«Nada ni nadie podrá frenar el ímpetu de un pueblo que ha decidido ser libre definitivamente», expresó el ministro de Economía y Finanzas de Venezuela, Alí Rodríguez Araque, durante el acto político-cultural celebrado ayer en ocasión del X Aniversario de la Revolución Bolivariana, en la Sala Universal de las FAR, en La Habana.
El acto fue presidido por el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, y contó con la presencia de otros miembros del Buró Político del PCC, del Secretariado del Comité Central del Partido, de los Consejos de Estado y de Ministros, la UJC, organizaciones de masas, y estudiantes latinoamericanos y caribeños de la Escuela Latinoamericana de Medicina y otras instituciones de la enseñanza.
El ministro Rodríguez Araque, quien realizó un recuento de pasados sucesos en su país, signados por el entreguismo de la oligarquía nacional a los intereses del capital extranjero y el olvido de las clases desposeídas, y que desembocaron en el actual proceso de profundas transformaciones, apuntó además «el significado extraordinario del incondicional y decidido apoyo de la Revolución Cubana, encabezada por Fidel y Raúl», a la nueva Venezuela.
En tal sentido, destacó que junto con los éxitos económicos incuestionables del proceso que lidera el Presidente Hugo Chávez, y que han puesto al país en mejores condiciones para enfrentar la actual crisis global, aun con precios del petróleo más bajos, el apoyo brindado por Cuba en áreas como la educación y la salud, se traduce en grandes beneficios para el pueblo venezolano.
Asimismo señaló que, ante la Enmienda Constitucional que se someterá a las urnas el 15 de febrero, los venezolanos tendrán oportunidad de elegir entre mantener una política económica soberana, o no; entre si se continúa con la superación de la pobreza, o no; entre seguir transfiriendo más poder de decisión al pueblo, o no, y entre seguir buscando la integración latinoamericana, o no. «Ese es el verdadero problema», añadió.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba y miembro del Buró Político del Partido, Ricardo Alarcón, subrayó que la elección de Chávez a la presidencia de la República significó el inicio de un proceso para transformar a fondo a un país golpeado por una herencia de gobiernos corruptos, que entregaban a otros los recursos del país y ejercían el terror y la represión brutal contra el pueblo.
Entre los cambios experimentados en Venezuela, el presidente del Parlamento cubano destacó la erradicación del analfabetismo; la posibilidad para miles de jóvenes humildes de acceder a estudios universitarios, la reducción de la pobreza y el desempleo, el acceso de todos los venezolanos a servicios médicos de excelencia, y el significativo decrecimiento de las tasas de mortalidad y desnutrición infantil.
Alarcón exigió al gobierno de EE.UU. la extradición del terrorista Luis Posada Carriles a Venezuela, para que enfrente allí un juicio por el estallido de una aeronave civil cubana en 1976, entre otras atrocidades, y demandó a ese mismo gobierno que se haga justicia en el caso de los cinco luchadores antiterroristas cubanos presos en cárceles estadounidenses.