Jóvenes estudiantes. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
Cuba tiene un programa diferenciado para la adolescencia, dedicado a protegerlos, educarlos y encaminarlos, para que sean en el futuro seres útiles a la humanidad, expresó José Juan Ortiz, representante en el archipiélago del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Por estos días se presenta en Latinoamérica el resumen estadístico anual 2010 de ese organismo internacional, el cual recoge artículos de análisis, historias de interés humano y perfiles de países.
El documento se titula en esta ocasión La adolescencia: una época de oportunidades. Y en ese sentido Ortiz puntualizó que si bien UNICEF se creó al término de la Segunda Guerra Mundial para proteger la infancia, hoy cobra especial importancia prestar una mayor atención a los adolescentes.
Recordó que la Convención de los Derechos del Niño, aceptada como ley nacional por todos los países con excepción de Estados Unidos y Somalia, está dirigida a la población entre cero y 18 años, y resaltó que no todos los Gobiernos tienen programas diferenciados para la primera infancia, la infancia y la adolescencia, como lo ha hecho Cuba.
Ortiz puso como ejemplo que, mientras los programas de salud salvaron la vida de 26 000 menores en el mundo el pasado año, 80 000 murieron en actos violentos, pues los adultos suelen utilizarlos para las bandas y la mafia al ser marginados y fáciles de captar.
Del mismo modo dijo que un millón de adolescentes están hoy en cárceles, verdaderas academias para convertirse en criminales, y no como ocurre en Cuba, que son conducidos a escuelas de reeducación integral.
José Juan significó que solo un 50 por ciento de los adolescentes en el mundo terminan la secundaria básica, lo cual los convierte en minusválidos para obtener un trabajo, incluidas las artes y oficios.
«El 88 por ciento de los adolescentes del mundo de hoy viven en los países subdesarrollados. Las relaciones internacionales siguen generando una brecha entre países ricos y en desarrollo» reconoció.
«Por ello UNICEF hace un llamado al mundo porque, aunque no son niños, están desamparados. Ellos son nuestro tesoro, pero también el mayor reto. Si la desprotección sigue, la brecha será una catástrofe insalvable».
En la presentación del documento se encontraba presente Carlos Amat, presidente de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU).