Cuba cuenta con un plan de emergencias para tratar la peste porcina africana. Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 23/09/2021 | 07:31 pm
Recientemente escuché a alguien decir que no comería carne de cerdo por largo tiempo, pues en Cuba había peste porcina africana. Aunque en el lugar había un conocedor del tema y aclaró que donde se había confirmado la enfermedad hacía poco más de un mes era en República Dominicana, la empecinada seguía diciendo que también nuestro país había sido blanco de la maldita epizootia.
Preocupada porque ese rumor siguiera extendiéndose, acudí a las autoridades en la Isla que podían dilucidar todo lo referido al tema. El Doctor en Medicina Veterinaria Yobani Gutiérez Ravelo, director general del Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa), con urgencia respondió a nuestra solicitud; y lo primero que dejó claro es que no se había reportado un solo caso de peste porcina africana en el territorio nacional hasta la fecha.
Yobani Gutiérrez Ravelo, director general del Cenasa.
Explicó que aunque esta enfermedad no representa riesgo para la salud humana, debido a la importancia de la especie porcina para nuestro país, y lo extremadamente contagiosa que resulta, la institución que él dirige decretó medidas de prevención que deben cumplirse estrictamente para evitar que una vez más la Isla sea blanco de la referida epidemia.
Por su parte, Juliane Zulueta Miranda, especialista principal de Epidemiología y Asistencia Veterinaria de Cenesa recordó que en Cuba ha habido que lidiar en dos ocasiones con la referida epizootia. Y ha sido una labor de mucho desgaste para el personal técnico que vela por la sanidad animal. Eso ha dejado como saldo una experiencia invaluable, que en momentos como estos de alerta son una herramienta importante para evitar la entrada y permanencia de la enfermedad.
Señaló que la enfermedad es causada por un virus ADN de la familia Asfarviridae, que también infecta a las garrapatas del género Ornithodoros, conocidas como garrapatas blandas. La tasa de mortalidad y los signos clínicos pueden variar en función de la virulencia del virus y del tipo/especie de porcino.
Igualmente subrayó que lo que sí existe en el país es la fiebre porcina clásica, pero se ha sabido convivir con esta enfermedad, que se ha convertido en endémica, y para la cual existen medicamentos que permiten controlarla.
Juliane Zulueta Miranda, especialista principal de Epidemiología y Asistencia Veterinaria.
Fortalezas y debilidades
El Director Nacional de Cenesa aseguró que a raíz de la confirmación de la fiebre porcina africana, en República Dominicana, se emitió una alerta sanitaria para todo el sistema de sanidad animal y los productores porcinos, en función de evitar la entrada al país de esta enfermedad.
«Como país contamos con un plan de emergencia para tratar esta enfermedad, el cual se actualiza sistemáticamente. Al mismo le hemos incorporado las recomendaciones que han dado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de Sanidad Animal para enfrentar la epizootia».
Aseveró que como parte del engranaje estratégico para prevenir la enfermedad durante el Ejercicio Meteoro, efectuado recientemente, se desarrolló un simulacro de enfrentamiento a la epidemia, aun cuando no estaba presente en las Américas.
«Pusimos en práctica ocho dinámicas para afrontar la posible entrada al país de la peste porcina africana; y comprobar cómo el servicio veterinario actuaba. Medimos los tiempos de reacción. Detectamos problemas y tuvimos una percepción de cómo se desencadenaba el proceso de poner en marcha el plan de contingencia.
«Entre las fortalezas que tenemos cuenta que esta epidemia se conoce en nuestro país y se estudia en el sistema de trabajo de sanidad animal. Tanto en la parte estatal como empresarial hay una mezcla, entre personas mayores y otros más jóvenes, que han compartido todo el caudal de conocimientos relativo a la enfermedad.
«En el “ADN” de los veterinarios siempre tenemos presente el tema de la peste porcina africana por lo que significó para el país. Todavía en nuestros laboratorios hay personas que vivieron la lucha contra esta. Algunas de ellas incluso han prestado su ayuda en África y otros lugares para combatir esa epizootia», subrayó.
Gutiérrez Ravelo afirmó que en el país se cuenta con el personal necesario para la prevención y atención de las epizootias de manera general. Un promedio de 16 000 trabajadores aseguran la adecuada sanidad animal, entre ellos aproximadamente 4 500 médicos veterinarios y 11 000 técnicos.
Entre las vulnerabilidades que tiene el sistema para prevenir la enfermedad, precisó que aparece la bioseguridad en las unidades porcinas. Este asunto tiene que ver con el control de traslado, aislamiento externo, el cumplimiento efectivo de las tecnologías de producción (tener en el lugar los medicamentos para la profilaxis específica), el sistema de vigilancia que se aplica y otras cuestiones que evitan introducir o difundir determinado agente que provoca una enfermedad.
Indicó que este tema debe seguirse afianzando en todas las especies, y en el caso del porcino hay que ser muy rigurosos. Dijo que los sistemas de vigilancia nuestros son muy buenos por cuadrante geográfico. Con la ayuda de la Organización Panamericana de la Salud se implementaron desde 1986, pero hay fisuras en el sistema que son conocidas y hay que seguir trabajando para erradicarlas.
«Ahora insistimos en el fortalecimiento de la sala situacional del sistema de vigilancia, que es el puesto de dirección ubicado en la dirección nacional, y así lo estamos haciendo en cada provincia.
«Siempre tenemos que ejecutar acciones de capacitación y mejorar las capacidades del diagnóstico, porque tenemos equipamiento y el personal especializado, pero siempre es importante tener los recursos para el diagnóstico. Se nos asignó un nivel de financiamiento para asegurar los diagnosticadores, la vigilancia y enfrentar una contingencia en caso de que sea necesario», puntualizó.
No obstante, precisó que las mayores acciones deben encaminarse a la prevención en frontera. Para eso se dictó una serie de medidas, sobre todo para los medios de transporte procedentes de países donde prevalece esta enfermedad en Europa y África, y sobre todo de República Dominicana y Haití.
«Ahora se eliminaron restricciones y se han dado facilidades para que los viajeros puedan traer alimentos, pero dentro de estos están los embutidos, que son altamente riesgosos, por lo que hay que inspeccionar a los pasajeros y su equipaje.
«A partir de 2020, mediante un convenio con China se introduce en Cuba la técnica canina como un elemento importante en el perfeccionamiento del trabajo de la aduana. Eso facilita la detección de productos de origen animal. Antes no teníamos ese procedimiento.
«Estamos también actualizando todo lo que tiene que ver con medios desinfectantes y otros insumos para poder enfrentar una contingencia, pero el servicio veterinario tiene que centrarse en que no entre la enfermedad al país. La situación económica es compleja y si entra una enfermedad de este tipo complejiza mucho más el contexto», acotó.
Dos veces en Cuba
En Cuba la peste porcina africana se presentó por vez primera en mayo de 1971, en la antigua provincia de La Habana, y en 1980 en Guantánamo, extendiéndose luego a Santiago de Cuba y Holguín. Fue introducida en ambas ocasiones por el Gobierno de Estados Unidos, a través de la guerra biológica, según pudo confirmarse. Y ocasionó pérdidas económicas significativas, pues hubo que sacrificar más de 250 000 cerdos.