24
CAMAGÜEY.— Rodeado de sus seres más queridos, amigos, jóvenes de ayer y de hoy; entre risas, recuerdos y no pocas emociones Edelmiro González Martínez recibió la Medalla Conmemorativa Aniversario 55 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Se honraba al hombre que un disparo en la médula mientras cumplía una misión internacionalista en Angola lo postró físicamente, pero no ha podido quebrarle sus ideas y sus sueños.
Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, fue quien, hace algunas semanas, puso en manos de este paradigma de las nuevas generaciones la alta distinción, por ser «referente de consagración, valentía, resistencia y compromiso con la Revolución y la Patria, e incluso, ante su grave enfermedad». Al trasmitir el cariño y el respecto de los niños, adolescentes y jóvenes hacia su personalidad, lo calificó como «símbolo de un gran hombre».
Luego de que Edelmiro recibiera el galardón no fueron pocos los que hablaron también de sus años como dirigente en la base, como miembro del Buró Nacional de la UJC y como delgado o invitado de honor a varios congresos de la organización. Se le recordó como una persona audaz, jovial, modesta, con visión de futuro, con voz pausada y rostro que transmutaba sabiduría y confianza, esas cualidades que le ganaron respeto y admiración de sus compañeros.
Y es que Edelmiro ha sido y es a pesar de su limitación física ejemplo de dignidad, altruismo, valor, patriotismo y firmeza. Por ello al recibir el reconocimiento expresó que era «un compromiso no solo por lo que representa, sino por venir de una organización en la que me formé, crecí y desarrollé como revolucionario, una organización que es mi casa, mi familia».
También dijo que esa Moneda Conmemorativa era muestra de la continuidad de la obra de Fidel y del legado que dejó en su concepto de Revolución. El Comandante en Jefe ha sido su principal fuente de inspiración ante los desafíos de la vida. Como ha contado, cuando aquel día la existencia le jugó una mala pasada, y se debatía entre la vida y la muerte, a su lado estuvo dos veces «el hombre al que admiro mucho: Fidel. Gracias a su presencia pude ganarle a la muerte».
