Blanca Rosa Rodríguez Guerra, maestra con más de tres décadas en la enseñanza primaria, ha creado un movimiento pioneril y familiar en torno a la vida y obra del Comandante en Jefe. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 17/12/2018 | 10:25 pm
Camagüey.— Cuenta Blanca Rosa Rodríguez Guerra, maestra con más de tres décadas en la enseñanza primaria, que lo que está viviendo, durante los últimos días, «es una gran emoción. No imaginé la respuesta de mis alumnos y alumnas y de sus familiares ante mi propuesta».
Hace unos cinco años ella comenzó a buscar iniciativas que le permitieran abordar la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, desde el coleccionismo y la creatividad. «Empecé en mi casa a coleccionar todo cuanto se publicara en periódicos y revistas del líder histórico de la Revolución, y luego agrupé cada artículo, fotografía, recorte, afiche y libro, por temáticas y etapas de su vida, para celebrar su 90 cumpleaños.
«De esta manera —explicó la camagüeyana— logré recepcionar unos 300 documentos, que luego compilé en álbumes elaborados de forma manual y sencilla, que se han convertido en libros multifacéticos y atrayentes que muestran la vigencia de la obra, el legado y el pensamiento del más grande político cubano del siglo XX».
Mas lo que resulta auténtico en esta «profe» de la escuela Renato Guitart, de la ciudad agramontina, es la manera en que la experiencia ha prendido en educandos, trabajadores de su centro y familiares de alumnos.
«A finales de 2016, tras la muerte del Comandante en Jefe, creamos un círculo de interés, que tiene como propósito lograr que los alumnos reflexionen en torno a sus valores y la grandeza de su obra revolucionaria, y lo que implica asumir como concepto de vida la expresión “Yo soy Fidel”», comentó Rodríguez Guerra.
Desde entonces las iniciativas de esta consagrada docente no dejan de multiplicarse y asombrar. «A partir de lo que se había logrado con los alumnos de 5to. grado se me ocurrió desarrollar una especie de concurso, Fidel entre nosotros, en el que no habría ganadores, pero sí muchas oportunidades para aprender», argumentó a JR.
La propuesta, que fue apoyada por el claustro de profesores, consistió en que todos los participantes concibieran a un Fidel muy propio, o que desarrollaran una creación especial a partir de algún aspecto relevante de su figura o su pensamiento.
«La idea prendió porque era una propuesta familiar en la cual el premio era el aplauso al pionero y a su familia en matutinos especiales. Eso impulsó la creación en los más pequeños de casa.
«Lo más importante fue la motivación de los niños, y el hecho de sumar a la familia y hasta la comunidad.
«Los trabajos presentados, que fueron más de 200, se expusieron en la entrada, vestíbulo, pasillos laterales y biblioteca de la escuela, para rendir tributo a nuestro líder Fidel, en el segundo aniversario de su fallecimiento.
«La familia pudo observar no solo la obra de su hijo, sino la del resto de los pioneros, y eso favoreció un ambiente muy positivo. Incluso alumnos de otros centros educacionales cercanos al nuestro, hasta de secundaria básica, al conocer de nuestra exposición nos pidieron permiso para presentar lo que en otros años habían hecho y que conservaban con recelo. Ya suman cerca de cien los visitantes que han firmado el libro de la muestra, en el que expresan su sentir y agradecimiento. Ahora planifico el momento en que cada pionero y su familia cuenten cómo y por qué hicieron a su Fidel. Y esa también será una ocasión de muchas emociones y sorpresas».