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SANTA CLARA, Villa Clara.— Premuras editoriales impostergables dejaron por estos días fuera de estas páginas noticias sobre disimiles hechos protagonizados por villaclareños, con los jóvenes en primera línea y una labor de altos quilates.
Por suerte, más exactamente por la entrega de cada cual, tienen una excepcionalidad compartida por numerosas instituciones.
En esos espacios, en los que late el empuje económico, se agrupan desde los que laboran en pleno surco o la forja industrial, gente que salva o alarga la vida y quienes hacen florecer la expansión de la cultura o andan afanosos descubriendo o chequeando que la ciencia y la técnica aterricen donde hace falta.
Justo entonces unas líneas, aunque en verdad merezcan infinitos párrafos estos centros que ejemplifican cabalmente a los que recibieron la condición de Vanguardia Nacional, de Proeza laboral o la Orden Lázaro Peña, otorgada por el Consejo de Estado a propuesta de la CTC.
Con sello nacional e internacional
No podría faltar en ese listado de buenos afanes el Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), de Santo Domingo, por 25 años consecutivos merecedor de la condición de Vanguardia Nacional. En Cuba, e incluso un poquito más allá, es imposible hablar de agricultura sin que salten estas conocidísimas siglas, asociadas a una perenne acción a favor de obtener provecho de la tierra con prestancia.
Más de 500 resultados de ciencia y técnica avalan una trayectoria impresionante en el mejoramiento genético de clones, tecnologías de las raíces, rizomas, tubérculos y frutales, así como la producción, conservación y manejo de semillas.
A lo anterior se suma el aporte sobre sanidad vegetal, el manejo integrado de plagas y enfermedades, la obtención de bioproductos y biofertilizantes, la capacitación de productores y la confección de materiales impresos y digitales, enumera el Doctor Sergio Rodríguez Morales, director del centro.
Otro peso pesado villaclareño que conquistó por oncena ocasión consecutiva la categoría de Vanguardia Nacional fue la Unidad Empresarial de Base de la Empresa de Tecnología de la Información y la Automática (ATI).
Entre la impronta de esa unidad descuellan los servicios técnicos a las centrales termoeléctricas Antonio Guiteras, Carlos Manuel de Céspedes y 10 de Octubre; a instalaciones de las empresas de Hidroenergía, como la Central Hidroeléctrica Hanabanilla, y a las centrales de generación distribuida de todo el país.
Ernesto Herrera Guerra, director de la UEB ATI Villa Clara, precisó que esa unidad garantiza la aplicación y la disponibilidad de las tecnologías de la información y la automática que requiere el Sistema Electroenergético Nacional. Actualmente atiende 87 a centros de la Unión Eléctrica y mantiene contratos de servicio con otros 107 clientes del resto de los ministerios.
Igual lauro laboral mantuvo por segunda ocasión la Empresa Geominera del Centro, tanto por sus resultados económicos como por la atención a sus trabajadores. Argelio Jesús Abad Vigoa, su director general, reveló que la entidad se destacó por el crecimiento en la productividad del trabajo y los niveles de satisfacción, motivación y compromiso de su fuerza laboral.
Consecuentemente la Geominera cumplió la producción de oro planificada, importante fondo exportable, y de zeolita, mineral del que entregó 6 400 toneladas a la industria de fertilizantes y 7 000 a la agricultura, organismo al que también contribuyeron con 8 800 toneladas de carbonato para la producción de pienso animal y otros empleos.
Con la vida en la mira
También el sector de la salud estuvo bien representado en el reconocimiento. El Laboratorio de Biología Molecular y el hospital oncológico Celestino Hernández Robau conquistaron la Bandera de Proeza Laboral por su enfrentamiento a la COVID-19.
La primera institución, encargada en el centro del país de los exámenes para los diagnósticos del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, sobrepasó ya las 34 000 pruebas analizadas.
Esa distinción grafica la consagración, interés y resultados de ambos colectivos, porque en el Hernández Robau en varias salas habilitadas al efecto se atendió a pacientes portadores y sospechosos del virus con una altísima profesionalidad.
La Bandera Proeza Laboral también prestigió a la Empresa Provincial de Transporte en Villa Clara, que garantizó el traslado de sospechosos de padecer la COVID-19 y de sus contactos hacia centros médicos y de aislamiento, así como la transportación de carga destinada al aseguramiento material del sector, y desde la segunda fase de recuperación activó en parte rutas locales e intermunicipales con significativo aumento del ciclo y frecuencia de sus viajes.
Cerremos este muestrario de centros con verdadera fibra artesana con un artífice del talento que lleva más de tres décadas en la avanzada de vanguardia: el Centro Provincial de Superación para la Cultura Ángel Román González Borrell, ganador de la Orden Lázaro Peña de Segundo Grado.
Otros también van por ese rumbo en esta provincia, en esa amalgama natural prodigiosa de fibra curtida en constante renuevo con la savia lozana que nos hace imperecederos.
