Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un clamor de jóvenes por la justicia y la paz

Miles de habaneros marcharon este lunes en representación de todo el pueblo cubano contra el genocidio sionista, en una actividad encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Autores:

Raciel Guanche Ledesma
Laura Fuentes Medina

¡Palestina será libre o no será! Se leía entre un mar de carteles en manos de jóvenes cubanos que se congregaron este lunes frente a la mirada atenta del Apóstol, en la Fragua Martiana, para marchar por la causa palestina hasta la histórica Tribuna Antimperialista de La Habana.

Nuevamente el fidelísimo enclave fue testigo del amor y la solidaridad de este pueblo cuando se trata de la lucha por la paz. Otra vez el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, estaba allí junto a las miles de almas que pedían a viva voz: «el fin a la injusticia».

Se trata del único mandatario en el mundo que ha marchado al frente por la noble causa. A la convocatoria de la Unión de Jóvenes Comunistas para denunciar el genocidio sionista desde hace más de un año contra la población civil de Palestina y otras regiones del Medio Oriente, se sumó el clamor de estudiantes, trabajadores y obreros habaneros en representación de todo el pueblo cubano.

Banderas de Palestina batían en lo alto. Con profundo simbolismo se entonaron en la Fragua Martiana los himnos nacionales de ambas naciones, y junto a un grupo de estudiantes palestinos que cursan sus carreras en Cuba, marchó también la máxima dirección política y de Gobierno del país, portando el tradicional atuendo de ese hermano pueblo: la kufiya.

Allí estuvieron, además, los miembros del Buró Político, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado; el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; el ministro de  Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, así como la secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boué, y otros dirigentes del Partido y el Gobierno.

El malecón habanero volvió a sobrecogerse con la marcha, las consignas y el amor, un reclamo de paz. Ya en la Tribuna Antimperialista, la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Meyvis Estévez Echevarría, se refirió al dolor y al repudio que causan en el mundo la masacre que comete el sionismo israelí contra el pueblo de Palestina, y que se intensifica también contra el Líbano, Siria y Yemen.

Desde hace más de un año la nueva escalada de Israel ha provocado días terribles a los palestinos en Gaza, aseguró la dirigente juvenil. No podemos permitir que se olvide o se borren de la memoria las más de 42 000 personas fallecidas, asesinadas, incluyendo más de 16 000 niños, y cerca de 100 000 heridos, precisó.

¿Acaso los palestinos no tienen derecho a soñar con una vida segura, y libre de violencia y muerte? ¿Con qué derecho el Gobierno sionista de Israel en complicidad con Estados Unidos intenta apagar la vida de toda una nación?, se cuestionó Estévez Echevarría.

Es por eso que en medio de las dificultades materiales y del más cruento bloqueo a nuestro pueblo, los cubanos decidieron llenar las calles. «Nadie puede ocultar la verdadera esencia del imperio yanqui, y no cerraremos los ojos ante la colonización y el sufrimiento», comentó.

Previamente, en el primer punto de la marcha, justo en la Fragua Martiana, el presidente nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), Laniel Gómez Martínez, habló sobre los más de 16 000 infantes que han sido martirizados en estos últimos 12 meses.

Aquellos que elijan callar cuando saben de un pueblo que clama por su justicia son, sin duda alguna, traidores de  la esencia de la humanidad. «El silencio ante la opresión es complicidad», exclamó.

De igual forma, hizo referencia a que dentro de las escuelas cubanas se está hablando sobre el genocidio, «estamos acercándonos a la realidad de los niños y adolescentes palestinos que solo sueñan con volver a ver a sus padres y hermanos. Mientras mayor conocimiento tenemos de la realidad palestina, más nos compromete».

Ante la figura del Apóstol, por las lesiones incurables que él sufrió a sus 16 años en el presidio,  ratificamos que, en Palestina, todo podrá ser desgarrado, pero la noción del bien flotará, y nacerán entre espinas flores.

Durante la marcha se alzaron voces a favor de la paz, entre ellas estuvo la de Elena, una pionera cubana de ocho años. Con la inocencia y el valor que solo demuestran nuestros infantes comentó: «Mi mensaje a los niños de Palestina es que todo va a estar bien, les deseo que no sueñen con cosas feas y que vivan en un mundo feliz».

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