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Descontando los días para empezar a fundir

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, visitó este jueves la Empresa Siderúrgica José Martí (más conocida como Antillana de Acero), la fábrica que vive hoy la puesta en marcha de su corazón, la acería eléctrica, tras varios años de una inversión importante

Autor:

Alina Perera Robbio

«Aquí, dentro de un mes, todo esto se estará moviendo». En tal posibilidad que tendrá indudable impacto para el país —pues se trata del renacer de la Empresa Siderúrgica José Martí (más conocida como Antillana de Acero)— pidió pensar el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Todavía se sentía la frialdad del amanecer este jueves cuando el Jefe de Estado llegó a la fábrica ubicada en el capitalino municipio del Cotorro, la que pronto dará sus frutos derivados de una importante inversión que es resultante de negociaciones del país caribeño con la Federación de Rusia. Fue allí donde, durante un recorrido por una de las gigantescas naves, Díaz-Canel afirmó: «Aquí se van descontando los días para ya empezar a fundir».

La noticia es que, como explicó a los periodistas el director general de Antillana de Acero, Reinier Guillén Otero, la fábrica vive hoy la puesta en marcha de su corazón, la acería eléctrica, tras «varios años de inversión que hemos logrado desde la depuradora, la nave de carga, el horno de arco eléctrico, el horno de cuchara, la máquina de vaciado continuo y la nave de producto terminado, así como toda la parte eléctrica, toda la parte hidráulica, toda la parte automática, y el tratamiento de las aguas que recibe la acería eléctrica».

En ese proceso de puesta en marcha, según detalló el directivo, se ha ido «evaluando cada equipo, corrigiendo cada defecto que ha salido»; y todo, en función de ir mejorando el estado técnico del equipamiento, para que eso se revierta «en la calidad de la producción, que nosotros queremos lograr, de la palanquilla de acero de nuestra empresa».

Fue Guillén Otero quien explicó al Presidente cubano cómo está transcurriendo esta etapa crucial en Antillana de Acero. El dignatario quiso saber si el sistema que marcará la nueva etapa de producción es moderno y eficiente; y si cuando todo eche a andar el proceso será amigable con el medio ambiente.

Sobre esto último, el director general de Antillana respondió afirmativamente y comentó que antes no había depuradora, pero que en lo adelante «todos los polvos férricos y todas las partículas que salgan del proceso siderúrgico se van a quedar en la casa del filtro», con lo cual el impacto de la fábrica sobre el entorno ambiental será otro.

Una vez que escuchó detalles concernientes al proceso productivo de la acería eléctrica, quiso saber sobre el momento en que esta etapa, la primera del proceso de modernización capital, estará lista. Ante su interés, Reinier Guillén precisó que andan inmersos en «las pruebas en caliente; nos deben quedar entre diez y 15 días de accionar completo».

El Jefe de Estado indagó por la que será la segunda etapa; y quiso además saber qué han estado haciendo los trabajadores en este tiempo: ellos, según explicó el Director General, «han estado inmersos en el proceso inversionista» del complejo siderúrgico.

«Esta es una de las inversiones más importantes que tiene el país en estos momentos», resaltó Díaz-Canel, quien habló sobre la trascendencia que tiene «para empezar a modernizar la planta industrial» de Cuba. El dignatario, además, hizo referencia a «la carga que da esta inversión al resto de las producciones industriales».

El mandatario se refirió a este logro como uno de los procesos que han ido fluyendo «a partir de toda la relación con la Federación de Rusia, de las conversaciones que han existido en los últimos tiempos». Como resultado de tales intercambios, dijo, «se ha ido reactivando todo lo que estaba en proyecto; por lo tanto, ahora estamos en un buen momento para poder avanzar».

Han sido varios años de intenso trabajo para poner a punto una industria vital. Foto: Yander Zamora

Pinos nuevos, detalles y desarrollo

Los pinos nuevos y los de más experiencia se han ido imbricando en estos tiempos de renacimiento de Antillana. Así afirmó Reinier Guillén Otero al Jefe de Estado; y también le contó sobre muchachos que merecen un «reconocimiento importante», porque «han estado aquí a lo largo del camino, desde que empezó la inversión», y hoy ocupan puestos de responsabilidad.

Los jóvenes que se acercaron para intercambiar con el Presidente escucharon su parecer de que, como más se aprende de un lugar como Antillana de Acero es tomando parte en un proceso inversionista, porque entonces nadie podrá venir con cuentos de cómo se hicieron las cosas: «Y después —propuso el dignatario—, toca investigar, y hacerle mejoras a esto, y hacer doctorados. Ustedes tienen juventud para eso, juventud y conocimiento».

Tocando un tema cardinal para los trabajadores, Díaz-Canel expresó a directivos y obreros: «Ahora tenemos que buscar que cuando esto empiece a funcionar, quienes trabajen aquí ganen bien; porque este es un trabajo duro. Además, estamos en una de las plantas más desarrolladas del país: aquí los salarios tienen que ser buenos».

¿Cómo se sienten los trabajadores?, preguntó el mandatario a un grupo de obreras; y de entre ellas, una comentó: «Contentos, locos porque todo comience para producir, para entonces poder exportar y poder tener dinero; para así ayudar al país y a nuestros trabajadores, y a la patria también».

Ante ellas, el Jefe de Estado reflexionó sobre algo que sigue siendo importante para la sociedad en su conjunto: «Esto hay que ponerlo bonito; esto hay que cambiarlo; esta tiene que ser una empresa bonita, con cultura del detalle, con buena presencia, que se distinga además por la calidad de las producciones».

Sobre el ambiente que merece tener la fábrica, el Presidente cubano hizo énfasis en que los trabajadores aporten sus ideas en cuanto a «dónde se puede sembrar una planta, cómo mejoramos el paisaje, cómo pintamos todos los lugares desde aquí, cómo vamos mejorando todos los lugares de la fábrica». Que no haya, dijo, chapucería alguna.

«Esto es desarrollo —destacó—; en medio de toda la situación que estamos viviendo, con todas las limitaciones, (es desarrollo) que podamos haber hecho esta inversión». E hizo énfasis en que dicho avance levanta una parte de la producción sideromecánica y tiene buenos impactos en una actividad como la de la construcción.

Lo que antes era más incierto, ya es casi una realización y el resultado de años de esfuerzo, comentó el Jefe de Estado en una jornada que contó también con la presencia del primer secretario del Comité Provincial del Partido Comunista en la capital, Luis Antonio Torres Iríbar; del gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata; y del ministro de Industrias, Eloy Álvarez Martínez.

«La inversión continúa», declaró el Director General de Antillana de Acero a los periodistas; y desde la experiencia que nace de un esfuerzo tenaz e intenso, afirmó con serenidad: «Todavía queda por delante un trecho de trabajo arduo y sistemático».

 

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