«Al Gobierno de EE.UU. no debería quedarle ninguna duda de que la Revolución Cubana saldrá fortalecida de este Congreso», expresó el Segundo Secretario del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, en la inauguración del VI Congreso de la Máxima instancia política del país, en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Si desean seguir aferrados a su política de hostilidad, bloqueo y subversión, estamos preparados para seguir enfrentándola, apuntó en su intervención, en la que hizo notar que «a los gobernantes de EE.UU. no les agrada remitirse a la historia».
El bloqueo contra Cuba, dijo, no es cuestión del pasado. Raúl dio lectura a un memorando secreto, desclasificado en 1991, de la autoría del subsecretario de Estado, Lester D. Malory, quien escribía, el 6 de abril de 1960: «La mayoría de los cubanos apoyan a Castro. (...) No existe una oposición política efectiva (...) El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno [al gobierno] es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (...) Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (...) negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno».
Los EE.UU., agregó Raúl, estimularon el terrorismo en las ciudades, y la proliferación de bandas armadas, abastecidas por aire y mar, que asesinaron a campesinos y obreros; las hubo en todas las provincias del país, incluyendo el sur de la provincia de La Habana; y fueron liquidadas en 1965.
La política estadounidense contra Cuba, que incluye la prolongación del sufrimiento y la injusta prisión de cinco antiterroristas cubanos en ese país, no tiene crédito ni sustento moral alguno, con pretextos que cambian según la conveniencia de Washington.
Cuba no olvidará jamás a los 3 478 muertos y 2 099 incapacitados, víctimas del terrorismo de Estado, señaló el Presidente cubano. Ha pasado medio siglo de privaciones y sufrimiento para nuestro pueblo, que ha sabido resistir y defender su Revolución, no dispuesto a rendirse ni mancillar la memoria de los caídos en las luchas por la independencia.