A iniciativa de la Fundación Antonio Núñez Jiménez (FANJ) y el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), se celebró la Primera Sesión de Concertación: Economía y Medioambiente, con el objetivo de socializar los conceptos y acciones que abordan ambas instituciones desde las nuevas circunstancias socio-económicas del país.
Luego de una intensa jornada de debates los académicos de ambas instituciones resaltaron la necesidad de incluir el cuidado del medioambiente en los programas de desarrollo, para alcanzar la sostenibilidad y lograr un aumento de la calidad de vida de la población.
Yociel Marrero, al frente del Programa de Medio Ambiente y Consumo de la FANJ, explicó a JR la importancia de llamar la atención sobre los efectos que puede tener en el entorno los nuevos proyectos que surgen a raíz de la reestructuración económica que vive Cuba.
«La intención de este encuentro es intercambiar métodos y modelos que permitan que el proceso de crecimiento económico del país parta de políticas sostenibles y responsables», agregó el investigador cubano.
El Doctor en Ciencias Omar Everleny, del CEEC, señaló que de este intercambio de ideas y propósitos salen los mejores caminos a recorrer.
La presidenta de la FANJ, Liliana Núñez Velis, expuso su deseo de incluir, en el discurso de los economistas, temas relacionados con el medioambiente, pues la economía es un asunto sensible que atañe a todos y al cual se le presta mayor atención.
El Embajador del Reino Unido en Cuba, Tim Cole, invitado especial al evento, felicitó la iniciativa de la FANJ y del CEEC y habló del interés que tienen empresarios e inversionistas británicos en sectores cubanos como la agricultura, la industria, el turismo y la energía renovable.
«Somos uno de los países líderes en energía limpia como la eólica, fuimos los primeros en aprobar una ley en 2008 que obliga a las compañías a reducir la emisión de dióxido de carbono en un 80 por ciento para el año 2050 y estamos convencidos de que tener en cuenta el aspecto medioambiental no conspira contra el desarrollo económico, por el contrario, puede beneficiarlo mucho», dijo el alto diplomático británico.
En la sesión, celebrada en el Hotel Habana Libre, el Doctor en Ciencias Geológicas, José Antonio Díaz Duque, enfatizó de manera muy explícita el valor del agua como recurso indispensable para el desarrollo del país.
Especialistas del CEEC llamaron la atención sobre la conveniencia de emplear mecanismos económicos para medir los impactos sobre el ambiente y para desarrollar políticas de desarrollo sostenible.
En este sentido, la máster Dayrelis Ojeda Surís hizo pública su preocupación acerca de la ausencia de legislaciones que regulen el tratamiento medioambiental en el accionar de las cooperativas no agropecuarias.
«Desde el 2012 a la fecha se han aprobado 498 cooperativas de este tipo y más de la mitad funcionan en la capital. Se tiene previsto para el 2016 abrir más de 12000 instalaciones dedicadas a los servicios personales y el comercio. Sin embargo, en las normas jurídicas que regulan esta nueva forma de gestión no estatal, ni siquiera se menciona el tratamiento que deben dar a los desechos, mucho menos otros asuntos relacionados con el cuidado y la protección del medio ambiente. No se incluye el tema en las visitas de los directivos a estos centros, donde el debate solo se centra en la productividad, las ganancias y los impuestos», informó Dayrelis.
Tanto economistas como ambientalistas mostraron su preocupación por el factor tiempo y los riesgos de irreversibilidad de determinados conflictos que surgen, asociados al desarrollo.
«Podemos esperar todo el tiempo del mundo, pero el tiempo no espera por nosotros. Probablemente el mayor reto que tiene Cuba hoy es tratar de hacer todo lo que se quiere en el poco tiempo que tenemos para hacerlo. Mi gran preocupación es que logremos, buscando lo perfecto, retrasarlo todo tanto, que al final, no encontremos ni siquiera lo bueno», reflexionó el Doctor en Ciencias Económicas Juan Triana, especialista del CEEC.
Las diferencias sociales que surgen a consecuencia del desarrollo económico y cómo puede este fenómeno afectar la estructura de la sociedad cubana actual, fue otra de las grandes preocupaciones de los panelistas.
Alertaron sobre el predominio de una visión cortoplacista a la hora de resolver las problemáticas del país, cuando debe pensarse el desarrollo desde un enfoque holístico y estratégico.
Coincidieron en la necesidad de definiciones más claras y profundas desde la academia, acerca de propósitos conceptuales como Socialismo próspero y sostenible.
Destacaron la pertinencia de cultivar un pensamiento económico y medioambiental más profundo en sectores estratégicos como el empresarial, que fomente la creatividad en las empresas, en ambos sentidos.
En sus palabras finales, el destacado periodista cubano, Ariel Terrero Escalante, quien además fungió como concertador del evento, afirmó que economistas y ecologistas no son bandos opuestos, sino dos visiones, dos fuerzas y expresiones del conocimiento y la conciencia social.
«Como tal deben diseñar y concertar alianzas bajo la convicción de que cualquier política y modelo económico está condenado al fracaso si da la espalda al medio ambiente; y cualquier visión ecologista estrecha no avanzará si desconoce otras exigencias de la sociedad y el desarrollo, incluidas las económicas», concluyó Ariel Terrero.
Aunque quedó planteada la necesidad de involucrar en este tipo de iniciativas a decisores y ejecutores a los más altos niveles de dirección del país; al cierre del ejercicio académico también se hizo evidente la satisfacción por haber podido canalizar preocupaciones y compartir ideas que contribuyan a pensar una Cuba mejor, sin renunciar a conservar las conquistas sociales y los recursos naturales que son tan vitales, como lo es el crecimiento económico al cual aspiramos.
En la Primera Sesión de Concertación: Economía y Medioambiente participaron además especialistas del Centro Juan Marinello, investigadores de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y representantes de Naciones Unidas, la Oficina del Historiador y el Cuerpo de Guardabosques de Cuba.