Luis Morlote Rivas, presidente saliente de la AHS, entregó a Miguel Díaz-Canel dos cuadros regalo de la organización para hacerlos llegar a Fidel y Raúl. El dedicado al líder de la Revolución es un grabado del Apóstol, del pintor Raúl Martínez, y el dirigido al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros contiene dos fotos inéditas que le tomaran durante la inauguración de la biblioteca de la Casa de las Américas. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:40 pm
«El Congreso ha devenido, por la riqueza de su debate y convocatoria, una jornada sin precedentes de homenaje a nuestra cultura cubana y también, como ustedes expresaron, a nuestro Comandante en Jefe, que está presente aquí con sus ideas y es un referente en todo momento».
Así se refirió Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, a las intensas jornadas de debate y reflexión que desde el pasado jueves caracterizaron al II Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que este sábado finalizó en el Palacio de Convenciones.
Ante los 300 delegados e invitados a la cita, el miembro del Buró Político dijo a los presentes que también era portador de un saludo y una felicitación para el evento y los participantes del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, quien se hallaba presidiendo el Consejo de Ministros, «lo cual explica que no pueda estar con nosotros, aunque ha seguido atentamente, durante todos estos días, el debate».
Díaz-Canel enfatizó que el principal instrumento de dominación con que cuenta el imperialismo es cultural e informativo, que ha logrado que prevalezcan de manera aplastante los productos de la industria del entretenimiento y de la maquinaria mediática a su servicio.
«La humanidad sufre una operación de colonización cultural a gran escala, se trata de imponer injustos modelos civilizatorios denunciados tempranamente por José Martí. Cuba está sometida a la influencia de modelos hegemónicos culturales e informativos, a lo que se suman planes específicos de subversión contra nuestra Revolución, dirigidos fundamentalmente a los jóvenes y a destruir a la joven intelectualidad, a ustedes, con el propósito de separarlos de toda intención y preocupación social», dijo señalando a la audiencia del Congreso.
«Por eso es tan importante para nosotros contar con una vanguardia artística juvenil representada en la Asociación Hermanos Saíz, que pueda tener contribuciones decisivas en la batalla cultural frente al proyecto colonizador global y frente a los intentos subversivos del enemigo histórico de la Revolución».
Afirmó que nos corresponde contribuir desde la cultura al perfeccionamiento de una sociedad socialista próspera y sostenible, donde lo que se distinga no sea la posesión material, sino la riqueza de conocimientos, cultura, sensibilidad; «se trata de lograr desarrollo y crecimiento económico y social, pero con el alma llena de sentimientos de solidaridad, honestidad, amor, respeto. Y eso se logra salvando la cultura, que es a la vez salvar la patria, la Revolución y el socialismo.
«Esta es una batalla estratégica, no coyuntural. Se nos exige que seamos cada día más integrales en la defensa de nuestra identidad nacional y en la promoción de los auténticos valores de la cultura cubana, tanto en los más jóvenes como en los maestros, y en lo mejor de la cultura universal y en el enriquecimiento de la vida espiritual de todo el pueblo. También en el trabajo de que nuestra historia llegue a las nuevas generaciones de manera amena y efectiva».
Indicó que la Asociación debe contribuir a enfrentar la indecencia, el pésimo gusto y la seudocultura, las conductas marginales, las actitudes violentas, como nos ha instado a todos Raúl en sus intervenciones, porque son expresiones de incultura. Necesitamos que nuestro pueblo sea más culto en el sentido amplio del término, y para ello hace falta el concurso de la familia, de la comunidad, de las instituciones educativas y culturales, de los medios de comunicación.
Subrayó que los dirigentes institucionales de la cultura deben mantener un diálogo con la AHS y no asumir nunca actitudes defensivas ni burocráticas. La AHS al mismo tiempo debe seguir trabajando para cultivar entre sus miembros la capacidad de dialogar con nuestras instituciones a partir del rigor, del sentido de la responsabilidad y del compromiso revolucionario.
«Hace falta en este momento un pensamiento más fresco y revolucionario en la promoción cultural para obtener resultados superiores, y proponer fórmulas nuevas. Una organización como la Asociación Hermanos Saíz puede ayudar mucho en la gestación de esa tarea provechosa».
Hay que apoyar a los creadores, dijo, y «no debemos permitir que por errores burocráticos haya creadores valiosos y honestos que se distancien de nuestras instituciones culturales. La Asociación Hermanos Saíz tiene que trabajar todos los días por la unidad de nuestro movimiento artístico juvenil y por evitar la división que pretende fomentar el enemigo.
«Jóvenes artistas, creadores, no cejen en el propósito de fundar y crear en bien de la Patria, la Revolución y el socialismo», concluyó.
Sensibilidad y más sensibilidad
Entre las muchas ganancias que ha dejado el II Congreso de la Asociación Hermanos Saíz están los intensos diálogos, «polémicos por demás, en los que hemos puesto de moda muchas palabras: repensar, jerarquizar, visibilizar y detrás de cada una de ellas hay un complejo entramado de ideas». Así lo ve la editora guantanamera Carelsy Falcón, quien quisiera poner otras palabras de moda: «sensibilizar, sensibilidad, y es que en el proyecto nuevo que estamos construyendo, la sensibilidad, es decir, la capacidad de reacción, la capacidad del asombro, no deben faltar».
Lo expresado por Carelsy se entronca con una de las preocupaciones de la espirituana Yanetsy Pino Reina, escritora e investigadora: «El país debe replantearse, hoy más que nunca, sobre la base del respeto a los saberes ajenos, su política de cuadros, no solo porque esta define los caminos por los que transita la política en relación con la economía, la sociedad, la cultura, la educación, sino porque la política de cuadros debe guiar, y no dirigir, los destinos del proyecto nacional cubano. Para la cultura deben analizarse con detenimiento y precisión cuáles serían las personas idóneas a la hora de guiar la gestión cultural. No es posible continuar dirigiendo desde normas o condiciones que si bien funcionaron en décadas pasadas, en la actualidad requieren profundos cambios».
Espacios como trincheras
Satisfecho se manifestó el DJ productor Reinier Torres, porque «en Cuba el arte sí que está democratizado: existen numerosas escuelas de arte, casas de Cultura, la AHS con sus casas del Joven Creador en cada provincia... Aquí no se queda ningún talento sin la posibilidad de estudiar, de superarse. Cierto que hay todavía problemas con las instituciones, pero jamás han abandonado la preocupación de formar a un público que pueda apreciar obras artísticas, un público que exige calidad. Por eso hay que oponerse a la inercia, a la burocracia.
«Nuestra verdadera batalla debe ser la defensa de la cultura nacional y velar por la entrega de obras de calidad. Por eso exigimos nuestro espacio, donde el protagonismo lo tenga lo más valioso y auténtico —aunque por fin la música electrónica ya lo ha encontrado, mas hablo en nombre de la AHS. Porque ese espacio es nuestra trinchera».
Y para Eduard Encina, escritor de Santiago de Cuba, la prosperidad y la sustentabilidad deben apoderarse tanto de las grandes ciudades, como de los municipios pequeños y las comunidades más intrincadas. De ello, dijo, bien conoce la AHS.
«Es fundamental que la AHS continúe buscando espacios, pidiéndolos, pero también ganárselos. Desde el trabajo de la organización debemos convencer de que lo que hacemos es importante, que se impone dialogar, algo a lo que no estamos acostumbrados; convencer a las instituciones, crear con inteligencia y compromiso.
«Igual debemos reconstruir la imagen de Cuba en el mundo aprovechando las bondades de las nuevas tecnologías e Internet; atraer a los intelectuales hacia el Periodismo, que se sepa que estamos vivos, que nos movemos, que la nuestra no es la cultura del silencio. Por eso la participación es vital, la valentía política. Debemos defender desde la cultura nuestro proyecto».
De igual modo, la realizadora y periodista Leslie Salgado insistió en que hay que pensar en cuáles son los espacios de realización de los cubanos hoy. «Cuando repensamos el modelo de desarrollo que buscamos, las formas hacia donde va el país, no podemos perder de vista a las comunidades, a los pueblos, a las pequeñas ciudades. Hay que colocar aspiraciones y esperanzas allí.
«A veces vamos a esos lugares y se aprecia la falta de ganas de hacer, el deseo por salir de allí. Hay que revertir esa situación, y en ello la cultura juega un papel importante.
«Igualmente hay que conseguir que nuestros medios de comunicación marchen con las transformaciones, que encuentren formas eficientes, hermosas, de comunicar esos cambios, con una estrategia, como una vía para desterrar las dudas, la ansiedad, para esclarecer las preguntas de la gente. Si no están claras esas cosas, lo que queremos decir, cómo y cuándo, si la gente no participa, poco podremos avanzar», finalizó.
¿Qué modelos de éxito?
También el historiador Elier Ramírez le otorga una importancia vital al diálogo, al debate. «Es cierto que hay jóvenes enajenados, que no ven más allá de las marcas de sus zapatos, pero hay otros que quieren participar, aunque sean cuestionadores. Ahí está la cantera del revolucionario que necesitamos, porque que se preocupen por el porvenir de su país es esencial. Si no multiplicamos los espacios de diálogo, otros lo harán por nosotros».
Ramírez considera, asimismo, que el país se debe actualizar desde la cultura. «Cada acción económica debe estar acompañada de un fuerte trabajo ideológico y cultural, de lo contrario nuestra economía no despegará del modo que aspiramos los cubanos. No podemos caer en pragmatismos economicistas, no podemos permitir que renazcan enfoques que le hagan daño a la política cultural de la Revolución. Cuestiones como la rentabilidad y la ganancia no pueden «asesinarnos» culturalmente. Las propuestas culturales e ideológicas no pueden verse como un gasto, a no ser que no sean efectivas.
«Ya sabemos que el capitalismo trabaja no para satisfacer una necesidad, sino para fabricarla a partir de la creación de nuevos objetos; no crean mercancías, sino sueños esclavizantes. Y ante esa realidad, el socialismo debe lograr que las personas tengan por lo que son y entregan a la sociedad, que el hombre encuentre el sentido de su vida en el ser. Es ahí donde los jóvenes deben encontrar su paradigma del éxito».
Para Freddys Núñez Estenoz, teatrista camagüeyano, cuyo proyecto Teatro del Viento no hubiera podido contar su historia sin el amparo oportuno de la AHS, «no se puede perder de vista las sumas millonarias que se invierten por nuestros enemigos para intentar inducir directamente un cambio de mentalidad en los jóvenes.
Después de la crisis económica de los 90, expresó, se inició una crisis progresiva en los valores y el sistema de educación se debilitó, y bien sabemos que la educación es decisiva en la formación del hombre nuevo, el hombre necesario y útil para la Revolución, el hombre necesario y útil para intentar cambiar el mundo. «Repensar y diseñar nuevas estrategias que partan desde el rescate de un sistema educacional coherente con su tiempo, un sistema educacional riguroso y profundo, debe ser una de las batallas inaplazables de nuestro tiempo».
Las casas del Joven Creador, añadió, son puntos importantes de difusión del arte joven en cada territorio, pero, se hace necesario que haya cada vez más espacios donde los jóvenes encuentren un producto cultural de alto valor estético. A veces suele ocurrir, dijo, que muy cerca de nuestras sedes o de otra institución respetable en términos de buen arte, se encuentra un antro de la seudocultura, un antro visible y promocionado por nuestros medios de difusión, un antro regido por las leyes del comercio en una sociedad que tanto ha cuestionado estas prácticas, entonces qué hacer frente a este dilema: ¿conformarse o luchar?
Por una propuesta totalizadora
Que vivimos en un mundo globalizado, donde la poderosa maquinaria de la industria cultural capitalista, con su extraordinario poder, quiere convertirnos en consumidores, es más que evidente para el escritor Idiel García, presidente de la AHS en Villa Clara. «Por eso la cultura cubana y los intelectuales no pueden estar dando golpes a ciegas, sino actuar con un objetivo bien definido, como dijo Abel Prieto: reconstruir el tejido espiritual de la nación allí donde esté dañado. Debemos cuestionarnos varios aspectos: la sociedad que tenemos hoy, pensar qué queremos para mañana. Pero necesitamos un plan, una estrategia. Como decía la Doctora Graziella Pogolotti, aprender del neoliberalismo a hacer que nuestra propuesta sea totalizadora, que abarque la economía, la ideología, lo social, lo cultural, pero desde el respeto al hombre.
El periodista Yosley Carrero habló de la idea de construir un modelo de éxito nacional y aprovechar paradigmas comunes y más cercanos al joven que requiere nuestro proyecto social. «Hace falta construir ídolos desde lo nacional para ganar la batalla contra la banalidad».
Afirmó que la vanguardia creativa es parte del problema y de la solución. «Se puede ser talentoso y desconocido, y mediocre y popular». De ahí que sea una tarea de primer orden «fomentar el sentido crítico en las personas para que sepan dilucidar la calidad de los productos que reciben, para que el mal gusto no suba a la colina universitaria, al almendrón o transite por las memorias flash de los estudiantes».
De lo que está convencido Rubén Ricardo, periodista y vicepresidente de la organización en Holguín, es de que «la educación cubana es responsabilidad de cada uno de nosotros, de manera que debe existir una relación más coherente entre los ministerios de Cultura, Educación, Educación Superior, la AHS, la Uneac... Debemos lograr que las universidades sean centros generadores de cultura, y que la formación no solo sea docente, sino asegurarnos de que reciba una preparación desde lo intelectual. Hay que insertar a la Universidad en la vida cultural de cada territorio, y el Departamento de Extensión Universitaria debe ir más allá de organizar el Festival de Aficionados».
Yosnel Salgueiro, vicepresidente en Mayabeque, se refirió a la significación histórica que tiene este II Congreso de la AHS, «pues nos ha permitido trazar pautas en la política cultural del país; algo que hubiera sido impensable hace 60 años. Entonces este tipo de debates no hubiera sido posible. Lo que vivimos hoy es una realidad por el acompañamiento, por la confianza que se deposita en nosotros. Nos toca ahora convertir en acción lo que hemos planteado».
No perder la brújula nunca
En la clausura del II Congreso de la AHS, en la que los 300 delegados e invitados se reunieron en plenaria en el Palacio de Convenciones estuvieron, además de Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Mercedes López Asea, primera secretaria del Partido en La Habana; Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC; Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Roberto Montesinos, jefe del Departamento Ideológico del Comité Central; Rafael Bernal, ministro de Cultura; Danilo Sirio, presidente del ICRT; y Miguel Barnet, presidente de la Uneac, entre otros.
Barnet consideró necesario llamar la atención sobre el hecho de que «a veces nombramos algunas categorías y algunas figuras de la cultura universal que responden a cánones hegemónicos, pero que los han impuesto la ignorancia, la falta de textos que orienten el conocimiento y la profundidad intelectual.
«Hay, en efecto, que fortalecer los debates y la crítica más aguda y objetiva, pero lo más importante: no podemos perder la brújula nunca, que es la creación artística y literaria. Cierto que necesitamos un cuerpo crítico sólido, pero que acompañe la creación, y no al revés. Es la creación la que establece y establecerá las jerarquías y las prioridades».
El Premio Nacional de Literatura alertó también sobre una tendencia que aflora en nuestro medio: «Es un tipo de artillería interna, en mi opinión, grave y dañina: me refiero a algunas valoraciones sobre la sociedad civil y ciudadanía, que abren un aspecto revisionista en la vida cultural cubana, y que es una tendencia de derecha, que tiende a confundir, porque lo que subyace es la intención de disolver el Estado y sus instituciones, y la de conducirnos a un capitalismo enajenante. Sobre ese problema los intelectuales debemos actuar».
En tanto, Abel Prieto aseguró que «en lo que se ha expresado aquí hay realmente una plataforma que evidencia un compromiso con el socialismo, de hacerlo mejor y de poner a participar a la cultura.
«Nuestros enemigos deben estar sintiéndose muy mal al comprobar que existe una continuidad de la cultura revolucionaria. Eso es lo que no soportan, no lo pueden aguantar, que haya una generación tan entrañablemente comprometida con el proyecto de la nueva Cuba fundada en 1959.
Hay valores que están por encima de las coyunturas, dijo, y no podemos caer en las trampas de la posmodernidad, que plantea que todo es legítimo, todo tiene derecho a existir. Así es, pero dentro de las casas de las personas, ya que las instituciones, los espacios públicos, tienen una responsabilidad de carácter público.
«Nuestro socialismo debe ser profundamente humanista. Ya sabemos que el neoliberalismo convierte en cifras a los seres humanos, es antihumanismo, a partir de que defiende la idea de que para que una economía sea sana, debe haber desempleo, para que este presione las fuerzas productivas, sin importarle cuántas tragedias, niños con hambre y gente enferma que no puede curarse existan... Es por ello que el humanismo nunca va a pasar de moda, y en ese humanismo la honestidad juega un papel central, lo tendrá siempre. Tenemos que aferrarnos a lo mejor de ese humanismo renovado, pensar en aquella frase del Che que decía que a riesgo de ser ridículo, todo revolucionario verdadero tiene que estar guiado por grandes sentimientos de amor».
Por otro lado, el miembro del Buró Político Esteban Lazo manifestó su complacencia por lo que había escuchado este sábado, asuntos a los que les dedicaría un profundo análisis, «para encontrar la manera de instrumentar las acciones que impedirán que los planteamientos se queden solo en palabras. Lo más importante ahora es que hoy no termine el Congreso, sino que hoy comience, y ser un creador permanente y buscar variantes para hallar las mejores soluciones. Me siento muy contento, no solo por lo que se ha dicho aquí, sino porque advierto que ustedes son la garantía del futuro».