Desde el pasado mes de noviembre se han ampliado las capacidades de incineración de cadáveres en la capital al inaugurarse un segundo equipo de cremación, informó Lorenzo Cruz, vicedirector de servicios necrológicos de la Unidad Provincial Presupuestada de Servicios Necrológicos.
«El primero de ellos arrancó el 26 de enero de 2006, y ese año incineramos 50 fallecidos. En el período que concluye la cifra sobrepasa los 6 000. Ello muestra que la población ha ido aceptando de forma creciente esta modalidad. Por eso, en 2011 se edificará un tercer crematorio en un municipio de la periferia de la ciudad».
En el año próximo se construirá además un cementerio en el reparto de Alamar, en el municipio de La Habana del Este, que recibirá los fallecidos de ese territorio y parte de los de San Miguel del Padrón, reveló Daisy Álvarez Barrios, vicedirectora técnica de la Unidad Provincial Presupuestada de Servicios Necrológicos.
Según explicó la funcionaria, la edificación contribuirá a aligerar el hacinamiento que presenta hoy la necrópolis de Colón, la cual recibe actualmente el 78 por ciento de los fallecidos en la provincia.
«El camposanto se ubicará en el área de Colinas de Villarreal y tendrá 4,6 hectáreas de extensión. Contará con un diseño único en el país, en el cual no se enterrará en bóvedas soterradas sino en nichos sobre tierra, pues al ser el subsuelo rocoso no es posible realizar excavaciones».
Álvarez añadió que en 2010 crecieron en 500 las capacidades de bóvedas en los cementerios de Regla, Guanabacoa, Cotorro, La Lisa y Santiago de las Vegas, y se concluyó la reparación de casi la totalidad de las funerarias de la ciudad.