Criticamos recientemente el abuso de la palabra «cosa» (Palabras que van y vienen, martes 29 de mayo). Quiero decirles que a veces puede ser muy poética. Tito Gómez cantaba: «Son cosas que pasan…». Claro está que lo decía con un tono muy sugerente.
De Armando Manzanero, otro ejemplo: «Esa cosa que se llama casa…», pero el más bello, indiscutiblemente, es el empleo que de esa voz hace Vicente Garrido en una de sus canciones: «¡Cuántas cosas se pierden en una semana sin ti!».
Comoquiera es un adverbio de modo. Quiere decir: ‘de cualquier manera’. Se escribe en una sola palabra, pero no hay por qué equivocarse con como quiera, que explicaré más adelante.
«Comoquiera que se vista tiene que lucir mal». Equivale a: ‘de cualquier modo que’.
«Comoquiera que generalmente andábamos juntos, todos pensaban que éramos novios». Es igual a: ‘puesto que’, ‘dado que’.
Como quiera no necesita que. «Déjalo que vaya como quiera ir, de la manera que desee». Como, adverbio de modo y quiera, forma del verbo querer.
Fiñe llaman aquí a los niños. Lo busqué en el Nuevo catauro de cubanismos de Fernando Ortiz (1923). Dice así: Adjetivo —de reducido tamaño, encogido, raquítico, dícese en sentido peyorativo. Úsase también como sustantivo para referirse a un niño. Este cubanismo se deriva, por contaminación, de su sinónimo fuñío o fuñido y de los vocablos malinkés, de sentido despectivo, fñ ‘negro’, ‘sombrío’, y fñ fñ, ‘producir ventosidades’. Fñya, ‘hacerse negro…’ (Un missionnnaire de la Congregation de Saint-Esprit, Diccionnaire françois-malinké et malink- françois, Conakry, 1906 p. 124).
La respuesta de hoy
Un lector me pregunta quién tiene razón, si su amigo que encuentra correcta la frase: «El escrito que tradujiste ayer», o él que se decide por: «traduciste ayer». Lo siento, perdió la discusión. Traducir, conducir, introducir, y los otros verbos terminados en —ucir llevan jota en ese tiempo, en lugar de ce.