El licenciado en Ciencias Meteorológicas Pedro Enrique González Montoro es el más joven miembro del Centro Provincial de Pronósticos de Pinar del Río. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 21/09/2017 | 05:32 pm
PINAR DEL RÍO.— Siempre le causó interés conocer «el caos». La vida, sus constantes estudios y varios años de consagración universitaria lo acercarían entonces al estado cambiante de la atmósfera y a sus imprevisibles artilugios, los que cada día escudriña rodeado de un experimentado equipo de trabajo en el Centro Provincial de Pronósticos de Pinar del Río.
El licenciado en Ciencias Meteorológicas Pedro Enrique González Montoro, el más joven miembro de la instalación vueltabajera, cuenta parte de sus experiencias a este diario.
Algunas variables
¿Cuándo te decidiste por la profesión? «La meteorología siempre me llamó la atención, así como poder interpretar la incesante transformación del ambiente, su interacción con el océano. Me fascina el hecho de entender lo que sucede a mi alrededor».
¿Ciencia compleja? «¡Sí! Es una de las carreras y profesiones más completas en cuanto a vinculación de materias: todo estado cambiante en la atmósfera se basa en las leyes físicas; las leyes físicas, a su vez, tienen sus principios matemáticos y así todo es una concatenación. Hasta la filosofía encuentra su espacio; desde esta se estudia cómo los grandes pensadores vieron los fenómenos de forma empírica, y cómo se ha ido modificando esta visión con el desarrollo de la ciencia».
Primer pronóstico
¿Reto? «¡Tremendo! No solo es pronosticar, es que se cumpla tal y como lo calculas».
¿Llueve o no llueve? «¡Ja ja! Me lo preguntan cientos de veces. “Meteorólogo, dijo que iba a llover y no pasó; dijo que iba a hacer frío y mire qué calor”, me dicen. Pero a veces la población no entiende la parte técnica del funcionamiento de la ciencia. Muchos consideran que decir “aislados chubascos” significa que será específicamente donde está esa persona. Pronosticamos para toda la provincia, podemos predecir probabilidad de lluvia en el territorio, que incluye la costa norte, el Cabo de San Antonio y otras localidades, y sin embargo no caer ni una gota en la ciudad de Pinar del Río. Un pronóstico tiene un rango de validez, y al final nuestro objetivo consiste en la mayor protección de la sociedad, de los objetivos económicos y potenciar una planeación de las actividades lo más acertada posible».
¿Juventud en la meteorología? «La profesión atraviesa un proceso de rejuvenecimiento. En este sentido, el estudio de la carrera ha propiciado un marco aun mayor de desarrollo, que continuará en progreso con la incorporación de nuevos especialistas. Con los recientes egresos se ha potenciado el campo de la modelación, que en Pinar apenas existía.
«Mediante este proceso se aplican métodos numéricos a diferentes ramas y espacios como zonas costeras, partes de lluvia y hasta en la agricultura. Asimismo se ha privilegiado también, con el conocimiento y herramientas adquiridos durante los años de estudio, el empleo de vías más modernas como las imágenes del satélite y el empleo de radares, entre otros».
Alerta climatológica
¿Meteorología en Pinar? «Una oportunidad única, aquí se aprende mucho debido al paso frecuente de los eventos extremos. Es un escenario privilegiado, en este aspecto».
¿Experiencias? «Como en ningún otro lugar. En tercer año hice mis prácticas de observador del radar meteorológico de La Bajada, fue la primera oportunidad que tuve de trabajar directamente con un sistema tropical. El huracán Gustav se aproximaba a la costa sur de Pinar del Río, y desde el radar ya se observaban la futura trayectoria, el ojo y las características dinámicas y cinemáticas del fenómeno hidrometeorológico. Fue increíble».
¿Especialistas vueltabajeros? «Somos favorecidos en el estudio y puesta en práctica de conocimientos, debido a la posición geográfica de la provincia, afectada con asiduidad por sistemas tropicales, y también por los frontales que cuando avanzan por el Golfo de México adonde primero llegan es a Pinar. Por ello los profesionales de la localidad tienen la posibilidad de confrontar todos estos fenómenos naturales de manera directa y periódica. Ello brinda mucha experiencia».
¿Meteorólogo comunicador? «Es bien difícil. Cuando estaba en quinto año nos dieron Comunicación meteorológica; algunos no le hicieron caso, pensaron que era una materia sencilla. ¡Error! Es fundamental; nos enseña a traducir los datos de carácter técnico y desmenuzarlos de manera comprensible a la sociedad. Es complejo, porque cuando damos un parte del tiempo en la radio o la televisión enfrentamos a un público con diferentes acervos culturales y modos de aprehensión, que en ocasiones te entiende, en otras te subestima, y en no pocas exagera la información.
«Resulta complicado lograr un equilibrio de todos los términos meteorológicos para que sean de fácil conocimiento, y que, en función de lo que el público comprenda, se tomen determinadas acciones».
¿Servicios meteorológicos? «Usualmente solo se asocian con el pronóstico del tiempo, pero también tenemos ramas como la agrometeorología (aplicación de la ciencia en la agricultura y la ganadería), la climatología (estudio de variables en un período de tiempo y conocer el comportamiento de una región en cien años o 200 años), así como la organización de la pesca, el buceo, la prevención de incendios y plagas. Todo esto permite planificar las esferas sociales y económicas de una región, un país o un continente».
¿La meteorología para mí? «Parte de mi vida; cada día que pasa me siento más identificado con ella, por la responsabilidad que requiere. Es bien difícil estar detrás de un monitor, en la observación de las imágenes del satélite, sabiendo que en 30 minutos pueden cambiar todas las características de la atmósfera y la situación se puede tornar compleja.
«Es una profesión ardua, que demanda responsabilidad, estudio y dedicación. En esta se trabaja constantemente con el tiempo; estás sujeto a equivocarte, pero no admite errores. Los errores se pagan caros en esta ciencia, y la protección de la sociedad es fundamental».