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Enrique Cirules: Mis libros no se pueden plagiar impunemente

Nuevas revelaciones del escritor cubano sobre el plagio de Thomas Joseph English y el proyecto de manipulación de sus libros en Estados Unidos

Autor:

Luis Hernández Serrano

Enrique Cirules (Nuevitas, Camagüey, 1938), nos da nuevas noticias acerca del proceso de plagio y robo en Estados Unidos de dos de sus más exitosos libros. Cirules es autor de novelas, testimonios, cuentos y ensayos. Entre sus más afamados libros se encuentran Conversación con el último norteamericano, Premio 26 de Julio, 1973; La otra guerra (cuentos), finalista Casa de las Américas, 1977; Los guardafronteras, 1983; y las novelas La saga de la Gloria City, 1983; Bluefields, Premio 26 de Julio, 1986; y Extraña lluvia en la tormenta, 1988.

Además, Hemingway en la cayería de Romano, Mención Casa de las Américas, 1999. Sus más recientes éxitos fueron con La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana, 2004, y la novela Santa Clara Santa, 2007.

El imperio de La Habana resultó Premio Casa de las Américas en 1993 y Premio de la Crítica en 1994. Acerca del plagio de que ha sido objeto, dialogamos con él nuevamente.

—Thomas Joseph English, periodista radicado actualmente en Nueva York, ha negado las acusaciones que usted hizo en la entrevista que publicó Juventud Rebelde el 12 de febrero pasado. ¿Qué puede decir al respecto?

—No voy a dialogar con el señor T. J. English. Del plagio ofrezco cifras, datos, pruebas. En Havane Nocturne, 2008, no me cita, sino que menciona en 72 ocasiones a Cirules, para justificar el robo de más de 260 páginas de El imperio de La Habana y La vida secreta de Meyer Lansky.

«Y, como si fuera poco se refiere —no 16 veces como dije en la ocasión anterior— en 35 ocasiones a una supuesta entrevista con Armando Jaime Casielles los días 24 y 26 de enero de 2007. Esa es una entrevista falsa, que nunca existió. Casielles nunca se reunió con English, nunca le concedió una entrevista a English.

«En esas fechas, hacía varias semanas que Casielles se encontraba hospitalizado, gravemente enfermo, con un solo pulmón, donde tenía cáncer, respirando con la ayuda de un balón de oxígeno. Casielles muere 17 días después: el 12 de febrero de 2007».

—¿Conoce usted que English ha declarado que puede utilizar a su arbitrio las memorias de Casielles?

—La ambición desmedida le hace perder la cabeza. Los libros míos tienen su copyright en Cuba y otros países; y ambos están registrados en la Agencia de Derechos de Autor: El imperio… en 1992, y La vida secreta… en 2003. Su plagio ocurre en 2008. Poseo, además, algunos otros documentos firmados por Jaime Casielles.

—Sin embargo, están preparando una millonaria película. Extraemos dos párrafos de cables internacionales: «(…) Un trío de productores prominentes se han unido para producir la Havana Nocturne, una historia de mafiosos radicados en Cuba en los años 50 y que está basada en el libro más vendido de la serie del diario The New York Times, del autor T. J. English (…) Los productores dicen que no han decidido todavía cuán tenaz será su solicitud para filmar en Cuba.

—Lo sé. Leí un artículo de Steven Zeitchik en The Hollywood Reporter (28-6-2009) donde se informa que los productores de Hollywood Eric Eisner, Gil Adler y Shane McCarthy preparan la filmación de La saga de la mafia en La Habana. La Paramounth es la encargada del proyecto; y la empresa de Eisner producirá y financiará la película, en coordinación con la Gilbert Adler Productions.

«Quiero pensar que la Editorial Harper y la gran prensa estadounidense, que ha elogiado tanto a Havane Nocturne, así como los productores cinematográficos, han sido engañados. Pienso que English les ha hecho creer que está en posesión de las memorias de Casielles, contenidas en mi libro La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana. Supongo que todo haya ocurrido de esa manera y no que se trate de un proyecto coordinado para manipular lo que aconteció en La Habana con el clan de Meyer Lansky durante 1957 y 1958».

—Pero, insisto, English le ha declarado al periódico Esto, de México, lo siguiente: «El señor Cirules merece el crédito de ser uno de los primeros en explorar el tema de los gánsters de Estados Unidos en La Habana, pero «él no es dueño de la historia. Él no es propietario de las memorias de Armando Jaime Casielles, en quien está basada mucha de la reputación de Cirules como experto en la materia. Él no creó los hechos. Unos se basarán en su trabajo, y otros se basarán en los míos». ¿Cómo se explica eso?

—Sí —aprovecho para decirlo— ¡soy el dueño de las memorias de Armando Casielles! Pero el asunto es más complicado. Esa actitud de arrogancia y prepotencia del señor English no solo obedece a su plagio, sino a un proyecto para manipular lo que aconteció en Cuba con la mafia norteamericana antes y después de 1958. El proyecto es ocultar la responsabilidad histórica de Estados Unidos en estos acontecimientos.

«He sido muy cuidadoso y medido en las investigaciones que he realizado. Pero no voy a permitir que mi obra sea utilizada para la manipulación. ¡Hay muchos cabos sueltos! Y aún está pendiente el estudio de la evolución de la mafia norteamericana que fue derrotada en Cuba, y cuyos principales “personajes” fueron recibidos por el Gobierno encabezado por el binomio del general Dwight David Eisenhower y Richard Milhous Nixon desde los primeros días de 1959.

«¡No solo ese Gobierno recibió a los mafiosos, sino también a los torturadores y asesinos batistianos! El cine nos ha hecho creer durante 50 años que en Estados Unidos todavía existen rescoldos de las “clásicas” familias sicilianas, cuando en realidad ha tenido lugar un nuevo fenómeno, poco estudiado o no estudiado aún. Es parte de la herencia batistiana y de ese clan de Meyer Lansky que desató la guerra mafiosa de 1957 en Estados Unidos por la disputa de los fabulosos negocios que se estaban generando en la capital cubana.

«Lo que existe actualmente en Estados Unidos es el resultado de lo que el senador Kefauver denunció en 1950, cuando comenzaban los entrelazamientos entre el crimen organizado, la política y los negocios. Es esa mafia la que hoy aspira a la rendición del pueblo cubano por hambre y enfermedades, la que sostiene a los grupos terroristas anticubanos y la que apoya cruelmente la famosa licencia de tres días para matar a 300 000 cubanos.

«Quiero recordar que no corren los tiempos en que se podía construir una saga como la de El Padrino y sus herederos. El tema de la mafia norteamericana para la ficción, para la manipulación, está agotado irremediablemente. Ha sido desgastado con la filmación de miles de películas y actualmente millones de personas en el mundo entero desean conocer qué aconteció realmente con la mafia norteamericana antes y después de 1958».

—Es un tema fascinante…

—Es cierto: La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana es un fabuloso texto para una magistral película, pero ¡las historias contenidas en mis libros nadie las puede plagiar, ni copiar, ni manipular impunemente! No lo voy a permitir y menos que se filme una película con los robos flagrantes que ha realizado T. J. English en Havane Nocturne. Su libro está cargado de plagios a mi obra. Cualquier proyecto que se comprometa con esas manipulaciones nacería herido de muerte.

—La denuncia suya al plagio en Havane Nocturne, ¿qué repercusión ha tenido?

—Ha tenido mucha resonancia y va a ser mucho mayor en las próximas semanas. He recibido numerosas muestras de condena al plagio, no solo de intelectuales, sino de lectores de varias partes del mundo. Algunos abogados de Francia, Holanda y España se han ofrecido para iniciar un litigio contra el plagiador, pero todavía no he tomado ninguna decisión en ese sentido.

—¿Qué piensa usted hacer?

—Seguir denunciando ante la opinión pública el plagio, y ver cómo se desencadenan los acontecimientos.

—¿Algo más?

—Sí, hay mucha información de interés que estaré dispuesto a revelar si fuera necesario.

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