Jóvenes cubanos que participaron en el 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE). Autor: Roberto Suárez Publicado: 27/05/2019 | 02:41 pm
Pasadas las 11 de la noche de este domingo, el avión de Conviansa —aerolínea bandera de Venezuela— que nos llevó hasta esa nación hermana para participar en el 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), volvió a tocar tierra, pero ahora en la Patria, en la Cuba que «es un faro, un referente, una luz para la región», como nos dijeron muchos delegados de otros países.
Entonces, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, bajaron de la aeronave con la bandera «que jamás ha sido mercenaria» y que bien alto ondeó en la tierra de Bolívar, Chávez y Maduro, Raúl Alejandro Palmero Fernández y Leidy Laura Jiménez Cárdenas, presidentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), respectivamente.
Como mismo ocurrió días atrás cuando se abanderó la delegación antillana, Olga Lidia Tapia Iglesias, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, y Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), dieron la bienvenida y felicitaron a los participantes por el deber cumplido. Uno a uno, bajaron los delegados para recibir el caluroso recibimiento y el abrazo de cuantos lo esperaban en el aeropuerto, y allí mismo al pie de la escalerilla del avión y poco después en los salones de la terminal, ve vio el ímpetu, la energía y el entusiasmo con que actuaron en Venezuela.
También se escucharon vivas a la Revolución y a Fidel, y consignas y cantos, como «y ya llegó, y ya está aquí, el movimiento estudiantil» y «Cuba y Venezuela, una sola bandera». El Presidente de la FEU —la cual fue reelecta para encabezar nuevamente la dirección de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae)—, afirmó que el 18vo. CLAE constituyó un excelente sitio para repensar de manera conjunta acciones a favor de los procesos de unidad, paz y hermandad de nuestras naciones, en un contexto en que la Patria Grande vive como nunca antes la arremetida del imperialismo y sus lacayos.
Significó el papel de la delegación cubana a esta cita, la cual participó en una decena de conferencias, talles y paneles, donde compartieron los logros y desafíos de la Mayor de las Antillas y su protagonismo juvenil en las diversas esferas de la vida social así como abogaron por demandas históricas de la nación. Palmero Fernández señaló que toca ahora que cada espacio logrado en el conclave se multiplique nación por nación, para que la Oclae siga demostrando con creces su acertada concepción y gane más autoridad como la única plataforma que defiende los sueños e intereses de la juventud estudiosa de la región.
En tal sentido invitó a los participantes cubanos llevar a las brigadas y grupos, las experiencias de estos días y el sentir de los miles de jóvenes del continente reunidos en Caracas para lograr el fortalecimiento del movimiento estudiantil regional y la unidad en la lucha, indispensable para enfrentar al imperialismo. La disciplina, firmeza, compromiso, combatividad, pasión revolucionaria, lealtad a los principios, alegría contagiosa… que acompañó a nuestra delegación en Caracas, fue elogiada por la Primera Secretaria de la UJC, quien también se refirió a como los acompañó en todo momento su patriotismo, latinoamericanismo y antimperialismo.
En su intervención Morfa González, recordó que la Oclae nació por inspiración de Fidel, en La Habana, y desde entonces sigue en la pelea, fiel sus principios fundacionales. Hoy más que nunca tenemos una organización comprometida con la paz continental, el desarrollo de la justicia social y la lucha por una educación pública, gratuita y calidad para toda el área, una organización que siempre estará en lucha contra el imperialismo, dijo.
Fueron seis días de intensas discusiones sobre la coyuntura política, educativa y sobre la realidad del movimiento estudiantil. En los debates se exhortó a los estudiantes del continente a defender una América Latina libre que sea guiada por los más verdaderos anhelos populares, por el trabajo digno en pro de la colectividad, por la igualdad de oportunidades para personas de todos los géneros, razas, creencias y por una educación descolonizadora, emancipadora, universal, compulsiva, gratuita y de calidad.
Fotos: Roberto Suárez