A incrementar el gusto estético de la sociedad llamaron los jóvenes de la AHS durante los debates. Autor: Manuel de Feria Publicado: 21/09/2017 | 06:18 pm
La trascendencia de ejercer la crítica y promover el debate artístico-literario, como elemento vital para enseñar a distinguir entre lo auténtico y lo banal del producto cultural, resultó uno de los temas debatidos en la Asamblea de Balance de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Villa Clara.
Para esos fines se destacó la conveniencia de estimular también la creación de espacios de análisis sociocultural para influir en la formación educativa del público, y se esgrimió, como un buen ejemplo, la peña mensual La Caldera, conducida por el escritor José Ernesto Nováez, que aborda temas muy pertinentes de actualidad política, cultural e histórica.
En la asamblea, que eligió al escritor Yoel Herrera como nuevo presidente de la AHS en la provincia, se subrayó el papel más activo que puede desempeñar la sección de Crítica e Investigación de la Asociación en Villa Clara en la orientación del gusto estético de la sociedad.
Sobre el particular, Yainalis Pereira destacó la necesidad de incrementar el número de integrantes de esa sección con la captación de jóvenes críticos e investigadores de las universidades, donde incluso existen tesis de estudios socioculturales que se pueden aprovechar para encauzar una labor efectiva en la comunidad.
Los creadores de la AHS señalaron, además, la importancia de combatir con productos autóctonos la banalización de la cultura, la invasión de productos seudoculturales que promueven estéticas mercantilistas.
Al compartir sus criterios sobre el tema, el destacado intelectual Enrique Ubieta razonó que el debate constituye el mecanismo de regulación más importante, porque no se puede controlar el consumo cultural de cada individuo. «Los jóvenes —enfatizó— tienen en las manos todo tipo de productos. Sin una discusión privada o pública, no habrá respaldo para triunfar. Ello es vital para lograr una sociedad que pueda distinguir lo bueno y lo malo».
Leonardo Montiel, de la sección de Plástica de la AHS en el territorio llamó la atención sobre el hecho de que los jóvenes artistas, por lo regular, están más motivados por la parte comercial de la venta de sus obras que por promoverse a través de la Asociación. «Siento que la obra plástica en Villa Clara ha decaído, y que los salones de exposiciones se llenan más con artistas empíricos o aficionados, mientras que los artistas consagrados no promueven su obra y se mueven hacia la comercialización», precisó.
Para el escritor Yoel Herrera resulta imprescindible que se le brinde al artista la atención necesaria, pero estos necesitan ser consecuentes, y no solo pensar en la parte económica. «Hay que promover un arte verdadero para poder competir con la seudocultura que incide en el gusto estético de los jóvenes», alertó.
En el debate se analizó también la falta de recursos necesarios para los grupos musicales, de materiales para las artes plásticas y problemas con la promoción, empezando por los integrantes de la organización que no siempre hacen un buen uso de los espacios con que cuentan.
La viceministra primera de Cultura María Elena Salgado argumentó al respecto que las instituciones culturales tienen que estar al servicio de la cultura, de los artistas y elaborar las infraestructuras, los presupuestos y rendir cuentas de cómo se emplean estos últimos.
Desde el Sur
En defensa del buen arte, en Cienfuegos tuvo lugar el proceso de balance que promovió un debate franco y comprometido siempre con los tiempos actuales.
Sobre las dificultades y carencias abrió el debate Frank Pérez Aguayo, quien fue ratificado como presidente provincial: «La sostenibilidad, la búsqueda constante, el emprendimiento y la apertura de nuevos espacios culturales, así como también la estabilidad de las peñas, son una muestra del impacto de los asociados sureños. Sin embargo, todavía existen trabas objetivas y subjetivas que perjudican el desarrollo de los artistas».
«El acompañamiento de las instituciones culturales y su apoyo a los miembros de la AHS para crear espacios donde promover su obra, es una preocupación recurrente de los jóvenes artistas», aseguró Rubiel García González, presidente nacional de la organización.
Se habló de la importancia de elevar la preparación de los dirigentes que ocupan cargos en las direcciones de Cultura, quienes tienen la responsabilidad de aplicar la política cultural cubana.
García González agregó que, en labor conjunta con las direcciones del Turismo, Educación, Gastronomía y otros organismos, se aboga por eliminar espacios culturales en los que priman la banalidad, la chabacanería y la malformación de los valores.
Entre esa vanguardia artística que hace, y no siempre puede o tiene, figuran los actores del grupo Carro de Thespis, y los que laboran en la editorial de la AHS cienfueguera Reina del Mar Editores.
Varios fueron los reclamos de los escritores a propósito de la escasez de materiales para trabajar en la edición de libros, lo cual atenta no solo contra el número de publicaciones, sino que afecta además el prestigio ganado por esta Editorial.
Por su parte, los miembros del referido grupo de teatro abogaron por un local de ensayo. «Montamos las obras en la casa de nuestro director, a veces en la acera, y no tenemos un lugar donde guardar los vestuarios para evitar su deterioro. Con el proyecto de las esculturas vivientes en el bulevar nos autofinanciamos varias cosas, pero no es suficiente», alegó la actriz Yanelkis Fleites.
En la reunión se aseguró que uno de los locales de la todavía incompleta sede de la AHS, en el Centro Recreativo Cultural Julio Antonio Mella, será el lugar de ensayo para esos teatristas, mientras aparezca uno más idóneo y cercano al centro de la ciudad.
Otras temáticas locales como la transportación desde y hacia el centro cultural Julio Antonio Mella, sobre todo al finalizar los conciertos en la madrugada, y la necesidad de priorizar la presentación de artistas locales por encima de otros de «primer nivel», también fueron ampliamente debatidos.
De esta manera, desde la villa más clara hasta la «ardiente» región sureña, los jóvenes de la AHS se apegaron a una voluntad creadora que continuará apostando por la calidad de las propuestas, el compromiso con el público y la defensa de la cultura nacional.