Por primera vez se secuenció el genoma completo de los orangutanes, y, al parecer, se asemeja más al de los humanos de lo que se pensaba. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:05 pm
Los seres humanos anatómicamente modernos podrían haber emigrado desde el continente africano muchos siglos antes de lo que se pensaba, según un reciente descubrimiento de investigadores de la Universidad de Londres, Inglaterra, y Tubinga, Alemania.
Al parecer los científicos han desenterrado herramientas de piedra de unos 125 000 años de antigüedad en Jebel Faya, Emiratos Árabes Unidos, similares a las que se elaboraban en África oriental en el mismo lapso de tiempo.
Los autores del estudio sugieren que los instrumentos fueron hechos por individuos recién llegados a la Península Arábiga, originarios del otro lado del Mar Rojo.
Además, suponen que estos arribaron en un momento en que los cambios climáticos transformaron la zona de un árido desierto a un hábitat de pastizales con lagos y ríos. Tiempo después los grupos humanos podrían haberse trasladado hacia el Golfo Pérsico por los senderos de la costa iraní y el sur de Asia.
Chris Stringer, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Londres, resaltó en BBC Mundo la importancia de este hallazgo que, en su opinión, apoya la teoría de la migración de los primeros humanos modernos desde África a través de Arabia, hasta el Estrecho de Ormuz.
No obstante, hasta el momento los resultados son objeto de debate, puesto que investigaciones genéticas precedentes han indicado en reiteradas ocasiones que el éxodo africano ocurrió mucho después, hace apenas 60 000 o 70 000 años.
Uno de los líderes del reciente estudio, Hans-Peter Uerpmann, disiente de esta afirmación, pues en su criterio las estimaciones de tiempo a partir de datos genéticos son muy aproximadas.
«Se decía que el perro doméstico era de hace 120 000 años y ahora que es de hace 20 000. Se pueden imaginar qué tan variable es establecer una fecha genética», indicó.
Asimismo, el doctor Michael Petraglia, de la Universidad de Oxford, quien ha liderado descubrimientos científicos similares, considera que el análisis de estas migraciones utilizando la genética podría no llevar a resultados precisos, porque todos están basados en la población actual.
«La ausencia de ADN antiguo, de grupos humanos que probablemente murieron, para hacer pruebas adicionales, hace esa área de investigación mucho menos fiable. Nuestra evidencia son las herramientas de piedra que podemos fechar», afirmó.
OTROS INSTRUMENTOS «HABLAN»
La revista Nature se hizo eco del hallazgo de más herramientas prehistóricas, pero esta vez en Happisburgh, en el norte de Norfolk, Inglaterra.
Según la publicación, el descubrimiento adelanta la presencia de los primeros humanos en Gran Bretaña varios cientos de miles de años, en una época con temperaturas relativamente bajas.
Ello aumenta la posibilidad de que los británicos podrían haber estado entre los primeros humanos en usar el fuego para no congelarse ante los helados inviernos de la época. También pudieron haber sido los pioneros en recurrir a pieles de animales para abrigarse.
Si bien no se encontraron restos humanos, los expertos especulan que quien usó las herramientas fue el Homo antecessor, más conocido como el «hombre pionero». Restos de esta especie se han encontrado en Atapuerca, en el norte de España, y datan de 800 000 a 1,2 millones de años.
El líder de la investigación, Nick Ashton, del Museo Británico de Londres, refirió la relevancia del estudio pues, según indica, es poco usual encontrar poblaciones tan al norte en una época tan primitiva.
El «hombre pionero» se parecía mucho a nuestra especie pues caminaba derecho, usaba herramientas y era cazador. Sin embargo, el cerebro era más pequeño, tenía cejas más pobladas y dientes más grandes, con algunos rasgos primitivos como la cara más plana y sin un mentón prominente.
Este desapareció de la tierra con la Edad de Hielo que ocurrió cada 100 000 años, y que dejó a Gran Bretaña despoblada.
MÁS CERCA DE LOS ORANGUTANES
Aunque la especie humana actual comparte el 99 por ciento de los genes con el chimpancé, y con el orangután apenas el 97, hay partes de nuestro genoma que se parecen mucho más a este último.
Al menos así indica un estudio de la Universidad Aarhus de Dinamarca, publicado en la revista Genome Research, que por primera vez secuenció el genoma completo de los orangutanes, y logró conocer las diferencias genéticas específicas de las tres distintas especies.
«En nuestro ADN quedan huellas de nuestro pasado más remoto, y el método es utilizar esas pistas para estudiar la genética de los antecesores», afirmó Thomas Mailund, uno de los especialistas a la cabeza de la investigación.
Según indican los resultados, humanos y chimpancés surgimos de los orangutanes. Nuestra especie, al parecer, se separó de la originaria hace 14 millones de años, mientras que los chimpancés lo hicieron hace seis millones.
Las conclusiones del estudio reflejan que, por razones desconocidas hasta ahora, estos primates perdieron en algún momento restos del ADN del orangután que los hombres conservaron.
«Cuando una población se separa de un ancestro la variación genética que cada una de ellas hereda del pariente común cambiará a medida que la población diverge, dando paso probablemente a dos tipos de especies distintas», explicó Mailund.
El estudio está relacionado con otro publicado recientemente en la revista Nature, en la que se explicaba que el orangután evolucionó más lentamente y menos dramáticamente que humanos y chimpancés. También se descubrió que existían grandes diferencias genéticas, incluso entre miembros de la misma especie.