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Conocer a Martí desde el alma

Que las nuevas generaciones se sientan más cerca del Apóstol, que se sepa más de su vida y obra desde el sentimiento es el propósito que guía la labor del Centro de Estudios Martianos

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Mucho se habla de José Martí, pero poco conocemos de él en realidad, y aunque la afirmación pudiera resultarnos paradójica no debemos asombrarnos, pues es la joven Yisleny López Delgado, investigadora del Centro de Estudios Martianos quien así se expresa y lo hace desde el corazón.

«Recitamos sus versos sencillos y los poemas de La Edad de Oro en las actividades de la escuela, afirmamos que fue un ejemplo de patriotismo, latinoamericanismo y antiimperialismo, y eso es importante, pero su vida como ser humano, igual a nosotros, todavía está muy poco explorada», afirma quien trabaja en el Centro desde el 2010.

Esta joven, egresada de la carrera de Letras, se define como una eterna enamorada de la obra martiana, la que desde sus años estudiantiles fue objeto de sus ensayos y trabajos históricos. Sin embargo, ahora con mayor profundidad y rigor científico va conociendo al Maestro, afortunadamente.

«Martí se me devela como un hombre con virtudes y frustraciones como cualquiera de nosotros, con sueños y esperanzas, con innegable talento literario, pero también con nostalgias y tristezas por ser su país colonia española, por la lejanía de su hijo, y saber eso me hace sentirlo más cerca de mí.

«Sé que todavía me falta mucho por saber de él, pero con el proyecto que desarrollo ahora, que es un estudio comparativo de la poética del Apóstol antes de 1892 y a partir de otros que he desarrollado antes, he podido ver al hombre tierno, sensible, dedicado, cariñoso, amable y paternal que en la escuela poco se nos presenta, y eso para mí ha sido fundamental porque pienso que viéndolo más cerca es que podré comprender mejor su doctrina, su pensamiento», afirma.

Como Yisleny, quienes trabajan en el Centro de Estudios Martianos piensan que del Maestro mucho hay que aprender todavía, y eso depende de todos los que quieran hacerlo desde el sentimiento.

Enseñar a Martí con el corazón

¿Cuántos saben que a José Martí intentaron envenenarlo? ¿Quiénes conocen que sus alumnos le llamaban el profesor Torrente, en franca alusión al manantial que de él emanaba cuando hablaba?

¿Acaso alguien es capaz de imaginarlo corriendo de un lado a otro mientras imparte clases en un aula y no sentado frente a un escritorio, redactando un artículo, pausadamente?

La doctora Ana Sánchez Collazo, directora del Centro desde el 2005, asegura que solo conociendo más al hombre, al Martí más humano, tendremos la garantía de que crecerá el interés por comprender su pensamiento, su ideología, su fervor revolucionario.

«El centro, desde su creación el 19 de julio de 1977, cuando radicaba en el salón José Martí de la Biblioteca Nacional, surgió con el objetivo de auspiciar las investigaciones sobre la vida y obra del Apóstol, promocionar su pensamiento a través de las distintas publicaciones, recopilar todos sus manuscritos originales, en fin, preservar la obra martiana.

«Desde el 3 de febrero de 1983 tenemos la sede en esta hermosa casa en Calzada entre 4 y 2, en el Vedado, perteneciente durante 29 años al matrimonio de José Francisco Martí Zayas Bazán, el Ismaelillo, y su esposa, María Teresa Banses, quien, antes de morir, ya fallecido él, siempre quiso que fuera destinada a un uso institucional relacionado con la vida y obra de Martí», comenta Sánchez Collazo.

Muebles, búcaros, vitrinas, relojes originales de la casa y un faisán de oro que según los historiadores fue propiedad de José Martí, rodean a esta mujer que, sin desprenderse de la pasión por el magisterio, su profesión, nos confiesa sentirse honrada con su desempeño en el Centro.

«Desarrollamos en la institución la línea académica, es decir, las investigaciones en torno a la obra martiana que luego son publicadas en los Anuarios Martianos, por ejemplo, pero también llevamos adelante la línea de promoción para diferentes grupos etáreos, porque estamos urgidos de que el pensamiento martiano llegue a todos, en especial a las nuevas generaciones».

En la era digital, agrega la doctora, también Martí está presente en los distintos niveles de enseñanza desde las multimedias que abordan una cronología detallada de los sucesos más importantes de la vida del Maestro, fotos de su familia, versos musicalizados por cantautores cubanos, tres pequeñas biografías realizadas por Retamar, Cintio y Ramón de Armas, y selecciones de los Cuadernos Martianos, reflejo de que ofrecemos a Martí para todos, tal como se titula uno de estos productos audiovisuales.

«El centro tiene además un fuerte trabajo comunitario con las escuelas primarias y secundarias de la localidad y también con los adultos de la tercera edad, además de los concursos que promocionamos, pues se trata de llevarle Martí a los niños, a los jóvenes, al pueblo de una forma novedosa, atractiva. Nos va en ello la vida, pues el pensamiento martiano es uno de los fundamentos ideológicos de nuestra Revolución, a la que debemos defender a través de la promoción de su pensamiento universal», insistió la Doctora.

Coincide con ella el joven investigador Rubén Javier Pérez, egresado de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana desde hace cuatro años, quien, junto al investigador Ibrahim Hidalgo, está inmerso en un proyecto investigativo relacionado con el antillanismo de José Martí y mediante el cual ha podido descubrir a muchos que en Haití, República Dominicana y Jamaica conocieron al Maestro y lo ayudaron en su noble causa.

«Mucho de Martí no se conoce, y aunque los niños sepan quién es, y puedan recitar algunos de sus versos y saber que fue el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada, por ejemplo, eso no es suficiente. Por eso cuando he impartido charlas en las escuelas, como joven que también estuve sentado en un pupitre, deseoso de que me contaran algo diferente que pudiera motivarme en el conocimiento de nuestra historia, yo me dirijo a ellos desde la visión más humana.

«Martí pudo haber tenido todo, si así lo hubiera querido, pero la humildad, la modestia y el desinterés lo caracterizaban, y si los muchachos comprenden cuánto sacrificó en su vida personal por contribuir a la independencia de Cuba, estoy seguro de que tendrán un mayor interés por su pensamiento político, literario, revolucionario», acotó.

Se trata de que no enseñemos al Apóstol en las escuelas con frases, formalismos y consignas, apuntó Sánchez Collazo, sino que además de hacerlo desde los valores de su pensamiento, aún vigentes, también lo hagamos desde el amor, por ejemplo, pilar indiscutible de su doctrina.

«Sería bello leerles a los jóvenes las cartas que Martí le escribiera a sus hermanas, los versos de amor que le hiciera a su esposa y a su hijo, de quien tanto tiempo estuvo separado, porque así podemos llevarle a José Martí a todos desde el alma, pues como él mismo dijo, solo llega al alma lo que nace de ella y esa es nuestra misión principal.

«Hay que buscar nuevas vías, nuevos métodos para enseñar la obra martiana en los distintos niveles educacionales, tomando como punto de partida los sentimientos, pues está claro que las nuevas generaciones también son sensibles a los sentimientos y al conocimiento», añadió la Doctora.

Por ese camino transita Yaliemny Pérez, también investigadora del centro, graduada de Filosofía e Historia desde el 2007, quien realiza un estudio detallado sobre los viajes de José Martí a Cayo Hueso reflejados en el periódico Patria —órgano fundado el 14 de marzo de 1892—, como parte de una amplia investigación sobre el Partido Revolucionario Cubano.

«Como investigadora he tenido la suerte de profundizar en la obra martiana y hoy puedo decir que estoy más cerca de conocer al gran hombre que fue el Maestro, no solo desde la trascendencia de su pensamiento, sino también desde la mejor manera de honrarlo que es siendo mejor persona cada día.

«Es emocionante tener ahora la oportunidad de ir más lejos en el estudio del más universal de los cubanos y, como me siento así, creo que si contribuimos a enseñar a Martí desde sus sueños, sus dificultades, sus enfermedades, sus convicciones, las discrepancias con sus contemporáneos, todo lo que lo hace más cercano a la gente, propiciaremos que se le comprenda mejor», enfatiza la joven.

La motivación es fundamental y Yaliemny la logra con estos métodos cuando imparte charlas en las escuelas o en las conferencias que asume como parte del plan de estudios de los posgrados internacionales auspiciados por el Centro. Reconoce que la labor de esta institución está encaminada a rescatar, desde lo académico, todo lo que concierne al Martí político, periodista, intelectual, revolucionario, pero también al ser humano.

«Mucho se especula sobre José Martí en nuestro país y en el exterior, donde también el intenso movimiento de las cátedras martianas contribuye a divulgar su obra. Se despliegan rumores y con estos muchos suplen las carencias del conocimiento que sobre el Martí hombre aún tienen, y para evitarlo, trabajamos», explicó Yaliemny.

«Nuestro Héroe Nacional, que ha sido guía eterno de nuestra Revolución, expresó que vivimos una época de diálogo, no de monólogo —enfatizó Sánchez Collazo— y precisamente, si queremos lograr ese diálogo intergeneracional al que se refiere Armando Hart, debemos aprender a escuchar, a admitir otros criterios, sin dejar de tener presente que dialogamos para convencer, no para vencer.

«Para motivar el conocimiento en torno a José Martí, su obra periodística y literaria, su vida personal, su labor revolucionaria, debemos comenzar por acercarlo más a la gente. Que un niño sea capaz de imaginar a Martí como su papá, su maestro o su amigo es realmente emocionante y seguramente ese niño luego querrá saber más».

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