SANTA CLARA, Villa Clara.— Un buen aporte para elevar la calidad de vida, seguridad y la eficiencia, lo constituye el Programa ergonómico para la prevención de desórdenes músculo-esqueléticos de origen laboral sustentado en el método de evaluación del riesgo individual, realizado por la Facultad de Ingeniería Industrial del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, de La Habana.
El programa en su conjunto fue reconocido como un aporte valioso al proyecto internacional de la Asociación Internacional de Ergonomía y la Organización Mundial de la Salud. También resultó avalado por el Comité de Normalización en Seguridad y Salud en el Trabajo de la República de Cuba, mientras que el Instituto Nacional de Salud del Trabajo recomendó su uso masivo en el país.
Su puesta en marcha en un grupo de empresas redundará en disminuir y aliviar esas dolencias, disminuir gastos por concepto de pago de certificados médicos y una elevación de los niveles de productividad, precisan sus autores, encabezados por Yordán Rodríguez Ruiz.
El trabajo, que mereció uno de los premios de la Academia de Ciencias de Cuba el pasado año, estructura un conjunto de métodos y herramientas que posibilitan la identificación de signos, señales, diseño y rediseño ergonómico de puestos de trabajo, así como la intervención y evaluación para la prevención de desórdenes músculo-esqueléticos.
Esta característica de integralidad, lo hace distintivo en el contexto internacional y está en correspondencia con las Normas Cubanas de gestión integrada del Capital Humano. Además como aspecto novedoso, incorpora un método ergonómico autóctono para la evaluación del riesgo individual (ERIN), recomendado para aplicar en la segunda etapa del programa.
Este último está concebido para personal no experto, que con un mínimo de entrenamiento pueda realizar la evaluación de la exposición a factores de peligro en puestos de trabajo.
El método combina los factores de riesgo de los desórdenes músculo-esqueléticos con los conocimientos biomecánicos y fisiológicos, a fin de lograr un estimado de la exposición a aquellos en una amplia gama de tareas. Es confiable, válido, simple, su empleo requiere de poco tiempo, entrenamiento, recursos y es de fácil aprendizaje y aplicación para personal no experto, enfatizan los autores.
Subrayaron, igualmente, que en nuestro país se han dedicado esfuerzos a la prevención terciaria con la construcción de centros de rehabilitación, pero son poco conocidos los métodos y herramientas ergonómicas destinadas a la prevención primaria de estas afecciones.