Participar en esta importante misión dejó una huella en los estudiantes, cuya labor fue reconocida por varias instituciones. Autor: Elio Mirand Publicado: 16/08/2021 | 09:14 pm
Daniela Ortiz Martínez tuvo el honor de protagonizar una de las más grandes hazañas de este pueblo, y lo hizo sabiendo que en sus hombros recaería gran responsabilidad y tensión. Ella, junto a otros estudiantes de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae), participó como voluntaria en el manejo de los datos durante el ensayo clínico fase III del candidato vacunal Soberana 02 (hoy vacuna).
«Este es uno de los procesos más importantes que he asumido en mi vida, y —aunque fueron meses muy difíciles— estoy orgullosa de haber contribuido con mis conocimientos al éxito del ensayo y dotar a Cuba de una vacuna soberana», refiere la estudiante de 2do. año de Arquitectura, quien desde el policlínico 19 de Abril, en Plaza de la Revolución, vivió su primera experiencia profesional formando parte de un equipo multidisplinario, que se convirtió en una segunda familia.
Para esta muchacha de 19 años, la creatividad en la búsqueda de soluciones fue la clave para lograr el correcto manejo de los datos, que luego irían al Centro de Cómputo. Allí, otros jóvenes, como Amalia Cabrera Rodríguez, organizaban toda la información. Por eso, aquellos días de labor están frescos en su memoria.
«Durante esta titánica tarea tuvimos que aprender nuevas terminologías, a establecer prioridades y a manejar mejor el tiempo», expresa la también futura arquitecta, para la cual la humildad y el compromiso le permitieron ser parte de la historia de la nación.
Para los jóvenes involucrados, aunque en su mayoría habían participado en otras tareas de impacto, este reto representó un antes y un después en su forma de afrontar las adversidades. Precisamente por ese valor, el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), el grupo empresarial BioCubaFarma y el Instituto Finlay de Vacunas reconocieron su trabajo como parte de las celebraciones por el Día Internacional de la Juventud.
En la actividad —amenizada por músicos de la talla de Eduardo Sosa y el dúo Buena Fe—, Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, agradeció la entrega de los jóvenes, sin los cuales no se hubieran alcanzado los resultados positivos que «hoy presentamos con orgullo ante nuestro pueblo y ante el mundo».
Por su parte, Lisara Corona Oliveros, segunda secretaria del Comité Nacional de la UJC, reconoció el empuje y el esfuerzo de los estudiantes, quienes hacen realidad la vocación social de las universidades de atender problemas de las comunidades y aportar en los principales procesos económicos y sociales que se desarrollan en Cuba.
A ellos —a quienes entregó la condición Jóvenes por la vida— les agradeció por poner de forma práctica su profesión en función de la ciencia y les invitó a disfrutar de la alegría de estar construyendo el futuro del país, pues «no podrán arrebatarnos los sueños, ni menguar nuestras ganas de hacer y ponerle corazón a la Patria»