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Octubre de arte grande

Desde 1980, el octavo mes del año convoca a las propuestas escénicas más sobresalientes de la Isla: el Festival de Teatro de La Habana

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Octubre será el mes del 16 Festival de Teatro de La Habana (FTH) que desde 1980 convoca a las propuestas escénicas más sobresalientes de la Isla, al tiempo que le da la bienvenida a creadores de diferentes latitudes del mundo, de modo que el público cubano pueda estar enterado de las tendencias y las principales ideas que mueven el arte de las tablas.

El notable creador Peter Brook.

Tan importante resulta este evento que tendrá lugar entre los días 22 y 31, y organiza el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, que no puede desarrollarse sin el acompañamiento de otras manifestaciones artísticas.

Esta cita no competitiva saludará las tres décadas de Teatro Buendía, emblemática agrupación que dirige la premio nacional de Teatro Flora Lauten y observará de cerca la dirección escénica y hará notable reverencia a una figura como Peter Brook, tomando como pretexto el hecho de que justamente este descollante director de películas y ópera nacido en Londres, y sin dudas entre los más influyentes del teatro contemporáneo, cumplió, el pasado 21 de marzo, 90 años.

En ese amparo cómplice al cual hacía referencia en unas líneas atrás, la Cinemateca de Cuba,

ubicada de momento en la sala 4 del Multicine Infanta, motivará a los cinéfilos proponiéndoles un ciclo  dedicado a Brook con varias cintas que constituirán estrenos en la Isla, como: Encuentros con hombres notables (1979), El Rey Lear (1971), El Mahabharata (1989) y La tragedia de Hamlet (2002).

De los largometrajes que se exhibirán ahora del ilustre inglés, solo Marat/Sade ha sido visto en Cuba. Presentada en 1966 y mención especial en el Festival de Locarno (antes había alcanzado un premio Tony cuando la llevó a la escena), esta película se inspiró en una obra teatral de Peter Weiss, cuyo argumento es el asesinato del líder de la Revolución Francesa Jean-Paul Marat a manos de Charlotte Corday.

Todo ocurre en un asilo mental en el que se organiza una función teatral, a raíz de la llegada de una visita, la cual es representada por algunos pacientes, y escrita y dirigida por el Marqués de Sade, también recluido allí.

En Encuentros con hombres notables, Brook, quien entregó su ópera prima, Sentimental Journey, en 1943, convidó a Dragan Maksimovic, Terence Stamp, Mikica Dimitrijevic, Athol Fugard y Warren Mitchell para que le dieran vida a los personajes que intervienen en la biografía de George Ivanovitch Gurdjieff. La juventud del importante escritor y compositor armenio les llegará a los amantes del séptimo arte del patio por medio de sus viajes y el descubrimiento de la música espiritual.

Con El Rey Lear, Paul Scofield consiguió el Premio Bodil al mejor actor en esta representación de la pieza inmortal de Shakespeare para la gran pantalla. Lo acompañan en el elenco: Irene Worth, Cyril Cusack, Susan Engel y Tom Fleming, entre otros, en esta versión sobre el drama del anciano monarca que decide repartir su reino entre sus hijas, y confundido por la falsa adulación de las dos mayores, decide desheredar a la más joven...

Y hablando del autor de Romeo y Julieta, Sueño de una noche de verano y La tempestad, en La tragedia de Hamlet, Peter Brook nos convida a apreciar una versión moderna de este clásico, protagonizado por el actor Adrian Lester, quien aparece secundado por Jeffery Kissoon y Natasha Parry.

Superproducción en la que participan casi 15 países (Bélgica, Australia, EE.UU., Suecia, Portugal, Noruega, Holanda, Japón, Irlanda, Islandia, Finlandia, Dinamarca, Reino Unido y Francia), El Mahabharata, extensa filmación, que se llevó a nueve horas, del conocido poema épico indio y se convirtió en una miniserie de televisión, habla de los celos, odio, rivalidades y separaciones. Lo interpreta un reparto multinacional que incluye al griego Georges Corraface, al polaco Andrzej Seweryn y al italiano Vittorio Mezzogiorno.

Quien pusiera su respetable rúbrica en otros filmes al estilo de La ópera del vagabundo y Tell me lies, y que ahora es reconocido por la Cinemateca de Cuba mediante el ciclo El teatrista detrás de la cámara, ha confesado, sin embargo, que gusta del cine, pero adora el teatro, en el que «no hay nada que esté fijo, uno puede cambiar todo el tiempo, como de noche a día. (...) Al cine le falta el contacto humano regular del teatro. El operador de cámara o el ingeniero de sonido no se incorporan a la obra tanto como el actor. Y luego, en el cine hay que esperar todo el tiempo, su ritmo de trabajo es otro. (…) Se puede hacer teatro casi con nada». ¡Y pensar que se disfruta tanto! Entonces, ¡que venga de una vez el 16 Festival de La Habana!

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