La realización del Bastión es la mejor manera de mostrar en la práctica los conocimientos adquiridos en las aulas desde la asignatura Preparación para la Defensa, y es un momento de reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la Patria, aseguró la estudiante de 4to. año de Periodismo de la Universidad de Oriente Yamaili Almenarez González, tras participar este martes en el Bastión Estudiantil Universitario.
La también presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria en esta institución señaló que a solo horas de que el presidente Donald Trump volviera a incluir a nuestro país en la lista de países patrocinadores del terrorismo, este ejercicio deviene mensaje de la juventud universitaria comprometida con el futuro del país, con el que ratificamos que no creemos en listas y que continuaremos al lado de la Revolución desde donde nos toca, y haciendo lo que haya que hacer.
Por su parte, Ana Carla Domínguez Cordero, estudiante de 4to. año de Derecho en la Universidad Jesús Montané Oropesa, en la Isla de la Juventud, destacó que ante un bloqueo recrudecido que la nueva presidencia de Estados Unidos amenaza con intensificar, este Bastión prepara para defender la Patria, la identidad nacional y la historia del país.
La joven subrayó que la batalla más compleja que enfrenta la juventud cubana es la ideológica. «No podemos permitir que nuestra historia se pierda; somos responsables y protagonistas de continuar el legado de quienes, a costa de su propia vida, nos han traído hasta aquí, por eso es un deber mantener nuestro socialismo», agregó.
Ana Carla, y cientos de jóvenes pineros tanto de la Universidad Jesús Montané Oropesa como de Ciencias Médicas, tuvieron una intensa preparación en 12 áreas dirigidas por oficiales y combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, enfocadas en las comunicaciones, el tiro, la defensa antiaérea, el uso de los medios de protección, así como la disciplina y responsabilidad en el uso adecuado de los recursos de la defensa.
Con esa destreza que brota de la juventud, los estudiantes camagüeyanos aseguraron también a Juventud Rebelde sentirse más cubanos, más patriotas y más cercanos a los hombres y mujeres de verde olivo. Así lo declaró aún estremecida por la emoción de poder subir, palpar y manipular el mortero autopropulsado Leirismary Margarit Pérez, quien estudia Ingeniería Industrial.
Ella, quien se forma en la Universidad Ignacio Agramonte y Loynaz, señaló: «Moví, giré y puse en posición de tiro este cañón que me tiene impactada. No pensé jamás tener entre mis historias una que me hiciera sentir como una combatiente. He crecido como cubana».
«Una cosa es tocar los instrumentos, nuestros violines, y otra muy diferente el armamento. Hay que estar muy bien preparado física y profesionalmente para hacerlo. Los oficiales y soldados merecen un reconocimiento permanente», aseguró Iris Noelia Vaquero Estrada, del Instituto Superior de Arte (ISA) camagüeyano, mientras montaba y desplazaba los cañones de una batería antiaérea junto a sus compañeros de escuela.
La ciencia atrajo a cientos de muchachos y muchachas, quienes con el deseo de conocer sobre la técnica de los drones no dejaban de preguntar sobre su funcionamiento y despliegue en el terreno. «La verdad que están “escapao”», subrayó Addiel Corrales López, alumno de 1er. año, de la especialidad de Medicina, al tiempo que sus compañeros de clases observaban entusiasmado el vuelo del atractivo aparato.
En el Bastión Estudiantil Universitario se logró un proceso de aprendizaje en el terreno que permitió elevar la preparación de los más jóvenes para la defensa de la Patria, y por eso vivieron un día con alegría, optimismo, algarabía juvenil y mucha curiosidad en las múltiples áreas donde estuvieron para aprender el arte militar.