¿Cuáles son los salvajes? Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 04:54 pm
Ana Margarita Gil, la excelente locutora, es una de mis queridas amigas. Hace poco me mandó varios recortes de periódicos extranjeros, donde aparecen cuestiones interesantes acerca del lenguaje.
Por cierto, seguramente conoces que es «la voz» de ETECSA, ¿verdad? En ocasiones —¿no te he dicho que soy muy entretenida?—, al marcar un número equivocado escucho la grabación, y le contesto cosas como: «¡Ay, Maggie, gracias, me confundí, tú sabes, veo tan mal ya».
Entre esas curiosidades enviadas por ella, hay algunas palabras que se escriben juntas: aguafiestas, antefirma, antemano, antepenúltima, trabalenguas, guardaespalda, contratiempo, contrabajo, limpiabotas, malpensado, entrepierna, duermevela, antesala, antevíspera, bienaventurado, extremaunción, cortaúñas, guardabarros, que para nosotros es guardafango, parabrisas y parachoques.
Hay muchas más. Y lo curioso es que algunas de estas pueden usarse separadas en ciertos casos; en otros no. Sí podemos decir, por ejemplo: «Él guarda espaldas ajenas». «El bebé tenía una irritación entre pierna y pierna». «No solamente limpia botas, sino cualquier tipo de calzado». «Esa tijera corta uñas, papeles, y tejidos de toda clase…»
También tenemos: portarretrato y bienvenido, entre muchas otras.
La respuesta de hoy
«Lo lleva a retortero» es una expresión poco usada ya, pero correcta. Retortero procede del latín retorcer, envolver, vuelta alrededor. «Andar al retortero» es frase familiar; quiere decir andar sin sosiego, de aquí para allá. Traer a uno al retortero, igualmente de uso familiar, es traerle a vueltas de un lado a otro, no dejarle parar, dándole continuas y perentorias obligaciones, traerle engañado con falsas promesas y fingidos halagos. En Cuba decimos generalmente: «A retortero».