Ley Helms-Burton. Autor: Falco Publicado: 01/05/2019 | 10:43 pm
«La Ley Helms Burton no procede por ser ilegítima, porque desde afuera nadie puede decidir nuestros destinos», expresa el joven Frank Reyes, trabajador de Villa Tortuga, en Varadero.
Hacer un trabajo más eficiente en cuanto a los gastos y costos, para tener utilidades y brindar un servicio de mayor calidad a los clientes es fundamental, porque nuestros ingresos son el sustento de otros sectores como la salud y la educación, y esa es nuestra verdadera y más contundente respuesta ante esta ignominia, enfatizó.
Para Armando Santana Montes de Oca, de 27 años de edad, miembro del secretariado nacional de la Unión de Historiadores, una vez más el compromiso de los jóvenes y de nuestro pueblo es continuar la lucha y enfrentar la hegemonía que intenta imponer Estados Unidos sobre Cuba y América Latina.
«Tenemos un importante potencial en nuestra historia para enfrentar esta nueva arremetida del imperio, que para nada amedrenta a los cubanos, quienes con inteligencia y esfuerzo saldremos adelante».
No me imagino que alguien les exija a los estudiantes de la Universidad de Matanzas salir de allí porque sus edificaciones fueron construidas en tierras privadas. Eso no lo permitiríamos, afirma Talía Díaz Morales, estudiante de primer año de Licenciatura en Derecho.
Jorge Abel Collazo, estudiante de primer año de Licenciatura en Economía en el mismo centro de altos estudios, expresa que la Helms-Burton es una gran ofensa a los principios de nuestro pueblo y a nuestro socialismo. «Tenemos que mantenernos firmes ante esta política tan reaccionaria».
Yaikel Puentes Malagón, presidente de las Brigadas Técnicas Juveniles en el municipio de Matanzas, sostuvo que el Título III de la Helms-Burton es parte de esa actitud imperial de EE. UU. de tratarnos como su patio trasero. Tenemos que estar firmes y rechazar esas violaciones, y concentrarnos en trabajar para desarrollar el país, como ha pedido el Presidente Díaz-Canel».
Desempolvando patrañas
«Están retomando argucias antiguas para tratar de hundir a la Revolución», declara el joven Carlos Rafael Quintero Cabrera, secretario general del buró sindical de la Empresa Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes de Cienfuegos. «Ni con la peor de las enmiendas romperán nuestros nexos con los pueblos del mundo —dice—. Seguiremos hermanados con Venezuela, y aquí la tarea es respaldar a la Revolución con nuestro trabajo y empeño en lo que hacemos cada día.
«Vivimos un momento histórico de connotación diferente. Ahora es vital respaldar nuestro régimen de propiedad y formación estatal socialista, para contrarrestar todo intento injerencista a través de la Ley Helms-Burton», manifiesta con seguridad Aliorgin Monzón Betancourt, asesor jurídico de la Empresa Cementos Cienfuegos S.A.
Oriundo de Ciego Montero, una comunidad apartada, solo conocida por su embotelladora de agua mineral, Monzón reconoce el privilegio de haber nacido en la Revolución, y la oportunidad, «para un guajirito como yo, de recibir una formación profesional gratuita y de calidad.
«Es deber de la juventud cubana —continúa— condenar todas las afectaciones producto del bloqueo y oponernos a las artimañas imperialistas para doblegarnos; no hay temores respecto a la Helms-Burton, porque no permitiremos la coerción extraterritorial que los yanquis pretenden».
La «contentura» se les va a quitar
Como en toda Cuba, en gran tribuna de denuncia contra la aberrada Ley Helms-Burton se transformó la masiva marcha de este 1ro. de mayo en Camagüey. Para Yenisey Portes Bueno, de 26 años de edad y trabajadora de la empresa de Comercio, «no hay ley que pueda con Cuba; parece que los yanquis olvidaron quiénes somos».
El apoyo a Venezuela y a otras naciones del mundo también fue reclamo. La trabajadora de la fábrica de helado Coppelia, Julieta Fernández Castellanos, manifestó su desprecio por las patrañas del imperio, al querer apoderarse por la fuerza y a través de la manipulación de ese país. «Venezuela no está sola, esta Isla la acompañará en todas sus batallas».
En Villa Clara también la denuncia imperó. Para Claudia del Sol, el Título III de la Helms-Burton constituye una bravuconería más ante la desilusión que sufren porque nunca han podido doblegar a nuestra Revolución.
«Es un mecanismo diabólico más en su larguísimo accionar contra nuestro país. Esta disposición nos puede crear dificultades económicas, exigirá que seamos más eficientes en nuestra labor, pero tampoco nos va a quitar el sueño. Aquí estamos y estaremos con y sin Título III», enfatiza Claudia.
Para la también villaclareña Marta Rodríguez, «esto es lo de nunca acabar, ¡mira que son empecinados para esgrimir triquiñuelas contra todo el que no se avenga a sus designios imperiales! Pero el tiempo nos ha enseñado que el mejor modo de enfrentar sus desmanes es con inteligencia y valentía, y eso a nosotros nos sobra».
Helms-Burton, pinceladas de un fracaso
EL 12 de marzo de 1996, cuando Cuba resistía además del bloqueo estadounidense la crisis económica consecuencia del derrumbe del campo socialista europeo, y con el objetivo de darle un golpe mortal a la Revolución, fue firmada por el presidente de EE. UU. William Clinton, la Ley Helms-Burton.
Llevaba el irónico nombre oficial de Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubana. Había sido presentada con cuatro títulos en su contenido por los congresistas Jesse Helms y Dan Burton. En el primero se internacionaliza el bloqueo económico, comercial y financiero; y el segundo,sumamente ofensivo e intervencionista, plantea el plan de transición política por el cual prácticamente Cuba pasaría a ser un protectorado de Washington, de ser derrocada la Revolución.
El Título III, que este 2 de mayo entra en entera vigencia según la decisión de Donald Trump, establece las normas para que ciudadanos estadounidenses que tenían propiedades en Cuba antes del 1ro. de enero de 1959 y estas fueron nacionalizadas, demanden ante tribunales de su país a entidades de cualquier lugar del planeta que «trafiquen» con esas propiedades, y en ello incluyen —para aumentar las violaciones a la legalidad y al Derecho Internacional— a cubanos que tomaron posteriormente la ciudadanía estadounidense. El cuarto le niega la entrada a EE. UU. a ejecutivos y sus familiares de cualquier nacionalidad que «trafiquen» con esas propiedades. El nuevo pronunciamiento de Trump intenta agregar —a las enormes cifras de daños a la economía que se han ido acumulando durante casi 60 años de bloqueo— la amenaza a inversionistas y empresas de todo el mundo interesadas en negociar con Cuba o que ya lo hacen, para que cesen o no contraigan esos vínculos, los cuales están amparados por la legislación internacional sobre la libertad de comercio e inversión. Ese Título III es sencillamente irracional y Trump ha hecho lo que ningún otro presidente en 23 años. Cegado por la arrogancia y su proverbial naturaleza evanchista como tiene el propósito de adjudicarse el «mérito» de ser quien ahogue de una vez por todas la economía cubana y doblegue a un pueblo— decidió convertirse este 2 de mayo en el retratista del horror y superar las escenas que pintara Goya de la resistencia del pueblo español frente a la barbarie napoleónica que ocupó al país ibérico en 1808.
De eso se trata, Trump cree que la aplicación del Título III le ayudará a una «rápida y acelerada» transición en Cuba. De nuevo se equivocan.