Cocinero Autor: Adán Iglesias Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— ¡Se quemó el refrigerador! ¿Cómo? ¡No puede ser, si es casi nuevo! Ese fue el maldito bajo voltaje… Pues camina para la Empresa Eléctrica y a gestionar para reponer el equipo.
Diálogos como estos resultaron muy frecuentes en los últimos años e incluso aún persisten, a pesar de que disminuyeron las roturas de equipos como consecuencia de la rehabilitación de las redes eléctricas.
Vale precisar que en esta provincia, según datos ofrecidos por la Empresa Eléctrica, existían 1 855 zonas de bajo voltaje, de las cuales se eliminaron 1 708, y aún quedan pendientes 147. Además, en el transcurso de estos años de restitución (2005-2009) se le cambió el calibre al 56 por ciento del cable primario y al 73 del secundario, lo que se traduce en menores interrupciones debido a conductores partidos.
De igual forma se colocaron 21 140 nuevos postes, aproximadamente el 80 por ciento de los previstos, y fueron cambiados 2 429 transformadores de distribución, el 92 por ciento de los planificados.
Todas estas acciones redujeron el tiempo de interrupción por usuario de 32,55 horas en 2006 a 23,73 en 2009.
El resultado de la renovación tuvo su mayor impacto el año pasado debido a que la rehabilitación acumuló un alto nivel de ejecución. En lo que va de año se han reportado 2 861 equipos dañados, 2 213 menos que en igual etapa del año anterior.
Osmel Ossés, especialista principal de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica en Villa Clara, accedió a contestar algunas interrogantes de Juventud Rebelde.
—Independientemente de la mejora de la calidad del servicio, cuando un electrodoméstico se rompe empieza un largo trámite para que la Empresa Eléctrica lo reponga. ¿Por qué?
—De hecho existe desconocimiento en la población, a pesar de los esfuerzos que hacemos, sobre las causas que invalidan una reclamación.
«La demanda nunca prosperará cuando el daño reportado es resultado de una negligencia del cliente, implique violaciones técnicas o haya ocurrido en un servicio por tendederas».
—Ejemplos.
—Si la avería ocurrió en una instalación eléctrica construida sin las normas por el cliente; que se demuestre que este cometía fraude eléctrico o que tenga una o más cuentas sin pagar; y cuando se rompan equipos cuyas máquinas fueron reparadas por particulares o perjudicadas por descargas atmosféricas, desastres naturales, catástrofes u otras causas ajenas a la actividad normal de la Empresa.
—Parece casi un milagro que se asuma la reposición…
—No. Nuestra entidad especifica a cada usuario el voltaje que le va a entregar. Para el sector residencial la norma está en un rango de 103 a 127 voltios, adecuada para que funcionen todos los electrodomésticos.
«Si un desperfecto en las líneas eléctricas provoca una alteración en ese rango, los equipos pueden dañarse y corresponde a la Empresa Eléctrica asumir la reparación o cambiar el dispositivo afectado».
— El bajo voltaje es un enemigo peligroso.
—La mayoría de los reportes de roturas corresponden a equipos electrónicos como televisores, grabadoras y reproductores de música, que son los más sensibles a las variaciones del voltaje. A estos aconsejamos desconectarlos de la corriente después de utilizarlos.
«En el caso de los aparatos de motor deben mantener el dispositivo de protección que poseen de fábrica, según las normas del productor».
—¿Sobre qué bases debe asumir el cliente su reclamación?
—Una vez ocasionado el perjuicio, el cliente de la provincia de Villa Clara tiene tres días hábiles para notificar lo ocurrido por el teléfono 108, en cuyo sistema queda registrada la voz y la hora en que se hizo el reporte.
«Luego la Comisión de la Unión Eléctrica Municipal correspondiente examina el caso y cuenta con 15 días hábiles para darle respuesta al cliente. Si la Comisión decide que la solicitud es improcedente, el usuario puede reclamar durante los diez días sucesivos al director general de la entidad provincial».
—¿Prosperan en gran cantidad las reclamaciones?
—En los últimos cinco años se solucionaron 6 028 demandas de televisores, refrigeradores, ventiladores, luminarias y equipos de música, y al concluir 2009 solo quedaban pendientes 851.
—Hay quienes se quejan por la tardanza en la reposición.
—Los trámites requieren lógicamente un tiempo. Influye a veces en la demora el hecho de que existen los productos en la red minorista, pero están en falta en la mayorista, donde la Empresa Eléctrica tiene que adquirirlos para reponerlos. Por ejemplo, en las tiendas puede haber equipos de música, radios-reloj y lámparas recargables que nosotros no podemos comprar allí.
—¿Hasta cuándo estará en tierra de nadie la solución de los problemas eléctricos en el interior de las viviendas?
—La Ley 267, artículo 15, plantea que las instalaciones interiores, como los tomacorrientes y los interruptores resultan, al igual que los equipos, propiedad del cliente, quien está en el deber de mantenerlas.
«Antes de colocar la red exterior desde el transformador hasta el domicilio, y dar servicio al nuevo contador, la entidad está en la obligación de comprobar el estado de los cables interiores de la vivienda, no de instalarlos.
«El cliente, en ocasiones, tiene un sobreconsumo muy alto y pide que se le revise la instalación interna de su casa, pero si alguno de esos desperfectos daña un equipo, la Empresa Eléctrica tampoco se responsabiliza con el perjuicio».
Hasta ahora, según los directivos de la entidad, tampoco existe ninguna proyección de ampliar los servicios de reparación hasta el interior de las viviendas.
Esa situación, obviamente, necesita resolverse. La lógica indica que la Empresa Eléctrica podría asumir esa responsabilidad o se debe legalizar a otro personal para que lo haga.
La población necesita realizar arreglos eléctricos por roturas u otras causas, para lo cual contrata a quienes carecen del aval oficial. Luego, la Empresa Eléctrica tampoco indemniza al cliente si sobreviene un problema que perjudica un electrodoméstico debido a un trabajo mal hecho en la instalación interior de la casa.
La incongruencia, obvia. Hace falta darle un corrientazo para desterrarla.