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Unir y vencer: dos principios de la Oclae

Miles de estudiantes universitarios de todo el continente colmaron la Universidad de La Habana, con el Alma Mater como testigo, la noche del 11 de agosto de 1966

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Miles de estudiantes universitarios de todo el continente colmaron la Universidad de La Habana, con el Alma Mater como testigo, la noche del 11 de agosto de 1966. La algarabía retumbaba sobre la histórica escalinata, escalón por escalón, mientras que desde lo alto de la explanada capitalina un joven doctor Armando Hart Dávalos dejaba constituida oficialmente, bajo la égida de Fidel, la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae).

Era Cuba en esa época el epicentro de las revoluciones, de la insurrección antimperialista y la resistencia mundial. La única Revolución Socialista del hemisferio imprimía su espíritu transformador en la juventud latinoamericana, que deliraba aquel día con la creación del importante movimiento estudiantil, pero al mismo tiempo se comprometía con un nuevo escenario de lucha continental por una educación pública, gratuita y de calidad.

Sin dudas, la fundación de este mecanismo que agrupa hoy a 38 federaciones estudiantiles universitarias y secundaristas constituyó una manifestación de la profundidad y madurez que el pensamiento antimperialista había alcanzado en América Latina y el Caribe. Nunca antes, dijo el Comandante en Jefe durante un intercambio con delegados al 7mo. Congreso de la Oclae, el movimiento estudiantil estuvo tan bien organizado como después de creada esta plataforma del combate moral y las ideas.

Celebramos otro aniversario de un movimiento que merece vivir con la fuerza de la historia y, sobre todo, bajo la acción constante de lucha. De eso está convencido Miguel Ángel Machado Rojas, quien a nombre de la FEU de Cuba preside la Oclae y apuesta por la renovación de la organización a tono con estos tiempos, sin abandonar sus principios fundacionales. No solamente somos herencia, sino que vamos hacia el futuro para seguir siendo una fuerza representativa, estudiantil, juvenil, que se va actualizando, reconoció.

En estas más de cinco décadas la organización ha demostrado su capacidad para mantenerse unida y fortalecida como una de las principales trincheras antimperialistas de los jóvenes latinoamericanos, apuntó. Todas nuestras actividades por la fecha, asegura Machado Rojas, giran en torno a lo que constituye un año de muchos combates por la soberanía y el respeto a la autodeterminación de nuestros pueblos.

De ahí que la principal fortaleza de la Oclae actualmente radique en mantenerse en pie dentro de un contexto complejo en América Latina y el Caribe, donde algunas de las organizaciones que la han integrado ya desaparecieron, otras terminaron desarticulándose, perdieron su esencia política o su base formativa. En ese ir y venir, este importante mecanismo ha logrado salir a flote para encontrar consensos, así como sumar a nuevas federaciones y jóvenes al ideal de justicia y paz.

El recambio generacional es constante, precisa el Presidente de la Oclae, consciente de que en ese contexto resulta un deber insistir en la formación de liderazgos y en la conciencia política dentro de la izquierda estudiantil latinoamericana, y en todas aquellas agrupaciones juveniles presentes en la organización. En el futuro inmediato seguiremos apostando por la educación como principio y como derecho humano fundamental, comenta, desde la enseñanza secundarista, hasta la universitaria e, incluso, del movimiento de posgrado.

En esa línea de pensamiento también se han expresado las distintas federaciones en mensajes de felicitación por esta fecha de creación, las cuales coinciden frente a los tiempos de incertidumbre y de grandes dificultades regionales habrá que continuar construyendo la unidad del movimiento estudiantil, y seguir luchando por un mundo más justo e inclusivo donde la educación sea un derecho de todos y no un privilegio de pocos.

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