interactivo Aporte del hip hop a la cultura camagüeyana. ¿Cuáles aportes destacarías?
—Cuando vemos que cada vez son más los raperos que quieren participar confirmamos que se cumple el objetivo de fortalecer esta familia. Al agruparnos, compartir experiencias y conocimientos, y debatir sobre la cultura hip hop, todos aportamos y aprendemos.
—Prejuicios sociales alimentan cierto estereotipo del rapero. ¿Qué caracteriza a un artista como tú?
—Esos prejuicios nos han fortalecido. Casi siempre se nos mira como extraños. Hay raperos que hacen crítica social, otros le cantan al amor o a la vida. Las críticas pueden ser constructivas o destructivas. Yo las asumo como constructivas y me reafirman como ser único.
—Pertenecer al catálogo del Centro Provincial de la Música y los Espectáculos es posible, pero ¿cómo les va con el tema de la profesionalización?
—A los raperos les resulta difícil las audiciones para entrar a los Centros de la Música, tal vez porque se alega que la que hacemos no es comercial. Yo defiendo la diversidad del pueblo, de los gustos de la juventud, y te aseguro algo, existe un público amante del rap. Me gustaría pertenecer a ese catálogo que se precia de aglutinar a artistas profesionales.
—Murumba, por la parte que te toca, ¿qué no debe faltarle nunca al Trackean2?
—No le pudiera faltar la AHS ni las instituciones que nos apoyan cada año. La AHS en Camagüey ha sido para mí una escuela, una forma de vida, un hogar.
Para seguir trackean2
Este año, el Festival acentúo la esencia urbana de esta práctica artística, también asumida como actitud ante la vida, al ensancharse a parques de la ciudad de Camagüey y de Florida, en los que se ofrecieron conciertos, se bailó, se hicieron graffitis y se desarrollaron las controversias con temas como la violencia de género y la vindicación del artista de rap.
Las «peleas de gallos» tuvieron lugar en el Parque Martí, de Florida; en la entrada del Preuniversitario Álvaro Morell, cerca del Casino Campestre; y en la Plaza Joaquín de Agüero, también en la ciudad de Camagüey. En la noche, el escenario fundamental de los conciertos fue el Parque Cristo.
Trackean2 se consolida como un espacio de promoción de producciones simbólicas asociadas a un tipo de música originaria de la ciudad de Nueva York en los años 70 del pasado siglo, que prendió en Cuba en los ‘80.
El Festival surgió por iniciativa del proyecto La Skina, el cual llegó a ser de los más completos del país, pero se desintegró. Algunos integrantes se han dedicado al reguetón. En cambio, el evento continúa desde el corazón de Esta gente, de Murumba, y del grupo de los bailadores I am X, ambos del proyecto sociocultural Golpe a golpe, de Camagüey; y también desde el apoyo de la Asociación.
En la programación de la Casa del Joven Creador el hip hop tiene espacio habitual, en El Balcón de las Artes el primer jueves del mes; en La Terraza un domingo al mes, mientras que el cuarto se dedica a las «peleas de gallos»; y como extensión, los segundos martes se llega al Parque Cristo.
«Trackean2 sigue siendo el evento de hip hop más completo en Cuba», afirmó Yunielkis Naranjo, presidente de la filial camagüeyana de la AHS, en el sentido del poder de convocatoria y por la consolidación del festival en cuanto a «la organización, la atención a los artistas y la constancia de entenderlos para promover una práctica cultural popular que se hizo alternativa».