Adrián Berazaín, Mario Díaz y Jorge Robaina (derecha, al fondo), en los estudios 18 de la Egrem. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm
Los Estudios 18 de la Egrem, en el habanero barrio de Miramar, son un hervidero creativo. Jóvenes artistas criollos y de la Península ibérica conectan ideas, conceptos y maneras de ver la música alternativa, para dejarlos estampados en Un puente hacia La Habana, el fonograma con el que se consolida un proyecto de intercambio entre cubanos y españoles.
De un lado de los cristales de la cabina de grabaciones, su productor Jorge Robaina vela porque la voz de cada invitado tenga la tesitura exacta. En los micrófonos Eliades Ochoa, Raúl Paz, Israel Rojas y Yoel Martínez (ambos de Buena Fe), Leoni Torres, Adrián Berazaín, y los cantantes de los grupos Qva Libre y Deja Vú, dejan en minutos musicalizadas seis composiciones del andaluz Mario Díaz, que pertenecen a su penúltimo disco Gloria bendita.
Dentro de un par de semanas sucederá lo mismo en el español Tacones Babilón Estudio. Hasta allí se llegarán la bailarina y cantante Shica, Javier Ojeda, del grupo Danza Invisible, Miguel Campello, del grupo de flamenco El Bicho, y el argentino Kevin Johansen. Todos interpretarán media docena de temas del cubano Jorge Robaina, líder de Karamba.
Una grata noticia ya deja este futuro álbum —ahora en fase de producción y con un sinfín de detalles por limar—, y Robaina lo revela en exclusiva para JR: «Un puente hacia La Habana se sumará a las celebraciones por el aniversario 50 de la Egrem, que se festejarán en 2014, con un megaconcierto en el que participarán todos los invitados al volumen en el teatro Karl Marx».
Para ello, el volumen cuenta con una fecha de entrega: el 14 de julio venidero. De ahí que, sin apurar cada paso y teniendo en cuenta la calidad, se graban canciones que dibujan las cotidianidades percibidas por sus autores y matizadas por el sello interpretativo de cada artista invitado.
Una infinidad de asuntos tratados por Jorge Robaina se escucharán en el compacto. Abrazos rotos, por ejemplo, es una pieza hecha a la red social Facebook, que dialoga sobre las distancias y los sentimientos rotos.
Mientras Robaina obsequia a los emprendedores la kisomba Búscate la vida, hará mover a todos con la picaresca cubana en la cumbia Tú dices y no dices na’ y en la batucada Gavilán, adonde pretende representar a ese «cazador cazado» que juega con la suerte.
Habrá tiempo para el romance, ya que Jorge encuentra el modo de representarlo en la canción Déjame volar y el pop- rock Lágrimas sobre el café.
Mario Díaz destaca que sus letras llevan mucha influencia de su coterráneo Joaquín Sabina. Siempre dispuesto a reflejar la sociedad en toda su complejidad y regocijo, Díaz regala Gloria bendita, una frase muy de su país que demuestra «cariño, hospitalidad y fraternidad».
A su vez, Homenaje a la mía vida es esa fiesta necesaria que debe hacerse uno mismo; al tiempo que Pídeme perdón representa esas imprescindible disculpa ante nuestros errores, Loco corazón toca el peliagudo tema del alcoholismo, y Cuando el corazón se cala expresa ese agradecimiento a las personas que en una situación determinada te «echan una mano».
Este acercamiento a la música alternativa de la Isla y de la Península, también visibiliza con mayor holgura a algunos de los rostros que en nuestro país defienden esos géneros. Para Jorge Robaina son varios aquí que enarbolan una propuesta seria, sincera y con sabor bien cubano.
«Hay que entender que en Cuba no solo se hacen ricos estereotipos como el son y la salsa. Creo que este proyecto y el disco Un puente hacia La Habana pueden ser una herramienta importante para que fuera de fronteras la gente también conozca que existe música alternativa cubana», explicó.
Es también una aspiración de estos músicos sumar un mayor número de seguidores cubanos, además del público universitario y de jóvenes que gustan de las letras trabajadas. Y este primer enlace fonográfico lleva su buena dosis de flamenco, de los estilos caribeños y de los nuestros.
Pero habrá más, porque la creatividad no cesa, como afirma Mario Díaz, quien no descarta que haya otras entregas discográficas: «Esperemos que sí. Estamos tendiendo un puente desde Madrid a La Habana, dicho de forma poética, y nosotros los músicos siempre estamos dispuestos a hacer música», sentencia.