Hasta la fecha se han realizado 190 congresos comunitarios en todas las provincias del país y en el municipio especial de Isla de la Juventud. Foto: Cortesía de los entrevistados Autor: Cortesía de los entrevistados Publicado: 12/10/2022 | 08:31 pm
Hasta el consejo popular Los Repartos, ubicado en el municipio matancero de Cárdenas, llegó durante el mes de agosto el 10mo. Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en las comunidades. Allí, jóvenes universitarios como Randy Monteslier López estuvieron en franca interacción con las necesidades del barrio y realizaron actividades con los más pequeños.
Como en otros tantos barrios del país, los congresos de la FEU a este nivel en Cárdenas llevaron las universidades a las comunidades para regalar un poco de alegría y tocar en parte alguna de las problemáticas que esas localidades atraviesan.
Para Randy, quien se desempeña como presidente de la FEU en la Facultad de Ciencias Técnicas en la Universidad Camilo Cienfuegos de Matanzas, este fue un acercamiento tímido hacia la comunidad, pero muy valioso: un primer paso en algo que era totalmente desconocido, porque nunca se habían sentado a pensar que un congreso en la comunidad aportaría algo a una organización que arriba a su centenario.
Independientemente de la experiencia que como jóvenes tenían en tareas de impacto, sobre todo con la COVID-19, pensar en un congreso de esta magnitud era totalmente válido en tiempos en que el diálogo y el contacto directo con la gente se hace indispensable.
El propio Randy cataloga de retador el hecho de ser parte de esas dinámicas en los barrios, y piensa que ir en contra de ese pensamiento es atentar contra la sostenibilidad y la sensibilidad de un revolucionario. Lo que sí resulta una realidad es que, durante varios meses, desde muy temprano hasta ya avanzada la tarde, la FEU fue parte de las realidades de nuestras comunidades, aunque era difícil ver los resultados en concreto, pues solo iban un día a cada una.
«Te puedo asegurar que una huella sí dejamos, y no lo dicen solo los logos del centenario pintados en paredes y aceras, sino las sonrisas de los niños, sus constantes preguntas de cuándo regresaremos, el agradecimiento de las organizaciones de masas y de los presidentes de consejos populares».
Y eso, porque intercambiaron con la comunidad e identificaron problemas para ir dándoles solución en futuros acercamientos. Además, es válido destacar que muchos niños dejaban bien clara la intención de seguir sus pasos, lo cual constituye el mayor indicador de que hicieron las cosas bien.
Señales de vida
Otro joven universitario, José Alejandro Jiménez Ramos, estudiante de cuarto año de Medicina y presidente de la FEU en la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río, considera que el vínculo comunitario fue muy positivo porque les permitió conocer realidades de distintas familias y tener un poco más de sentido de pertenencia por sus problemas.
Quizá por eso habla bastante complacido de la experiencia, y dice que «para ir a las comunidades solo hace falta el recurso humano: la fuerza de voluntad y el corazón, y eso a la FEU le sobra».
Hoy estos sitios están sedientos de espacios recreativos, actividades culturales e intercambios entre la propia gente que habita allí. Por eso, el interés juvenil de ocuparse de un entorno que le es familiar los convierte en protagonistas del cambio y en señal de vida que late desde lo interno.
Un espacio para dialogar
Darío José Rodríguez García, estudiante de primer año de Derecho, quien también formó parte de esta dinámica, valora el vínculo como necesario para ambas partes, aunque cree que debió haberse hecho antes.
Actualmente la FEU está llamada a rescatar una de sus esencias fundacionales: conocer las complejidades de las zonas o comunidades vulnerables a través del intercambio directo, lo cual sensibiliza al estudiantado, fortalece su vocación social y la consciencia del papel que deben jugar los futuros egresados universitarios en la sociedad cubana.
Durante varias visitas, Darío, junto a un grupo de sus compañeros, tuvo la oportunidad de acercarse a escuelas primarias y encontrar matices diversos. Según comenta, cada niño reflejaba la situación social en la que vive, y el hecho de estar allí, junto a ellos, los alegró muchísimo.
Para él, las realidades sociales son tan complejas como las personas, y mediar o incidir en estas es aún más difícil, porque al hacerlo se estaría influyendo en caracteres y situaciones formadas durante años por disímiles sucesos. Sin embargo, piensa que han logrado transformar, aunque en pequeña medida, lo presenciado en esas comunidades.
«Los valores revolucionarios y el espíritu creador de los jóvenes universitarios pueden no solo mediar, sino cambiar verdaderamente el “estado de las cosas” y eso lo ratifica la Historia: de los predios universitarios sale el progreso social. Para lograrlo es imprescindible sostener en el tiempo este tipo de acciones» dijo.
Para el futuro jurista, trasladar el 10mo. congreso a las comunidades avivó el diálogo y el contacto directo en zonas donde la comunicación y el arte son muchas veces escasos. No obstante, reconoce que aún resta labor por hacer.
«Hay que fomentar el reconocimiento y la identificación de los niños y jóvenes de organizaciones estudiantiles que preceden a la FEU para incrementar el interés por el ingreso a la universidad, algo que tanto necesita el país. Así, la organización fundada por Mella recibiría cada año una juventud mucho más comprometida con sus valores y principios.
Asimismo, según reveló el debate franco con los miembros de la comunidad, se hace necesario que expresen la realidad que viven y sus insatisfacciones, para que la membresía de la organización conozca hacia donde enfocar sus esfuerzos y gane en experiencia y legitimidad, tanto dentro del estudiantado universitario como en la sociedad.
Entretanto, Randy recuerda que «quedaron pendiente muchas cosas. Un día no es suficiente para penetrar en un barrio, donde hay mil situaciones en las que nosotros podemos aportar. Nos quedó crear un sistema de trabajo más profundo con los factores: nosotros no podemos dirigir el quehacer en los barrios, nuestra labor allí es colaborativa».
La presidenta nacional de la FEU, Karla Santana Rodríguez, refirió que hasta la fecha se han realizado 190 congresos comunitarios, cifra que cubre los 168 municipios, incluido el de Isla de la Juventud.
Francamente no creemos estar «llegando» a los barrios o «impactándolos», reconoció. La FEU es también el barrio: sus estudiantes, sus profesores, sus proyectos se concretan en el barrio, y debe ser así porque es en lo comunitario donde se puede cimentar el sentido de pertenencia individual hacia el entorno y favorecer la toma de conciencia sobre comportamientos ciudadanos responsables y efectivos que precisa un proyecto socialista como el nuestro.
Sobre los resultados del congreso en las comunidades, la también diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado, resumió que fueron varios, en el camino de que la universidad sea una institución cercana a las comunidades:
* Un mayor empoderamiento y motivación de los líderes comunales para dinamizar el ámbito social, de conjunto con estudiantes universitarios.
* Incentivar en el estudiantado la preocupación por implicarse en la solución de problemas barriales y asumir responsabilidades en las comunidades.
* La FEU se acercó más a las dinámicas de nuestros estudiantes en su vida cotidiana, y traza estrategias para favorecer su bienestar.
* Vinculación permanente de los estudiantes con los principales polos productivos de las comunidades, y la articulación de acciones con proyectos líderes que ya existen en ellas.
* Se estrecharon vínculos con instituciones culturales y deportivas, y con organizaciones políticas y de masas.
* Se diseña un plan de revitalización de las casas de cultura locales con el apoyo de estudiantes artistas aficionados que viven en los límites de la comunidad.
* Se desarrollaron ferias de emprendimiento para popularizar los proyectos de desarrollo comunitario y se vincularon estudiantes a esos proyectos.
* Se trabaja en el perfeccionamiento de los centros universitarios municipales, expresión del objetivo central de lograr una universalización de la educación superior y la extensión de la universidad y de sus procesos sustantivos a toda la sociedad a través de su presencia en los territorios.
* Quedaron constituidos grupos de trabajo conjunto con la representación de un estudiante de la FEU por municipio para dar seguimiento a estas acciones del congreso comunitario.