Cuba apuesta por fomentar el uso de la bicicleta en los espacios públicos que tengan condiciones Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 08/07/2021 | 09:11 pm
Imagina que pedaleas por una calzada en la que las bicicletas tienen preferencia; que existe en la población una cultura enraizada sobre su uso como medio de transporte, no solo para ocio o actividades deportivas.
Piensa por un momento en una urbe con movilidad sostenible, donde la protección del medio ambiente se traduce en la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera. Para 2023 esto pudiera hacerse realidad, al menos en la capital cubana, con la aplicación de una novedosa Estrategia de Movilidad Ciclística.
Su reto radica en mejorar el servicio de transporte público, que en todos estos años ha sido inestable, insuficiente y de baja calidad; no favorece la tendencia de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, debido al incremento de una flota automotriz que utiliza combustibles como diésel y gasolina, y tampoco cubre las necesidades de movilidad urbana de la población de La Habana, comentó Reinier Campos Pompa, jefe del departamento de Desarrollo de la Dirección General de Transporte de La Habana (DGTH).
De promover esta estrategia se ocupa Neomovilidad, proyecto perteneciente a la Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) en Cuba y que es ejecutado por la DGTH, en alianza con una decena de instituciones claves como el Centro de Investigación y Manejo Ambiental del Transporte (Cimab).
Un nuevo sistema de bicicletas públicas en las zonas de Fontanar-Reparto Abel Santamaría-Wajay-Cujae, con 350 medios y nueve estaciones, se integran al plan, el cual, además, prevé implementar carriles bici para la seguridad de los ciclistas.
Para continuar impulsando la movilidad eléctrica que complemente el transporte bajo en carbono, se incorporará una red de triciclos (25 medios) para el traslado de pasajeros en la zona piloto, que servirá como futura red alimentadora al corredor de Boyeros. Asimismo, Campos Pompa, líder de Neomovilidad, precisó que como elemento innovador se estudia la posibilidad de desarrollar un ómnibus eléctrico mediante la adquisición de un chasis de igual característica.
«Pretendemos incorporar métodos de medición, reporte y verificación para el transporte urbano, haciendo uso de las nuevas tecnologías; de igual forma aplicaremos una campaña de comunicación y sensibilización social con respecto al transporte público de baja emisión de carbono, la movilidad urbana sostenible y el fortalecimiento de los enfoques de equidad de género y generacional».
En comunión con el Cimab, Neomovilidad ha generado investigaciones científicas sobre las medidas para la reducción de gases contaminantes en el reparto de intervención y una propuesta de modelación del transporte y el tráfico para la intersección de Fontanar, a las que se suman el diseño de un curso online sobre movilidad sostenible y análisis de desplazamientos poblacionales en el campo de estudio, entre otras.
Todo ello permitirá promover urbes compactas y una mayor conectividad de movimientos a pie, en bicicleta y transporte público; además de acciones concretas que mejoren la gestión del tráfico.
Pedalear «sin frenos»
Entre los principios de la política aprobada para el ordenamiento del transporte de pasajeros, está el fomento del uso de la bicicleta en los espacios públicos que dispongan de condiciones para ello, tomando en cuenta las experiencias internacionales y garantizando los ajustes de la infraestructura requerida para la participación sistemática de este medio en la movilidad de la población.
Es por ello que desde hace tres años, en noviembre de 2018, se inauguró en La Habana Vieja —coincidiendo con el aniversario 500 de la villa— el proyecto guía del primer sistema de bicicletas públicas de alquiler en Cuba, Ha`Bici, gestado por la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) y operado desde sus inicios por el emprendimiento Vélo Cuba, con siete años de sobrada experiencia en la formación de mecánicos y reparación de bicicletas.
Actualmente, de cinco estaciones iniciales ya cuentan con ocho desplegadas por el municipio de La Habana Vieja, y un parque de 295 bicicletas, fruto de la cooperación entre la OHC y los Gobiernos del País Vasco y Suiza. Ahora se ultiman detalles para la llegada de 200 más, procedentes del Ayuntamiento de Barcelona, lo cual posibilitará inaugurar en breve dos nuevos sitios: uno en la Plaza San Francisco de Asís, y el otro al interior del Museo de los Trenes, en Cristina y Arroyo.
«Con más de 25 505 viajes realizados en los últimos dos años, Ha'Bici gana adeptos entre jóvenes de Colón, Jesús María y otras zonas de La Habana Vieja, Centro Habana y el Cerro. Empero, llama la atención que el 13 por ciento de los clientes habituales son personas de más de 50 años de edad, lo que ratifica el gusto de la familia en general por montar en bicicleta, tendencia que va en aumento desde la aparición de la COVID-19», señala la ingeniera Naivys Díaz Labaut, directora de Vélo Cuba y operadora de Ha'Bici.
La ruta de este proyecto se encamina a la automatización de los procesos haciendo uso de un software —ya concluido y a punto de ser probado— y una apk en fase de ejecución para acceder a mapas, ofertas de precios, ubicación de las estaciones y a la renta online.
«Las experiencias de Naivys y su equipo nos han servido como lecciones aprendidas y antecedente óptimo para concebir la ampliación de estaciones por otros puntos de la ciudad», afirma el jefe del departamento de Desarrollo en la DGTH, y añade que el sistema de bicicletas públicas que se implementa en Fontanar-Reparto Abel Santamaría-Wajay-Cujae llevará el nombre de Ha`Bici-Neomovilidad, respetando la identidad de la marca.
Hace unos meses, explica, presentaron el sistema a licitación pública para empresas estatales y emprendimientos por cuenta propia; las respuestas y reacciones han sido positivas. Han debido aclarar aspectos elementales a los interesados, pero toda la información se encuentra disponible en la página en Facebook de Neomovilidad.
Varias empresas de diversas formas de gestión mostraron su interés, pero hasta el momento no hay ninguna propuesta concluyente; se mantendrán abiertos a concurso, como se tiene previsto.
Armonía con el entorno
El sector del transporte, tal como lo sustenta Campos Pompa, director de Neomovilidad, es el mayor consumidor de energía y el que más dióxido de carbono emite en el mundo, lo que impacta cada vez más en las grandes regiones, incluso se consideran como cuestiones de salud pública los índices de contaminación atmosférica.
«Nuestra apuesta es por una transportación ecológica y sostenible, que se corresponde con la necesidad de utilizar energías limpias en sus distintos entramados. Para lograrlo buscamos vehículos como las bicicletas, que contaminan menos y optimizan los traslados.
«Soñamos una ciudad que cuente con zonas verdes, espacios públicos libres de automóviles y otros medios motorizados, en los que se priorice la movilidad peatonal como colofón de sistemas de transporte seguros, accesibles y sostenibles para todos, urbanizaciones inclusivas y calidad en el aire que respiramos».
Un medio seguro y sostenible
- Fomentan un incremento de la multimodalidad en el transporte urbano debido a su complementariedad con otros medios como los ómnibus.
- Es rápida y flexible. Algunos estudios demuestran que en áreas urbanas la bicicleta se puede trasladar a velocidades cercanas a los 12-15 kilómetros por hora, magnitudes equivalentes a lo habitual en auto para trayectos inferiores a cinco kilómetros.
- Reduce la necesidad de espacio en la ciudad, tanto por motivos de circulación como de parqueo.
- Reduce las emisiones contaminantes que provocan el cambio climático, y disminuye los niveles de ruido.
- El efecto barrera creado por las vías y parqueos para el tráfico motorizado es muy superior al que se deriva de los ciclocarriles.
- Constituye una actividad física regular que reduce enfermedades y el riesgo de sedentarismo.
Fuente: Proyecto Neomovilidad