Como antesala del certamen fonográfico, Buena Fe presentó al cantautor español David de María, quien hizo un recuento de Posdata, su último álbum. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm
El sello de la música cubana trasciende nuestras fronteras. Se los repito, aunque es una aseveración probada y reconocida. La tomo como pretexto para conectarles con cinco momentos que, entre el viernes y el fin de semana pasados, nos han mostrado de un modo singular la diversidad melódica de la Isla.
En una ocasión «agazapada» y en la mayoría de las veces manifiesta, la riqueza de nuestra sonoridad ha protagonizado los primeros conciertos de la Feria Internacional Cubadisco 2013, el cual tiene lugar en La Habana desde el pasado sábado y hasta el venidero 26 de mayo.
Primeramente, propongo repasar la velada en la que Buena Fe presentó al español David de María en el teatro Karl Marx. Como antesala del certamen fonográfico y para develarnos Posdata, su más reciente trabajo, De María se hizo acompañar de músicos insulares para desgajarnos, en alrededor de dos horas, melodías con un fuerte sabor al flamenco del pueblo andaluz de Jerez de la Frontera, y del pop-rock de la Península.
Con la emoción dibujada en el rostro por su primera visita a La Habana, David «insertó» un pronunciado acento cubano en la sonoridad de sus piezas —incluidas las conocidas Precisamente ahora, Niña, piensa en ti y Enamorada. En ello tuvieron mucho que ver los acordes de los hermanos Yaser y Ruly Herrera (pianista y baterista, respectivamente) y del bajista Ian Cruz.
Buena Fe resultó puente acertado para adentrarnos en la obra de David. Una breve introducción musical de Israel Rojas y Yoel Martínez, solo acompañados de la guitarra, fue disfrutada a través de tres de sus canciones más populares: Tras tus pies, Intimidad y Ser de sol —esta última aparece en el CD Bueno, de Descemer Bueno.
Volar sin ti devino punto de reunión perfecta para que el dúo cubano y David se juntaran en las tablas del Karl Marx, en ese sencillo que escribieron a cuatro manos Israel Rojas y el gallego Andrés Suárez, y que aparece en el álbum Dial.
En el mismo escenario, pero el domingo en la tarde y como parte del evento discográfico, Pablo Milanés hizo un regalo especial al interpretar tres nuevos temas de Renacimiento, el disco que, anunció, saldrá próximamente y del que disfrutamos Dulces recuerdos, Amor de otoño y Cual si fuera a morir esta mañana. La trilogía estrenada por el cantautor lleva en su sonoridad ritmos cubanos con una fuerte presencia de la percusión, y textos que hablan del amor, el tiempo y la nostalgia.
Acompañado de la banda que por varios lustros lo ha seguido, Pablo no dejó de cantar temas antológicos de su repertorio como Proposiciones, Yo no te pido, Yolanda, El breve espacio en que no estás, Días de gloria y Si ella me faltara alguna vez.
Dejo para el final tres momentos en los que Cubadisco 2013 reverenció al violín como uno de los instrumentos esenciales de la sonoridad insular. Dos características tuvieron estos conciertos en el Teatro Nacional: la confluencia de varias generaciones de violinistas en todas las presentaciones, y la integración de los mismos al interpretar obras clásicas y populares. Resultó en todos los sentidos un intenso viaje, que no dejó fuera a José White, Brindis de Salas y otros tantos que conforman la historia del pentagrama criollo.
La gala inaugural del domingo en la mañana nucleó alrededor de la Orquesta Sinfónica Nacional a virtuosos como Evelio Tieles, Alfredo Muñoz, Rafael Lay, Irving Frontela, Ariel Sarduy, Pedro Fajardo y a los ecuatorianos Eva Steinsleger y Jorge Saade, así como al pianista Frank Fernández.
Mientras, las dos noches de premiaciones —sábado y domingo en la sala Avellaneda— tuvieron una amplia mirada a ese instrumento y se distinguió a algunos de sus reconocidos cultores.
Pero fue la Violinada dominical la que demostró un mayor grado de elaboración y concepción artística. El espectáculo, con una base musical a cargo del grupo Trabuco, contó con las orquestaciones de Manolito Simonet, Lázaro Dagoberto González y Joaquín Betancourt. Allí participaron, según cifras divulgadas por los organizadores, más de un centenar de instrumentistas pertenecientes a charangas de todo el país y de orquestas como los Van Van. También intervinieron estudiantes del Conservatorio Amadeo Roldán, y de las escuelas Paulita Concepción y Manuel Saumell.
Si bien la entrega de premios era uno de los motivos de ambas veladas, pudo concebirse, en el caso de la Violinada, como un concierto único, por la riqueza apreciada en ella. Y ya que hablo de los lauros entregados, siento que en este tipo de evento pudiera ganarse tiempo aplicando nuevas fórmulas en la manera de entregarlos, que no hagan densas esas galas.
Tres nuevas propuestas podrán ser apreciadas en estos días de Cubadisco: el homenaje a Benny Moré, organizado por la Egrem para este miércoles en el Teatro Nacional; el espectáculo Locos por la música, que reconocerá los 20 años de la disquera Bis Music, el viernes en el Karl Marx; y la gala por el décimo aniversario de Producciones Colibrí, prevista para el 26 de mayo, también en el Nacional.
En todos estos espacios podrá apreciarse esa eterna marca registrada que legitima la música de esta Isla, como una muestra de derroche artístico, de identidad, de dibujarnos como somos.