La directora general de la Empresa de Vidrios de La Lisa, Bárbara Caridad Reinaldo Montalvo, nos dijo con qué método puede sacarse adelante un centro laboral. Autor: Estudios Revolución Publicado: 21/03/2024 | 12:59 am
LA LISA, La Habana.— «Mucha comunicación con la gente; esos son los caminos». En esa expresión breve la directora general de la Empresa de Vidrios de La Lisa, Bárbara Caridad Reinaldo Montalvo, nos dijo con qué método puede sacarse adelante un centro laboral.
La afirmación, sustentada en la experiencia diaria y en resultados palpables, fue compartida por ella momentos antes de que en la tarde de este miércoles llegaran a la entidad productiva el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; así como autoridades del Partido y el Gobierno en la capital, en un hecho que inicia el tercer ciclo, este año, de las visitas que viene haciendo la dirección del país a todas las provincias.
Bárbara Caridad, quien en calidad de anfitriona explicó detalles sobre cómo la empresa ha ido pasando del fracaso al éxito, enunció con orgullo que esa fue una industria nacida «por idea de nuestro Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara», y que tiene como mérito principal contar con un colectivo de artífices que se entregan y que han obrado el milagro de no detener producciones.
El 2023, contó, fue «un año difícil para nuestra industria». Lo afirmó porque la empresa tuvo un 2022 marcado por pérdidas, y justamente el 2023 significó revertir lo adverso. Fue así como a partir del segundo semestre del pasado año comenzaron a crecer discretamente las producciones.
«Le entramos al 2024 con fuerza, con proyección, buscando nuestras propias distorsiones y nuestras propias reservas, buscando la manera de autofinanciarnos», expresó la Directora general, quien también dijo a los periodistas que en «enero y febrero comenzamos a cumplir con las producciones y con el plan de ventas».
Bárbara detalló que el plan del año asciende a 630 mil unidades; y a estas alturas, con respecto a enero y febrero del año anterior, la empresa ya hizo 25 mil artículos más.
Todo tendrá como destino a diferentes organismos, al ámbito del comercio interior, y a momentos en que la Empresa de Vidrios de La Lisa venderá de modo directo a la población una gama diversa de objetos útiles.
En un espíritu que siempre busca la mejoría para la sociedad, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista se interesó por salarios, por posibilidades de exportar, por las materias primas que podrían hacer falta en el empeño de hacer producir otras creaciones; y luego recorrió la fábrica, vio de primera mano cómo es que los obreros hacen objetos acristalados.
El final del recorrido fue el encuentro con una obrera marcada por la pasión y el coraje, llamada Rosa Espinosa. A ella el Presidente le comentó sobre el hecho de que la fábrica avanza, de que levanta y va por más. Y ella no demoró en responder:
«Por más, tenemos que ir por más. Esto no se puede caer, porque esto lo inauguró el Che, y esto es la vida de nosotros los trabajadores, y esto tiene que seguir, con menos, haciendo más».
—Y la vida en la comunidad también…, agregó el dignatario.
—Exacto, enfatizó Rosa: Lo vamos a lograr, porque tenemos un colectivo aguerrido.
La mujer que crecía mientras hablaba
Otro punto en la agenda del recorrido fue el proyecto de desarrollo local polo Productivo Jaramillo. Allí la coordinadora de ese empeño, Amalia Salazar Ruz, fue la anfitriona que compartió detalles con los dirigentes.
Amalia hablaba con seguridad, como quien conoce lo suficiente e incluso más; y mientras ofrecía datos, crecía y crecía, y despertaba sin proponérselo la admiración de todos.
El proyecto, dijo, tiene una extensión de 49,31 hectáreas de tierra; y dentro de ellas 7,68 están dedicadas al desarrollo acuícola: «Cuando nosotros comenzamos no todo estaba así, como hoy lo tenemos». Entonces habló sobre los diez productores que se unieron, que se acogieron con sus familias a la posibilidad de manejar tierras en calidad de usufructuarios, y que se fueron abriendo paso al éxito.
«Comenzamos a incursionar y hemos pasado muchísimo trabajo», confesó Amalia. Todo ha ido cambiando para bien, rememoró. Y volvió a tocar el tema de unir fuerzas, habló sobre los diez productores que están en una sola cooperativa «para que el trabajo en forma de unión salga mejor».
«En nuestras tierras existen cuatro proyectos de desarrollo local», dijo; y en su recuento habló hasta de un terreno rescatado, que antes era un basurero.
Con notable sentido de pertenencia explicó a todos que el proyecto es económico-social y medioambiental: Allí se dedican a la producción, procesamiento y comercialización de cultivos varios, y de especies pecuarias.
A propósito de los encadenamientos necesarios, Amalia Salazar recordó a los presentes que el Gobierno Municipal destinó un presupuesto para desarrollar infraestructuras, porque «nosotros como campesinos no teníamos posibilidades económicas para poder desarrollarnos».
Varias acciones de envergadura nacieron de ese apoyo: se recuperaron estanques; se construyeron seis casas para el deshidratado solar y otras dos de cultivos para las hortalizas, y se emprendieron cultivos como el del plátano. También se pudo comprar materia orgánica y se mejoraron los caminos para hacer más fácil el acceso a la comunidad de estos productores. Se acometieron otras tareas, incluida la reforestación, para que el suelo no se siguiera deteriorando.
«El proyecto, en su desarrollo, a pesar de que no lleva un año, ha tenido gran impacto social», afirmó Amalia, quien explicó que así es porque todo lo hecho ha generado nuevos empleos y ha posibilitado crear un círculo de interés agroecológico con vistas a que los muchachos vayan creando ese amor por la tierra.
El proyecto tiene en su vida la arista del aporte al consumo social: los productores tributan a la escuela primaria del lugar, a un hogar para niños sin amparo familiar, a embarazadas y a quienes acuden al Sistema de Atención a la Familia.
Participamos todos los sábados en la feria que se hace para la población, aquí en el municipio, con precios concertados con el Consejo de la Administración Municipal, porque uno de los objetivos de este proyecto es bajar la inflación, y tenemos encadenamientos con formas de gestión estatal y no estatal».
De otras muchas cosas habló Amalia, quien iba respondiendo, una a una, cada interrogante del Jefe de Estado. Ella estuvo imperturbable, sencilla y firme; y tal vez no lo sepa, pero mientras hablaba sobre un pequeño lugar de Cuba donde antes no había nada y ahora hay tanto, mientras lo hacía, se agigantaba desde su inmensa sencillez, y mostraba su espíritu verdadero: el de una cubana tremenda.
Otro punto de la agenda del recorrido por el municipio de La Lisa fue la empresa de equipos y aplicaciones Narciso López Roselló, cuyo objeto social consiste —como fue explicado por sus directivos— en «ensamblar, modificar y comercializar equipos de transporte pesado y ligero para diversos usos, así como sus partes, piezas, agregados, componentes y accesorios; y también brindar servicios de remotorización, reacondicionamiento y cambio de aplicaciones».
En esa empresa, que se caracteriza por «la satisfacción de las necesidades de consumo del mercado nacional de equipos, partes y piezas automotrices», el dignatario compartió reflexiones que tenían como propósito buscar las mejores alternativas en pos del bienestar del país. Todas las ideas allí escuchadas tenían que ver con los modos de aliviar tensas situaciones del transporte y de dar respuestas a las demandas de una economía que necesita crecer.
Mientras se iban sucediendo los razonamientos, una idea expresada por Díaz-Canel Bermúdez en estos tiempos, y en más de una ocasión, emergía como certeza que salva: «Aunque estemos bloqueados, se pueden hacer bien las cosas».