Osvaldo Doimeadiós en Josefina la viajera. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
La otrora villa de Puerto Príncipe es por estos días una gran plaza. Gracias al Festival Nacional de Teatro de Camagüey, disímiles escenarios de esa ciudad acogen una programación realmente de lujo; una muestra de las mejores puestas en escena criollas realizadas en los últimos dos años. Se trata de obras que permiten apreciar la diversidad y calidad estética de los conjuntos dramáticos del patio. Así, una veintena de agrupaciones de Santiago de Cuba, Las Tunas, Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Matanzas, La Habana y Ciudad de La Habana, pugnan fraternalmente por varios premios que otorga este evento, calificado como el más significativo hecho competitivo de nuestro paisaje teatral.
Entre las piezas para niños en competencia se encuentra Federico de noche, del matancero Teatro de las Estaciones. Escrita por el crítico y dramaturgo Norge Espinosa y dirigida por Rubén Darío Salazar, la pieza muestra al niño que pudo haber sido García Lorca, «en un montaje que parte de atmósferas oníricas y a través del cual desfilan personajes que luego podrán descubrirse en sus escritos de madurez», según se puede leer en el programa. Federico de noche llega al Festival avalada de múltiples premios y excelentes críticas y tendrá que enfrentarse a títulos como Otra vez la cucarachita del proyecto espirituano Para Bajitos, La estación de Teatro Tuyo, Miau miau del Guiñol de Santiago de Cuba, Arroz con maíz de Los Cuenteros, Un mar para Tatillo de Pálpito y Ambulante del proyecto Sir Cloe, entre otras piezas.
Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de Teatro El Público, inauguró este fin de semana las propuestas dirigidas a los adultos. Original del teatrista y cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder y adaptada también por Norge Espinosa, la exitosa puesta, a decir del crítico Osvaldo Cano, muestra «la vocación transgresora e inquieta que ha caracterizado a Díaz y a Teatro El Público desde su irrupción en el panorama escénico cubano». La renombrada compañía participa en el certamen camagüeyano por partida doble. Y es que está asimismo en cartelera Josefina la viajera, un texto de Abilio Estévez que, bajo la tutela de Carlos Díaz, protagoniza el versátil Osvaldo Doimeadiós quien «regala toda una disertación de actuación», como suscribe certeramente, asimismo, el propio Cano.
Para los mayores, además, La primera vez, del dramaturgo polaco Michal Walczak, la apuesta de Teatro de La luna, dirigido por Raúl Martín; Final de partida de Argos Teatro, Huevos de Mefisto Teatro, Ignacio y María de Teatro D´Dos, El Quijote no existe de Teatro Estro de Montecallado, y La clase de anatomía del Dr. Tulp, de Teatro del Espacio Interior.
Entre los grupos invitados están Pequeño Teatro de La Habana, Estudio Teatral de Santa Clara y la compañía infantil de teatro La Colmenita con Y sin embargo, se mueve (desde Silvio Rodríguez), texto original de Alexander Jmélik, que con dirección artística y general de Carlos Alberto Cremata, y canciones del trovador interpretadas en vivo por los pequeños actores, culmina hoy en la tarde (3:00 p.m.) sus presentaciones en el Teatro de la Academia Vicentina de la Torre.
«Aseguro que si muchos no quieren escuchar el mensaje humano que lleva esta puesta en escena de la manera en que ustedes lo logran, nadie en el mundo podrá resistirse...», exclamó el autor de Ojalá cuando dialogó con el elenco después de ver esta obra que ha obtenido premios como el Villanueva de la Crítica del pasado año y especiales de actuación masculina y femenina Adolfo Llauradó de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
Pero en el Festival, cuando las candilejas se apagan, afloran los espacios para abordar la crítica teatral «Hitos en el mapa del teatro cubano actual» es el nombre bajo el cual se discute en varios encuentros teóricos), para las presentaciones de libros, la apertura de exposiciones, las muestras audiovisuales y los homenajes. Entre los recordados de la cita —y que ya no están— se hallan el investigador y crítico teatral Freddy Artiles y el actor René de la Cruz, mientras que este año se celebra, por ejemplo, el centenario del nacimiento de la escritora Dora Alonso y el décimo aniversario de la editorial Tablas-Alarcos.
El Festival no pierde la oportunidad de reconocer a personalidades e instituciones teatrales al estilo de Teatro Caribeño, Pequeño Teatro de La Habana, Teatro de la Luna, Buendía y El Público, en tanto la Placa Avellaneda —que otorga el Centro de las Artes Escénicas de Camagüey a actores y personalidades vinculadas con el teatro— recae en esta edición en Armando Suárez del Villar, premio nacional de Teatro; los directores Freddys Núñez y Mario Junquera, el crítico e investigador Osvaldo Cano y en el dramaturgo y periodista Amado del Pino, entre otros.
Suárez del Villar en esta ocasión tendrá que subir más de una vez al estrado y lo hará acompañado del también premio nacional de Teatro Carlos Pérez Peña y de la actriz Argentina Herrán, quienes serán distinguidos con el Espejo de Paciencia que concede la Dirección Provincial de Cultura.
El Festival Nacional de Teatro de Camagüey se fundó en 1983 y, con el tiempo, se ha convertido en uno de los acontecimientos teatrales más importantes de la Isla. Los desastres dejados por el paso de diferentes huracanes por la región oriental en años recientes, detuvieron momentáneamente la cita en el 2006. Cuentan que, desde ese largo intermedio, la vida cultural de la ciudad no fue la misma. Ahora, con repartos de lujos, sube a escena de nuevo el Festival. ¡Terminó el intermedio! Ya se escuchan las noticias del ajetreo de los camagüeyanos yendo de plazas abiertas a salas cerradas, sin querer perderse ninguna pieza. Tal parece que la urbe vive un nuevo amanecer desde el gran pasacalle que atravesó la ciudad y dejó inaugurada en la tarde del viernes 28 esta fiesta.