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¿El agua de la buena pipa?

La capital vueltabajera posee los ciclos de distribución de agua más elevados del país. Revertir esta situación constituye una prioridad para el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos ante las molestias que provoca a la población un problema que no solo afecta a Pinar del Río, sino también a varias comunidades de la Isla

Autores:

Dorelys Canivell Canal
Zorileidys Pimentel Miranda

PINAR DEL RÍO.— Abril y mayo fueron meses caóticos para el municipio de Pinar del Río en lo que a abasto de agua se refiere. Roturas y averías en las tres conductoras existentes en el municipio (de 20, 30 y 36 pulgadas), paros necesarios en el servicio para la supresión de salideros y déficit de pipas para repartir el líquido, figuraron entre las principales problemáticas que afrontaron los pinareños.

A ello se suma que no se trabajaba con la presión correcta para que el servicio llegara con fuerza a cada uno de los destinos. El resultado: zonas con más de 30 días sin agua; el abasto por pipas afectado, al tener estas que priorizar  centros asistenciales; y un aproximado de 140 000 personas sin suministro estable por la red.

Sobre esta situación, Eric Benítez González, delegado de Recursos Hidráulicos en la provincia, informó a Juventud Rebelde que en la ciudad capital hubo un momento en el que estuvieron paralizados unos seis equipos, lo cual evidencia que las conductoras funcionaban con menos del 50 por ciento de eficiencia.

Unida a esta situación hubo una rotura en la conductora de 20 pulgadas que abastece a importantes zonas de la cabecera provincial como El Ranchito, El Lazareto, Reparto Oriente y Siete Matas, entre otras. Según el directivo, días después se hizo un paro de conductora para suprimir un número significativo de salideros y lograr así mayor eficiencia de este sistema, y en ello se trabajó un solo día.

«Al buscar mayor presión de agua, la conductora colapsó en un tramo que estaba débil en el kilómetro siete de la carretera a La Coloma. Durante cuatro días laboramos en esta avería», explicó.

También la conductora de 30 pulgadas estuvo paralizada unos tres días para recibir mantenimiento y, por lo tanto, zonas como Lázaro Acosta, Jagüey Cuyují, Justo Hidalgo, la bloquera de Viñales y Comandante Pinares, estuvieron privadas del servicio.

Pero esto no fue todo. Cuando parecía que la situación no podía empeorar, cuatro importantes centros de la provincia comienzan a tener problemas serios con el abasto: el hospital León Cuervo Rubio, el policlínico Pedro Borrás, el hospital pediátrico Pepe Portilla y el restaurante 12 Plantas.

«El referido hospital, por ejemplo, tiene una fuente de abasto de agua propia, pero por razones naturales comenzó a halar arena; se pensó en algún momento que pudiera haber una contaminación y se paralizó el pozo para hacer la investigación. Mientras encontrábamos una solución estuvimos

casi una semana abasteciéndolo por el sistema de pipas —que en su caso consumía alrededor de 40 diarias—, y ello, evidentemente, afectó a la población.

«De modo que un grupo de personas dejó de recibir agua por las redes y otro no lo hizo por las pipas. Colapsó el sistema y llegó el momento en que no teníamos ninguna respuesta para solucionar estas problemáticas», reconoció Benítez González.

Foto: Zorileydis Pimentel Miranda y Telepinar

 

EL caos del agua

Toda esta situación los pinareños la percibieron de diferentes maneras. Ray Hernández Martínez, vecino de la calle Gabriel Lache, entre Teté Contino y Francisco Donatién, esquina a Calle A, reparto Celso Maragoto, nos dejó su comentario inicial por la red social Facebook.

Allí relataba cómo los ciclos son inestables. «Hay poca duración del servicio cuando lo ponen, y en las calles el agua se derrocha por los salideros frente a la planta de hielo y no llega a muchas de nuestras casas. Me pregunto qué tan difícil de resolver se ha vuelto esta situación y para cuándo es la solución. Los días sin el servicio se prolongan entre 20 y 30».

Después de varios intentos por llenar sus depósitos y no pocas madrugadas despierto velando las tuberías, este joven nos comunicó que en la noche del jueves (6 de junio) logró coger agua: «No fue hasta después de las nueve de la noche que pudimos comenzar a llenar con el servicio más estable; así estuvimos varios vecinos hasta las 4:30 de la madrugada.

«Casi todas las personas de la cuadra habíamos llamado ese día al puesto de mando de Acueducto para quejarnos y alertar que no nos había llegado agua en todo el día. Según ellos estaba puesta para esa zona; por algún tipo de milagro el problema se solucionó, y ahí es donde existe una y otra vez la incógnita: por qué unas veces sí y otras no nos llega», refirió.

Este entrevistado aseguró poco después que, para satisfacción suya y del resto del barrio, el agua volvió a los seis días. «Es cierto que llegó de noche, pero como hacía menos de una semana que la habían puesto fue solo rellenar, lo cual es más rápido. Eso sí, el servicio fue inestable, pues se iba y venía de forma intermitente, pero, asiente el joven, creo que es una buena señal que nos haya llegado tan pronto».

Surisleydis Rodríguez Pérez vive una situación más precaria. Ella, que tiene dos niñas pequeñas, reside en el kilómetro uno y medio de la carretera a El Guayabo, y solo puede consumir el agua que extrae de un pozo de manigueta porque allí no hay redes hidráulicas.

«Del pocito se abastecen alrededor de 20 casas y una escuela. Cuando uno logra sacarle una cubeta, el que venga detrás tiene que esperar un rato para poder coger otra. Las pipas van hasta el kilómetro seis más o menos, que es donde la comunidad es mayor; nosotros estamos como en el intermedio y allí no van nunca».

¿El agua del pozo es potable?, le pregunta este equipo de prensa. Y responde: «Bueno, eso estaban averiguando en estos días. Es la que siempre hemos utilizado. Antes la gente cogía agua del río, pero ese ya casi no tiene, y otros la toman de la laguna».

Los vecinos del reparto Lázaro Acosta tienen también sus criterios con el servicio, ahora agravados por la situación, pero son opiniones que se mantienen a través del tiempo. «Es que esta siempre ha sido una zona complicada con el agua, hasta para comprar y vender una casa aquí es un lío por ese problema; la última vez que llegó a mi cuadra fue hace unos siete días, antes faltó más de ocho semanas», acotó uno de los residentes.

En Montequín no prima una situación muy diferente, pues desde hace varios meses vecinos del camino a La Malagueta no pueden acceder a este servicio por otra vía que no sean las pipas —que afortunadamente ya se han estabilizado por la vía estatal—, e incluso, ante la desesperación, algunos han comenzado las investigaciones para construir pozos en sus patios,  nos cuentan.

No obstante, ya se respiran aires de recuperación, pues desde Acueducto mandaron a construir un reservorio de agua potable que les permitirá abastecerse del líquido.

Así cada uno tiene su relato: «Sin agua no hay quien viva. Se torna insoportable ver que no tienes agua, saber que no va a venir, y no tener ni para tomar. Ni hablar de los que tenemos personas mayores y niños pequeños en la casa. Lo peor es que si no te llega el día asignado, tienes que esperar a que te vuelva a tocar y eso puede demorar bastante», comenta una pinareña en medio de la desesperación.

Estabilizar el servicio de abasto y acortar los ciclos de distribución de agua son propósitos esenciales de todas las acciones de rehabilitación.

De cara al asunto

El delegado de Recursos Hidráulicos en Pinar del Río detalló a este diario el sistema de trabajo que se ha implementado en la provincia en busca de una solución. Advirtió que el territorio tiene un problema coyuntural, pero que se va a ir resolviendo con el esfuerzo de los trabajadores de Acueducto y de Recursos Hidráulicos; el impacto no se va a ver en dos días, pero habrá una mejoría en el servicio, aseguró.

Como medida señaló que desde ahora van a trabajar dos despachadores en el puesto de mando, para poder monitorear el comportamiento del ciclo del agua, intercambiar información con los voluntarios que residen en los puntos críticos de cada red y recoger la que generan los jefes de zona, los cuales deben contactar diariamente con el despacho.

Además, agregó el delegado, ya se completó la brigada de operadores de válvulas. «Hasta ahora —expresó— se había minimizado el papel del valvulero. El encargo estatal nuestro nace en la estación de bombeo. Se reconoce que se le daba más importancia a otra cosa antes que a una rotura, pero no se puede trabajar poniendo parches, hay que hacerlo de forma integral y con una perspectiva. El control de las válvulas es vital, se trata de un gestión importante para lograr eficiencia en el servicio».

En la actualidad se está haciendo cada mañana una entrega de las condiciones de las operaciones del agua, y el turno saliente detalla qué zonas recibió, cuáles no, y las incidencias que hubo. Ahí se decide la distribución de las pipas hacia aquellos lugares a los que no llegó el abasto.

«No obstante, las pipas no pueden ser la solución. Hay que saber qué falta para que el agua llegue por la red hasta donde debe», detalló, y añadió que en este contexto la estructura gubernamental tiene un peso importante, pues los presidentes de consejos populares son los encargados de decir cada tarde, en el chequeo de la distribución del agua, si hubo por la red o no, hasta dónde llegó y si las pipas llegaron todas y en tiempo.

En visita reciente a Pinar del Río, Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, especificó que para transformar este escenario, sobre todo en aquellas áreas que presentan ciclos por encima de los 30 días, se indicó operar de forma disciplinada los equipos de bombeo, y conocer con detalle cuáles son los lugares que no reciben agua por las conductoras para abastecer con pipas inmediatamente.

Aclaró que la única forma de satisfacer la demanda de la población es que el Acueducto funcione de manera correcta, y establecer un chequeo periódico sobre las redes y las conductoras para evitar el surgimiento de nuevas ilegalidades.

Puntualizó que la política del Instituto es rehabilitar redes y crear nuevas con pequeñas inversiones donde se pueda, pues el servicio con pipas es ineficiente, y además está afectado por la escasa disponibilidad de gomas y baterías.

«Hay que cambiar la situación, porque son muchas personas esperando que esto mejore y los resultados no son los que esperamos. Tenemos que lograr que cada recurso que se invierta se transforme en estabilidad en el servicio», destacó.

Benítez González precisó que las redes están en un mejor momento: «Pretendemos poner a funcionar lo más pronto posible todos los equipos de bombeo existentes en el municipio cabecera. Además, contamos ya con alrededor de 25 pipas diarias que dan abasto a 6 250 pinareños».

Erik Rodríguez Calderín, director de Acueducto y Alcantarillado en la provincia, aseveró que se trabaja en todas las zonas con el objetivo de disminuir poco a poco los ciclos hasta establecer uno diario mediante el sistema de pipas.

En el caso de las redes de acueducto existe un programa de sustitución de válvulas, supresión de salideros y mejora de la situación existente con las aguas albañales, que se controla también a partir del chequeo sistemático, haciendo énfasis en aquellos salideros que son más connotados y que impiden que llegue el agua a la población.

«Apenas deben estar viéndose los primeros resultados de estas acciones, expresó. Por ejemplo, a la zona de Piezas de Repuesto, que normalmente le damos agua en 12 horas, ahora lo

hicimos en diez; también en la zona de Alta B se están disminuyendo los ciclos, pero aún es pronto para percibir la mejoría debido a la situación que venimos arrastrando de meses pasados. 

«Todas estas acciones tienen un tiempo de realización y luego podremos decir concretamente a la población de cada lugar qué tipo de servicio recibirá y en qué momento», señaló Rodríguez Calderín.

La avería en la conductora de 20 pulgadas a finales del mes pasado fue una de las roturas más graves que afectó el servicio de agua a la población.

En perspectiva

Eric Benítez González particularizó aquellas acciones que hoy se hacen para estabilizar el abasto de agua. En ese sentido, dijo que la conductora de 20 pulgadas a la entrada de la ciudad ya tiene 130 litros por segundo de forma estable, lo que permitió dar una vuelta completa del servicio a sus clientes y se intenta dar una segunda en un ciclo de ocho días, cuando estos estaban disparados entre 16 y 18.

Con un grupo de maniobras de regulación en las entregas de las acometidas se podría bajar a siete días. La conductora de 30 pulgadas, que posee 200 litros por segundo, podría llegar con este tipo de acciones a tener ciclos entre los tres y los siete días, y las zonas de la carretera a Viñales, que está entre los 25 y 30, y el reparto Lázaro Acosta, con más de 30 días, podrían recibir agua al menos una vez a la semana.

Por su parte, la conductora de 36 pulgadas, que posee ciclos de tres días, estaría en condiciones de mejorar el abasto en las zonas de Diez de Octubre, La Conchita y Montequín. A la par se ejecutan un grupo de acciones que permitirán reducir los ciclos; entre estas destacan los trabajos en la carretera a Viñales, un tramo de la conductora que va desde la presa Guamá

hasta Kilo 5, y la rehabilitación de la planta de Kilo 5.

También se dispuso de tuberías para los barrios que están en la carretera a Viñales, que reciben el servicio mediante pipas, en aras de que puedan ser abastecidos por la red. De igual forma serán mejorados los equipos de la zona de Diez de Octubre y el de la ciudad.

En consonancia con ello, el Presidente del INRH añadió que se han reparado varios equipos de bombeo ante la carencia de otros nuevos, que permitirán completar los de las tres conductoras; y se dispondrá de otros dos que podrán ser utilizados en caso de rotura, lo que facilitará hacer los cambios correspondientes sin afectar el servicio a la población.

Benítez González aclaró además que se trabajará a largo plazo en un plan de metraje que responda a la recuperación del agua; se rehabilitarán redes y conductoras; se dará mantenimiento a equipos del municipio de Viñales; se garantizará protección eléctrica a las estaciones de bombeo, y comenzarán las acciones para independizar el reparto Lázaro Acosta.

Pinar del Río es una de las cabeceras provinciales, junto a Matanzas, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Cienfuegos, que no se ha podido intervenir a escala total por falta de financiamiento externo, confirmó Rodríguez Rodríguez, quien enfatizó en que el proyecto para el territorio se le propuso a un fondo árabe y se espera respuesta, a partir de la cual dará inicio una rehabilitación completa en la cabecera provincial, pues lo que se ha hecho hasta la fecha ha sido con financiamiento del país.

La prioridad para RRHH es traer más agua hasta la ciudad desde las fuentes; seguir recuperando el líquido en las conductoras; reordenar el abasto por redes —de manera que se logre agilidad en el proceso de distribución del agua—, y ajustar también el trabajo con las pipas, cuyos ciclos ascienden hoy a los 30 días.

Mientras, los pinareños esperan ansiosos a que el abasto se reordene definitivamente en la ciudad, y que llegue el agua con frecuencia también hasta aquellos lugares donde la población la espera hace años.

Para ello resulta imprescindible que primen el control, la exigencia, la respuesta rápida, la disciplina en las operaciones de la red y el monitoreo constante por parte de los directivos del sector en el territorio, y, por supuesto, que disminuyan las ilegalidades. Quizá así la situación caótica generada desde hace algunos meses sirva como ejemplo de aquello que no puede volver a pasar.

En la conductora de 20 pulgadas se trabajó intensamente para estabilizar el abasto de agua.

 

 

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