Muchos piensan que el vocablo «aficionado» ya no le queda bien al Conjunto Artístico Maraguán, de Camagüey. La calidad mostrada por esta agrupación en diversos escenarios nacionales e internacionales, ha puesto no pocas veces en entredicho la arbitrariedad de tal calificativo. No obstante, sus integrantes están más allá de las definiciones: para ellos, estudiar y crear arte no se contradice en lo más mínimo; al contrario, significa un reto difícil de soslayar por los menos entusiastas.
La autoridad fue ganada desde la propia escena agramontina, donde nació hace 25 años. Fernando Medrano, su fundador y director general, recuerda que por aquel entonces la Universidad de Camagüey no contaba con antecedentes de esta envergadura. «Yo era estudiante de Ingeniería Civil. Empezamos con seis parejas y luego se nos unió un grupo musical. El nombre lo tomamos de un asentamiento aborigen que existió en nuestra provincia. Por otro lado, lo interesante es que la composición siempre fue enteramente de estudiantes universitarios y de recién graduados. Por Maraguán han pasado más de 2 000 personas».
Los abanderados de la FEU camagüeyana participan cada año en los principales eventos de danza folclórica del país, y del extranjero. En el 2003 obtuvo una medalla de plata en el Festival de Dijon, Francia, y ahora regresa a Cuba, procedente de Italia, con dos prestigiosos galardones. «El concurso en la ciudad de Gorizia fue duro, asegura Medrano. Compitieron 15 compañías de distintas nacionalidades, y tuvimos la suerte de ser premiados por la mejor interpretación musical y, de manera especial, por el jurado del Comité Internacional Organizador del Festivales Folclóricos de ese país».
Sin embargo, Maraguán no solo fue al Viejo Continente a competir. Como parte de una gira que incluyó nuevamente a Francia, y que duró 64 días, estuvieron representando a los jóvenes artistas cubanos en 25 certámenes y compartiendo con más de 30 grupos similares de otras naciones. Obras emblemáticas de su catálogo como El Caribe que nos une (con la cual ganaron en Gorizia), Por los campos de mi Cuba (cuadros de danzas campesinas) y Cubanísimo (bailes populares cubanos más urbanos), fueron apreciadas notablemente por el público europeo.
EL RETO DE SER ARTISTASPara alcanzar tales logros, es lógico que la disciplina se imponga como el pan de cada día. Medrano admite que el sacrificio es grande: «No olvidemos que se trabaja con estudiantes. Afrontar una carrera universitaria, rendir al máximo en ella, y además ser todo un artista en el escenario, requiere voluntad. El grupo tiene un régimen de ensayos bastante fuerte, casi diario».
En cuanto a proyección artística, Maraguán asume el baile folclórico desde una perspectiva más integracionista, para nada sectaria, según su director. «Lo importante es tomar de la cultura popular tradicional y elaborar un producto netamente estético. Porque, ya se sabe: si llevamos el folclor puro al teatro, el arte se pierde. Investigamos mucho, ideamos proyectos y luego concretamos.
«Algo que nos caracteriza es el amplio espectro que cubrimos: vamos desde los bailes campesinos hasta los afrocubanos. Esto trae sus ventajas y desventajas. Entre las primeras tenemos que la agrupación puede presentarse —como nos ocurrió ahora en Italia— cinco o seis veces sin repetir un espectáculo, y eso se agradece. Entre las segundas está el problema de la especialización; no siempre podemos explotar todos los elementos de un ritmo determinado, por ejemplo... Pero así nos ha dado más resultado, sinceramente».
En eso tiene mucho que ver Julio Puig Triana, el director musical. «El reto fundamental está en cumplir con todo lo que nos propongamos en materia danzaria... Somos solamente ocho integrantes, en un formato de sexteto tradicional, pero ese mismo formato se desdobla según las piezas que hagamos, ya sea de influencia haitiana, jamaicana, campesina, música popular cubana... Hacemos un estudio de los números que más se adecuan a nuestras posibilidades y emprendemos los arreglos.
«También estamos convencidos de que la interacción de los cantantes y los instrumentistas con el cuerpo de baile es muy positivo; dinamiza mucho, ofrece mayor colorido... Además, eso nos da la medida de que somos en realidad un conjunto».
Maraguán dedicó sus triunfos al VII Congreso de la FEU. Luego de un merecido descanso, su plan más inmediato es prepararse para celebrar su fecha de fundación el venidero 21 de noviembre, y estar en la máxima reunión de los estudiantes universitarios.
De manera que no hay razón para andar con miramientos: el arte, el buen arte, siempre es profesional. Y si con eso no bastara, estos camagüeyanos se conforman con ser incansables aficionados a la cultura cubana. ¿Qué más?