Laura se siente orgullosa de colaborar con la realización del Censo, pues está ayudando a su país. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
«Tenemos la ocasión de hacer algo muy importante para nuestro país, eso nos tiene que hacer sentir felices y orgullosos», asegura Andy. «De los datos que nosotros recogemos y de la calidad con que lo hagamos dependen caminos significativos que recorrerá el país para tomar decisiones en beneficio de la población», añade Laura.
Estos jovencitos forman parte de los más de 49 300 alumnos de la Enseñanza Técnica Profesional (ETP) y 4 500 universitarios que participan como enumeradores en el Censo de Población y Viviendas.
«La preparación fue satisfactoria, estoy seguro de que vamos a poder llevar a cabo esta tarea de vital importancia para el país», expresa Andy Remus, estudiante de segundo año de ETP en la especialidad de Informática.
«Todos tenemos mucho entusiasmo para realizar esta labor, destacó, y nos hemos preparado bien para tomar los datos lo más fielmente posible, que no tengan errores y lograr que la población colabore con nosotros, que por cierto, en mi caso, son personas del barrio donde yo vivo».
«Igual me sucede a mí», destaca Laura Rodríguez, estudiante de tercer año de ETP en la especialidad de Técnica en Alimentos. «Estoy trabajando en la zona donde vivo. El cuestionario es amplio, pero tenemos una preparación bastante buena y me siento segura para hacer este trabajo.
Frank David Silvero es estudiante de Ingeniería Electrónica en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE), y asume la tarea de supervisor. Convencido de la importancia que tiene un Censo, se preocupa por el alcance del trabajo que se está realizando.
Este joven forma parte de un grupo de cerca de 6 600 estudiantes universitarios que, junto a más de 9 900 maestros de la ETP y 1 800 profesores de la Educación Superior, realizan la labor de supervisores. Ellos están ubicados en cada uno de los distritos, y tienen como misión controlar y asesorar la labor que realizan los enumeradores.
Frank David trabaja con dos estudiantes de la ETP, quienes deben visitar unas cien viviendas. «Es necesario que ellos trabajen con toda responsabilidad y dedicación, y yo trato de transmitérselo para que todo salga con calidad.
«Además, y aunque llevan su uniforme del Censo, que vayan correctamente vestidos, sin exageraciones, porque la imagen correcta da confianza a la población, que debe abrirle las puertas de sus casas y confiarle datos privados.
«De la ética y educación de estos jóvenes depende también el éxito del Censo y, por supuesto, es una enseñanza que puede y debe trascender más allá de este tiempo y quedar como modo de actuación para sus vidas».
Multiplicar su importancia
«El Censo tiene una importancia nacional e internacional. Se pueden elaborar estadísticas que van a servir para estructurar planes económicos, sociales. La información estadística que se obtiene es abundante, son datos de gran importancia para cualquier esfera», expresó Taydi Peña Lorenzo, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, quien se desempeña como supervisora,
«De la exactitud de esa información —puntualizó— dependerá que luego se hagan planes en el país que estén acordes con lo que sucede realmente. Esto es básico para el desarrollo de cualquier proyecto nacional o local», argumentó.
Taydi tiene una experiencia anterior, pues en el Censo de 2002 trabajó en la oficina de recepción de la información. «Aquella vivencia fue muy buena, no tuve ninguna dificultad, pero este trabajo es más fuerte», puntualizó, y en ese punto coincide con Frank David en sus planteamientos acerca del comportamiento que debe tener un enumerador.
«En definitiva ellos son los que hacen el Censo con la población. Puede que no les den la información exacta, pero si son capaces de llenar bien las planillas, de explicar las preguntas, que son extensas, con muchos datos, que tienen un orden a seguir, los resultados serán los mejores.
«Conmigo tengo como enumeradores a una universitaria y dos estudiantes de politécnico, y estaré siempre al alcance de ellos, para ayudarlos cuando tengan alguna dificultad, informar cuando tengan alguna situación.
«En estos primeros días estamos con ellos, y tenemos que mantenernos siempre en contacto, porque por mucho entrenamiento que hayan recibido, en la práctica se pueden presentar dudas.
«No toda la población tiene el mismo nivel cultural, ni entiende la importancia del Censo. Es posible que lleguen a hogares donde no haya mucho ánimo para recibirlos, y ellos tienen que tener capacidad de persuasión para lograr el objetivo. Por eso es importante la capacidad que tengan para llenar bien los formularios y el sentido ético de su comportamiento.
«Con la preparación recibida pueden ser eficientes y así terminar el trabajo lo antes posible, y no tener que regresar a alguna vivienda porque los datos no estén bien recogidos».
Calidad asegurada
Estoy convencido de que todos salieron bien preparados, afirmó Pedro Caraballoso, profesor de Electrónica de la Enseñanza Técnica Profesional (ETP), quien tuvo a su cargo uno de los seminarios de preparación a enumeradores y supervisores.
«En un principio el trabajo fue general, porque el supervisor tiene que conocer la labor del enumerador. Los reunimos a todos para estudiar el cuestionario y los modelos que lleva, e incluso abordamos los propósitos que tiene el Censo, abundó.
«A partir de la preparación que nos dieron a quienes impartiríamos luego el Seminario, tomamos ese mismo esquema, lo enriquecimos un poco con otras actividades, y pasamos a analizar cada una de las secciones del cuestionario censal.
«Valoramos las características de las preguntas, las posibles alternativas, explicando bien los conceptos generales, hasta las posibles particularidades.
«También realizamos actividades prácticas. Por ejemplo, propusimos que los jóvenes se entrevistaran entre sí, utilizando el cuestionario censal, sección por sección; eso los enriqueció mucho para la práctica».
El profesor Caraballoso, luego de preparar a los jóvenes, participa ahora como supervisor, actividad que también desarrolló en el Censo de 2002.
«Hemos insistido mucho también en la educación formal: cómo deben presentarse, su comportamiento, su aspecto personal, para que cuando lleguen a una casa irradien confianza, seguridad. Eso es muy importante, porque influye en la calidad.
«Sabemos que siempre puede haber errores, como en todo trabajo humano, pero es posible elevar la fiabilidad de las respuestas con preguntas correctas, indagaciones adecuadas.
Y estoy seguro de que seremos capaces entre todos de llegar a feliz término. Estamos muy motivados, porque tenemos bien clara la importancia de nuestra labor».