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Alegrías de un carrusel

Integrantes del grupo comunitario Carrusel de la alegría compartieron con JR su experiencia de transformar la comunidad en escenario insustituible de realización humana

Autor:

Isairis Sosa Hernández

Managua, uno de los pueblos más antiguos de Arroyo Naranjo, despierta de su letargo silencioso gracias a un «carrusel» que ha espantado la modorra de sus calles dormidas.

Fundado el 27 de noviembre de 2005 por María Isabel Mendoza Pérez, el proyecto comunitario Carrusel de la alegría une a más de 50 niños y adolescentes con inclinaciones artísticas por el teatro, la danza y la música.

El Centro de Intercambio y Referencias sobre Iniciativas Comunitarias (CIERIC) decidió impulsar el trabajo con los niños como parte de un conjunto de acciones para reanimar la vida cultural de este Consejo Popular, afirma María Isabel, directora del cine de la localidad y del proyecto comunitario.

María Martínez Marrero fue profesora durante 30 años en la secundaria local, y recuerda que los niños siempre se quejaban en sus reuniones de destacamento y en los congresos pioneriles de las pocas posibilidades de distracción que tenían por vivir en un lugar periférico.

Aunque el proyecto se constituyó oficialmente en 2005, los primeros pasos de su puesta en práctica se encuentran diez años atrás.

«En ese entonces yo era la directora del museo de una Gran Unidad Militar. El grupo de niños que trabajaba conmigo se llamaba Los blindaditos, y apoyaban las actividades programadas que hacía el museo. Cuando pasé a ser la directora del cine, me proponen que cambie el nombre del grupo y así nace Carrusel de la alegría», señaló María Isabel.

Ecos de un carrusel

El proyecto tiene su sede habitual en el cine de Managua, donde se presentan el último sábado de cada mes. Por su aniversario estuvieron todo el verano en Expocuba y se han presentado en diversas instituciones y comunidades dentro y fuera de La Habana.

«Hemos actuado para niños sin amparo filial, en círculos sociales e infantiles, en unidades militares. Con la Compañía Cascabelito —también de Arroyo Naranjo— fuimos a Pinar del Río luego del paso por esa provincia de los ciclones Gustav y Ike. Allí nos presentamos en los municipios de Viñales, Los Palacios, Bahía Honda, La Palma.

«En estas vacaciones fuimos con ese mismo grupo al Campamento Internacional de Pioneros de Varadero, actuamos allí y en Cárdenas», rememora la directora del proyecto.

Desde su fundación, el grupo ha cosechado disímiles premios y menciones en los festivales pioneriles a nivel provincial. En 2005 obtuvieron sendos lauros con la obra de teatro Cucarachita Martina y el monólogo Muñeca fea. La obra Meñique se alzó con el premio en 2006 y El espantajo y los pájaros lo mereció en 2007, obra que también presentaron ese año en el Teatro Guiñol.

Meñique al revés, una adaptación de la célebre historia infantil, se agenció el premio en 2008; y aunque en 2009 el festival no tuvo nivel provincial, el grupo asistió a su edición municipal y agregó a su cesta de premios el que alcanzó con una nueva versión de Muñeca fea.

«Hay otros éxitos del proyecto que también nos enorgullecen. Por ejemplo, las teleclases de Educación Cívica para séptimo grado que actualmente se están transmitiendo, las filmaron integrantes de Carrusel… Algunos miembros del grupo han seguido el camino del arte, ya sea como instructores de arte, en la rama lírica, en pantomima o en circo», dice María Isabel.

Voluntad unánime

«Eso sí: ninguno de los logros del grupo sería posible sin la ayuda de los padres: el apoyo de la familia es fundamental. Tengo niños de Santiago de las Vegas, Mantilla, Las Guásimas, Frank País, El Volcán, lo cual implica un gran sacrificio por parte de padres y niños, porque después del ensayo tienen que regresar a sus casas y levantarse temprano al otro día para ir a la escuela», aclara María Isabel.

Cómplices en el empeño de sembrar el arte en el espíritu de la gente, Carrusel de la alegría también ha unido su quehacer al Grupo de Muñequería de Managua, que dirige la profesora Mercedes Toscano.

«Les hemos impartido clases de trabajo manual a las madres que tienen sus hijos en el grupo de teatro. Así aprovechan con utilidad el tiempo de los ensayos. Además, lo que hacemos sirve también para premiar a los pequeños en sus actuaciones», explica Miriam Bravo Hernández, integrante de Muñequería.

A pesar de su faena diaria y los trajines de la universidad —pues actualmente cursa el tercer año de la Licenciatura en Instructor de Arte—, Yenisel Téllez decidió incorporar a su apretada agenda las clases de danza en Carrusel…, porque asegura que este trabajo es maravilloso. «Realmente es un gran privilegio cuando te ganas el cariño de los niños y de la comunidad».

«Nos entusiasma mucho la cantidad de público adulto que asiste a las presentaciones. No es fácil crear un espectáculo por mes, pero tratamos de hacerlo diferente cada vez, porque es un compromiso con ese público», señala María Isabel.

«El sueño del grupo es hacerle un escenario al cine. Como no contamos con uno se nos hace muy difícil invitar a otros proyectos y grupos profesionales, lo cual incrementaría aún más las opciones recreativas que actualmente tiene el pueblo de Managua».

Los niños tienen la palabra

Leonardo Alberto Miranda interpreta a un títere en la canción escenificada Curioso payaso, y sus tres añitos de vida lo convierten en el integrante más jovencito de Carrusel…

«Desde que me incorporé, mis amigos me han ayudado mucho en el canto y mis notas son mejores. Mi aspiración es llegar a ser artista». (Daimara Hernández, 11 años)

«En el grupo aprendimos que no debemos reírnos de los demás si se equivocan, y que al público hay que respetarlo». (Alexei Pérez Mesa, 10 años)

«Yo estoy en el grupo desde que tenía 4 años y quiero estar… ¡uf!, hasta que sea grande». (Adriana Alonso Escoriza, 6 años)

«En los espectáculos, si las personas son amables, nosotros también somos amables, pero si no tienen cultura nosotros les enseñamos para que aprendan y les guste lo que estamos haciendo. Cuando fuimos a Pinar del Río, después de los ciclones, me sentí bien, porque le transmitimos nuestra alegría a mucha gente que perdió su casa». (Keyra Hernández Carraso, 11 años)

El bálsamo del arte

«Yo siempre digo que el principal objetivo de Carrusel… no es crear artistas, aunque muchos lo serán. El propósito fundamental es que los niños empleen su tiempo libre en cosas útiles, que los ayude a realizarse y crecer como seres humanos», precisa la directora del proyecto.

«Hay una exigencia de disciplina. Los estimulo para que tengan buenas notas, porque los ensayos les consumen tiempo de estudio, así que el otro que les queda deben aprovecharlo muy bien. Tengo la satisfacción de que en estos cuatro años el grupo ha logrado formar en sus integrantes valores éticos y artísticos», apuntó.

Carmen Sobrino, especialista de Español Literatura de la Casa de Cultura de Managua, considera que la labor social y educativa que realiza el grupo es muy significativa, pues hay niños con familias disfuncionales, niños que en sus casas no les inculcan el amor hacia el arte. «Otros que no tienen problemas sociales pero sí eran muy tímidos han perdido en el grupo sus miedos, y se han superado en la escuela y humanamente.

«El cambio que han experimentado estos muchachos es muy grande. Han ganado en madurez y la versatilidad es asombrosa. Mi hija ahora es más extrovertida, más analítica, más responsable», confiesa Itsven Hernández.

«Los niños de Managua, por lo menos los de esta última generación, nunca habían visto un cine. Y la primera vez que se puso el datashow en una de las actividades programadas por el grupo, todos se emocionaron muchísimo», afirma María Martínez.

«Lo que se ha hecho en Managua con los niños nunca antes se había visto. No se puede dejar de la mano el trabajo comunitario, especialmente con los niños, que son el relevo del mañana», agrega Itsven.

Ponderar la nobleza

Si la sencillez consiste en dejar que otros reconozcan por ti tus virtudes, María Isabel es, además de hermosa, mujer sencilla. Una secreta abnegación se esconde en su afán de convertir el espacio cotidiano en escenario insustituible de realización humana. Y solo lo supimos porque otros hablaron por ella.

«María Isabel ha rescatado la música tradicional infantil que ya prácticamente no se oía. A través del teatro refuerza los valores en los niños, como el de la solidaridad y la amistad. Como abuela de Adriana le estoy muy agradecida por el cambio que ha dado mi nieta, porque era muy hiperactiva y ahí ha podido volcar toda esa energía en diferentes manifestaciones artísticas», destacó María Martínez.

«Y además, vincula mucho a la familia. En una de las actividades del grupo hice de payasa y todos me felicitaron, porque en este Consejo Popular nunca se había visto que una madre, es decir, una aficionada, actuara de payasita. Y eso se lo debo a María Isabel, que descubrió ese talento en mí», aporta Griselda Mendoza.

«María Isabel les ha devuelto los sueños, las ilusiones, a los niños de Managua. Es la persona que ha hecho que los niños vivan la infancia que ha querido este país que tengan. Con muy pocos recursos ella ha hecho que este lugar, haya sido el hogar de personitas que en un futuro llevarán a otros lugares del mundo lo que es la niñez en Cuba», subrayó Itsven Hernández.

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