Unos se quejan de que creen tener «apéndice», en vez de preocuparse por su probable apendicitis. Todos estaríamos alarmadísimos: el apéndice lo traemos desde que nacimos, salvo extraños casos de malformación congénita que andan por ahí. Lo que debe asustarlos es su apendicitis: la inflamación de este. –Itis significa justamente eso: inflamación: hepatitis, gastritis.
El uso de la palabra andancio (enfermedad epidémica leve: así se encuentra en el DRAE) resulta poco elegante. En lugar de: «Eso que padeces es un andancio», sustituyámosla por: Eso que padeces se ha extendido, pero es leve. Hay que hablar más; sin embargo, ¡qué diferente resulta! La voz andancio tiene algo de «churriburri», como decimos, desde tiempos inmemoriales, los cubanos. ¡Ah!, y ahora que uso una forma del verbo padecer, fíjate que no se «parece» de cefalea; sino se padece.
Mediastino no es intestino medio, como creen algunos, sino el espacio irregular comprendido entre una y otra pleura, que divide el pecho en dos partes laterales. Procede del latín: mediastinos —esclavo usado para cualquier trabajo. Di tú, hay etimologías tan inconcebibles.
Entró un paciente al local. Respiraba dificultosamente. Alguien comentó acerca del recién llegado, y entre otras cosas habló «del clase» de problema que tenía, porque su asma era «tremendo». Y agregó: siempre está «repuntado». Veamos los desaguisados, uno por uno, para no agobiarnos. Si nos caen en pandilla, nos hacen polvo.
¡Hace una clase de calor! Es expresión enfática; pero «un clase de algo» es un soberano disparate. Digamos: ¡una clase de...!; que dicho sea de paso, tampoco es muy aconsejable.
El asma no es «tremendo», como el aula no es «bonito», ni el águila, «depredador». Incluso nada de: «poco hambre»... Son de género femenino, que para evitar un sonido desagradable, se acompañan de el, o de un. Usemos adjetivos de género femenino para modificar sustantivos femeninos que comiencen con la a tónica, aunque lleven h antepuesta: (tremenda, bonita, depredadora, poca). Por cierto, debes recordar que solamente se usa el, con sustantivos, no con adjetivos. Fíjate: la ácida fruta, y no: «el ácida fruta», la áspera respuesta, y no: «el áspera respuesta».
Por último: en la entrada léxica del verbo repuntar, tercera acepción, se lee: América, empezar a manifestarse alguna cosa, como enfermedad, cambio de tiempo, etcétera; pero no es aconsejable su empleo. Además, fíjate que en este caso, dijeron repuntado al enfermo, no al asma.
La respuesta de hoy:Marlon Campos, de Calabazar: Aunque se dice frecuentemente: «Lo dije entre mí», e incluso, aparece así en algunas obras literarias, convendrá conmigo en que no resulta elegante. Digamos: Lo dije para mis adentros, lo dije para mí, o me dije.