«No puede haber paz sin desarrollo, ni desarrollo sin paz», reconoció Kenny Davis Anthony, primer ministro de Santa Lucía, en su alocución a la II Cumbre de la Celac que se celebra en La Habana.
El Mandatario caribeño consideró que urge fomentar la solidaridad y la colaboración entre las naciones de la Celac, mediante el diálogo directo entre sus miembros, aunque las conversaciones sean fuertes y agudas como ha ocurrido en esta Cumbre.
«No sería honesto si no manifestara mi desencanto ante la escasa solidaridad manifestada cuando recientemente el Caribe oriental fue víctima de desastres naturales, cuando apenas se recuperaba de otros embates ocurridos tres años atrás», dijo.
Davis Anthony recordó que solidaridad es más que empatía y es lo que Fidel, Chávez y Maduro han promulgado en absoluta coherencia con sus actos.
Aludió que en el Caribe Oriental, hace 15 años, se redujeron los índices de indigencia, pero en los últimos años ha surgido una nueva pobreza. Su origen se basa esencialmente en los cambios de los regímenes comerciales y su impacto sobre los productores. También los descensos en los niveles de vida de los pobladores de las referidas islas se deben al impacto de la crisis económica mundial en esas zonas caribeñas, reflexionó el mandatario.
Al abordar otro tema de la agenda, que de manera obligada se ha abordado en la Cumbre, admitió que algunas de las islas del oriente caribeño son puentes para el tráfico de drogas. Esta situación, dijo, ha conducido a que se pierdan comunidades y jóvenes implicados en el narcotráfico.
«Creo que el diálogo para la lucha contra las drogas debe sostenerse sobre bases bilaterales. Cuando nos reunamos en la III Cumbre de la Celac, en Costa Rica, debemos abordar el asunto en un entorno privado», sugirió.
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